Fuerzas de seguridad mataron a tiros a por lo menos 16 manifestantes antigubernamentales en Siria este 17 de junio, a medida que el gobierno refuerza sus medidas represivas contra los disidentes.
Activistas y testigos dijeron que los soldados usaron munición de guerra contra los protestantes en varias ciudades, después de que miles de sirios salieran a las calles con nuevos llamados de renuncia para el presidente Bashar al-Assad.
Informes de prensa occidentales dijeron que más de dos de las muertes ocurrieron en la ciudad de Homs y otras dos en poblado de Deir el Zour. Una de las víctimas fatales era adolescente.
Las manifestaciones contra el gobierno continúan en otras ciudades, incluyendo Sará, Latakia y cerca de Damasco, la capital siria.
Los líderes mundiales condenaron una vez más la represión contra los opositores. Incluso el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, reclamó al presidente de Siria, Bashar al-Assad, “detener la matanza de su propio pueblo” y negociar con los manifestantes “antes de que sea muy tarde”.
Represión del gobierno
La agencia de noticias siria Saná y activistas de derechos humanos dijeron que unidades militares con decenas de tanques y vehículos blindados fueron emplazados cerca de Khan Sheikhoun.
Las fuerzas del gobierno de Bashar al-Assad, también rodearon Maarat al-Numaan, una ciudad de 100.000 habitantes ubicada en la ruta que une Damasco y la mayor ciudad de Siria, Aleppo. Las tropas incluso atacaron las aldeas de Shughur al-Kadima y Janudiyeh.
Cientos de sirios siguen huyendo hacia Turquía y según algunos testimonios de los refugiados, soldados sirios dispararon hacia sus aldeas y saquearon sus viviendas.
Los últimos asaltos son parte de una violencia que ya se extiende por más de una semana por parte de las tropas leales al presidente al-Assad contra los manifestantes, que aspiran a poner fin a sus 11 años de gobierno.
Más de 1.300 civiles y 340 soldados del gobierno han muertos desde que se iniciaron los enfrentamientos a mediados de marzo de 2011.