Los venezolanos ya no respaldan las sanciones económicas contra el gobierno de Nicolás Maduro, pues se convirtieron en una herramienta que agravó la crisis humanitaria en ese país suramericano, advirtió este jueves un grupo de especialistas en ciencias políticas y sociológicas.
Phyllis Bennis, periodista y politóloga experta en Medio Oriente y las Naciones Unidas, investigadora del Instituto para Estudios Políticos y del Instituto Transnacional de Estados Unidos, llamó a generar un movimiento en su país que subraye que la oposición venezolana ya no respalda las sanciones.
A su entender, es necesario “despojar” al gobierno de Estados Unidos de la “excusa” que ha utilizado para imponer restricciones económicas al gobierno de Maduro. “Dicen: ‘bueno, nuestras amigos en Venezuela, esos que apoyamos, están pidiendo sanciones’. Eso ya no es verdad”, aseguró este jueves durante un foro del centro de pensamiento estadounidense Diálogo Interamericano.
También lea Claves del diálogo en México: Saab, Noruega, Story, sin acuerdos notablesBennis opinó que las sanciones “no son una alternativa a la guerra”, sino que son instrumentos de ella. “De hecho, matan a más gente que lo que hacen directamente los asaltos militares”, afirmó. Además subrayó que Washington aplica limitaciones financieras solo a países que considera oponentes políticos.
“Esta herramienta crea enormes crisis humanitarias”, dijo, recordando que la oposición firmó un memorando de entendimiento a favor del diálogo que, en al menos dos secciones, reconoce la importancia de levantar las sanciones.
Feliciano Reyna, fundador y presidente de la asociación civil venezolana Acción Solidaria, ponente principal de la conferencia, dijo haber notado que existen grupos políticos dentro de Estados Unidos que identifican “un precio político a pagar” por solicitar el levantamiento total de las sanciones estadounidenses.
“Creo que vale la pena pagar el precio político de no ser en lo absoluto popular, aún entre aquellos que han sido forzados a migrar. Vale la pena absolutamente si uno tiene en mente el impacto en el pueblo venezolano”, valoró, tras mencionar efectos de la crisis, como la escasez de gasolina y diésel, la falta de transporte público y las dificultades para producir alimentos.
Reyna confesó haberse sentido frustrado cuando, en noviembre pasado, la administración de Donald Trump impuso otra sanción referida al diésel. “Cuando fue anunciada, había suficiente documentación sobre el impacto en la gente de estas sanciones. No tenemos duda de que esta situación humanitaria y la crisis de derechos humanos fueron creadas por abusos de poder (…) pero es cierto que las sanciones han exacerbado la situación”, contestó a Bennis.
"Un regalo" para Maduro
En el mismo tenor que Bennis y Reyna se pronunció el sociólogo, docente universitario e investigador del Instituto Transnacional, Edgardo Lander.
“Las sanciones han sido un regalo para el gobierno de Maduro”, aseguró, en el sentido de que puede “culpar” a Estados Unidos de la crisis en Venezuela.
Criticó que ese tipo de medidas hayan tenido mayor efecto en la población que en el mismo gobierno madurista y lamentó su efecto duradero tanto en la economía como en la capacidad intelectual, emocional y física del venezolano.
Seis meses atrás, la relatora especial de Naciones Unidas sobre medidas coercitivas unilaterales y derechos humanos, Alena Douhan, llamó a Estados Unidos y la Unión Europea a retirar las sanciones contra Venezuela.
También lea Noruega lamenta “impasse”, Maduro pasa la página y se reanuda diálogo en México“El efecto devastador de las sanciones impuestas se multiplica por la extraterritorialidad y el sobrecumplimiento que afectan negativamente a los sectores público y privado, a los ciudadanos venezolanos, a las organizaciones no gubernamentales y a las empresas de terceros países”, dijo en febrero.
El presidente Nicolás Maduro citó el informe de Douhan al intervenir en un mensaje pregrabado en la Asamblea General anual de la ONU, la semana pasada, para pedir el fin de las sanciones “criminales” estadounidenses.
Voceros del gobierno estadounidense han mostrado disposición de levantar las sanciones si existen gestos de apertura hacia la democracia desde Caracas.
Lander, asimismo, desmitificó durante el foro de Diálogo Interamericano la concepción de que Venezuela es un país polarizado entre chavismo y oposición.
“Estados Unidos piensa que, apoyando a Guaidó, apoyan los deseos de la población. Esto ciertamente no es el caso (…) este grupo no representa más a la mayoría de Venezuela. Ha habido un gran giro”, expresó.
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