Las llamadas zonas muertas de cuerpos de agua estarían siendo afectadas en un grado mucho mayor por el calentamiento global, según un estudio.
Se le llama zona muerta a aquella área en océanos, ríos o lagos que es afectada por químicos como nitrógeno o fósforo, lo que provoca una privación de oxigeno que elimina la vida marina.
Una temperatura elevada del agua hace peor el problema, pero un estudio publicado en Global Change Biology por investigadores del Instituto Smithsonian de EE.UU. encontró que el cambio climático favorece la generación de estas zonas a través de procesos biológicos, químicos y físicos.
"Hemos subestimado el efecto del cambio climático en las zonas muertas", dijo Andrew Altieri, autor central del estudio e investigador en el centro tropical del Smithsonian ubicado en Panamá.
Unas 476 zonas muertas fueron estudiadas, 264 de ellas en EE.UU.
Los modelos computarizados pronosticaron un aumento de temperatura en esas zonas de poco más de dos grados centígrados desde las décadas de 1980 y 1990 hasta fines de este siglo.
El problema es que el agua más cálida contiene menos oxígeno y aparte separa las aguas, por lo que existe menos intercambio de estas aguas con otras más “sanas”.
"Es como un aderezo italiano para ensaladas que uno no ha sacudido, en el que el aceite y el agua se mantienen separados", ejemplificó Altieri.
Al calentarse el agua, el metabolismo de la vida marina crece, lo que a su vez exige más oxígeno, pero que no es satisfecho en zonas muertas.
Veranos más largos, mayor acidez del océano y cambio en los patrones de los vientos y corrientes marinas son otras formas que afecta el cambio climático a los cuerpos de agua, según la investigación.