El presidente Donald Trump renovó el miércoles los ataques a su secretario de Justicia, Jeff Sessions, al decir que era una "desgracia" que no investigara si el FBI abusó de sus poderes de vigilancia al indagar la injerencia rusa en las elecciones.
Sessions, que rara vez responde públicamente a las críticas de su jefe, no guardó silencio esta vez y dijo que el Departamento de Justicia que dirige ha actuado apropiadamente.
"Mientras sea el fiscal general, continuaré desempeñando mis funciones con integridad y honor, y este departamento continuará haciendo su trabajo de manera justa e imparcial de acuerdo con la ley y la Constitución", aseveró.
En respuesta a la presión de republicanos en el Congreso, quienes como Trump están enfadados porque consideran que hay parcialidad dentro del FBI, Sessions dijo el martes que el inspector general del Departamento de Justicia evaluará si los fiscales y agentes abusaron de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA por sus siglas en inglés) al obtener una orden judicial para vigilar las comunicaciones de un socio del presidente.
Sin embargo, para Trump, quien ha pasado el último año amonestando públicamente a su secretario de Justicia, esa declaración de intenciones al parecer no fue suficiente.
El mandatario tuiteó el miércoles: "¿Por qué S.J. Jeff Sessions pide al Inspector General investigar abuso potencialmente masivo de FISA? Tomará para siempre, no tiene poder de acusar, ya demorado con informe sobre Comey, etc. ¿No es el I.G. un nombramiento de Obama? ¿Por qué no usar abogados del Departamento de Justicia? ¡DESGRACIA!".
La agencia trabaja además en un caso por separado donde revisa el manejo que el FBI dio a la investigación de los correos electrónicos de Hillary Clinton durante el periodo del exdirector James Comey, pero ese reporte se espera se conozca en marzo o abril.
Manafort se declara inocente
Por otra parte, un exdirector de la campaña de Trump, Paul Manafort, se declaró inocente el miércoles de nuevas acusaciones de que actuó como agente extranjero no registrado y dirigió una operación internacional de lavado de dinero.
Manafort compareció en una corte federal para responder por una segunda acta de acusaciones presentada por los fiscales que trabajan con el fiscal especial Robert Mueller en la investigación de la injerencia rusa en las elecciones y si existió colusión de la campaña de Trump.
Fue su primera comparecencia desde que su ex-socio Rick Gates, también acusado de los mismos delitos, se declaró culpable y aceptó colaborar con la Procuraduría.
Manafort ya se había declarado inocente, pero el acta más reciente, que reflejó los cargo presentados en su contra en octubre, le obligaron a hacer una segunda declaración formal.
La jueza Amy Berman Jackson fijó el 17 de septiembre para iniciar el juicio y reprendió a Manafort por hablar en público la semana pasada sobre la declaración de Gates. Con ello violó una prohibición impuesta por la corte, dijo la jueza.
"Por cierto, puedo comprender el impulso de no dejarlo pasar sin afirmar su inocencia", dijo Jackson a Manafort, "pero que no vuelva a suceder porque lo declararé en desacato".
Mentiras blancas
En tanto, en una investigación paralela realizada por la Comisión de Inteligencia de la cámara baja, la directora de comunicaciones de la Casa Blanca, Hope Hicks, dijo que en ocasiones ha dicho "mentirillas" en beneficio de Trump, pero que no ha mentido en cuanto a la investigación de la injerencia rusa, según una fuente conocedora de la sesión a puertas cerradas, que habló bajo la condición de anonimato.
El demócrata de mayor jerarquía del panel, Adam Schiff, dijo después de la reunión que Hicks respondió preguntas sobre su papel en la campaña y en la transición entre la elección y la juramentación, pero se rehusó a hablar del período desde que Trump está en funciones.
Este miércoles, The New York Times, reportó que Hicks piensa renunciar. Ella es una de las funcionarias que más tiempo han estado sirviendo al presidente.