Juan Guaidó cumple dos años de mandato interino encarando riesgos

El líder oporistor venezolano, Juan Guaidó, durante un encuentro con líderes locales en Caracas, el 14 de marzo de 2019.

Expertos consideran que el futuro del líder venezolano está amenazado por la continuidad de Nicolás Maduro en el poder, la división de la oposición y las advertencias de arresto en su contra. Su gobierno reivindica el apoyo internacional como fortaleza.

Un joven diputado venezolano, hasta entonces de bajo perfil, trajeado con una camisa blanca prístina, jean y saco azules, levantó su mano derecha el 23 de enero de 2019 tras un púlpito instalado en la plaza Juan Pablo II de Chacao, Caracas, atestada de miles de manifestantes.

“En mi condición de presidente de la Asamblea Nacional, invocando los artículos de la Constitución, ante Dios todopoderoso, juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo nacional como presidente encargado de Venezuela”, dijo Juan Guaidó, de 35 años, del partido Voluntad Popular, con solo días en la dirigencia del Parlamento. El gentío estalló en vítores.

El basamento de su juramentación como presidente interino fue que Nicolás Maduro, heredero político del fallecido mandatario Hugo Chávez, obtuvo su reelección en unas elecciones consideradas como inválidas y fraudulentas por la oposición.

Aquel momento fue la piedra fundacional de una estrategia de la oposición venezolana para deponer al presidente en disputa y lograr una transición política en el país que derivara en elecciones libres.

Fueron semanas de euforia opositora. Al menos 50 gobiernos de América, Europa y Asia desconocieron a Maduro como presidente y reconocieron como tal a Guaidó, que irrumpió cual cohete en todas las encuestas con más del 60% de respaldo popular, visto como una esperanza de cambio político.

Su trayectoria, aunque corta, ha sido vertiginosa. El político opositor designó un canciller y embajadores en una veintena de países -incluido un delegado en las Naciones Unidas-; pudo ordenar, asimismo, el uso en asuntos humanitarios y administrativos de fondos millonarios venezolanos, congelados en el extranjero por estar involucrados en presunto lavado de dinero y malversación.

Si bien Guaidó todavía cuenta con reconocimiento y respaldo de decenas de gobiernos del mundo incluyendo Estados Unidos, su apoyo popular ha mermado hasta rondar los 12 puntos porcentuales, según encuestas recientes de firmas como Datincorp.

El mantra que Guaidó propuso aquel 23 de enero –“cese de la usurpación, gobierno de transición, elecciones libres- no ha dado frutos tras dos años, a pesar de sus esfuerzos políticos dentro y fuera de Venezuela.

El politólogo Ricardo Ríos cree que la ascensión de Guaidó como presidente interino fue “una jugada de laboratorio, hasta cierto punto”, que generó expectativa tras una seguidilla de años de frustraciones del antichavismo.

Guaidó logró poner en jaque al gobierno y ha podido aprovecharlo para generar condiciones de negociación"
Ricardo Ríos, politólogo

Afirma que la oposición estuvo “de capa caída” entre 2015, cuando ganó la Asamblea Nacional, hasta que emerge la figura del joven presidente interino. En su desempeño, dice, “el proyecto Guaidó” cometió un cúmulo de errores.

“Guaidó logró poner en jaque al gobierno y ha podido aprovecharlo para generar condiciones de negociación, que causa alergia, pero que era necesaria. Perdió totalmente la calle, fundamentalmente por los errores del 30 de abril de 2019, y la recuperación fue prácticamente imposible”, asegura a la Voz de América.

En esa fecha, el líder opositor encabezó una fallida intentona armada contra Maduro, que culminó con la mayoría de sus promotores detenidos o en el exilio.

“Perdió capital muy rápido”

Jesús Castillo Molleda, politólogo y profesor universitario, subraya que Guaidó ocupó la presidencia del Parlamento y su rol posterior pues otros líderes de mayor perfil de su partido, como Freddy Guevara, refugiado en una embajada, y Luis Florido, expulsado de la organización política, no pudieron hacer lo propio.

Influyentes mandatarios de la región certificaron su presidencia. El expresidente estadounidense Donald Trump y el dignatario colombiano Iván Duque lo recibieron en sus despachos con honores de jefe de Estado.

“Empezó a hablar con presidentes, impuso una agenda humanitaria [para Venezuela] y logró el desconocimiento de Europa, la OEA y el Grupo de Lima a Maduro”, detalla Castillo Molleda en entrevista con la VOA.

Guaidó, acota, “perdió capital político muy rápido” entre 2019 y 2020 al no lograr sus promesas de cambio en Venezuela, evidenciado en la merma de sus convocatorias a movilizaciones de calle que acostumbraban a ser masivas.

(FILES) In this file photo taken on January 23, 2020 Venezuelan opposition leader Juan Guaido addresses the World Economic Forum (WEF) annual meeting in Davos. - A new Venezuelan parliament will be sworn in on January 5, 2021 with the party of…

Las restricciones internas por la pandemia de la COVID-19 favorecieron que Guaidó “desapareciera” de la relevancia política nacional, asegura el experto.

“Reapareció en 2020 con dos propuestas, como la entrega de bonos a los médicos y la defensa de los partidos tradicionales, cuando el TSJ los intervino. Salió a la calle de nuevo, pero no encontró mucha fuerza”, puntualiza.

Recientemente, Guaidó impulsó una consulta popular opositora para desconocer las elecciones parlamentarias de diciembre pasado y, a la larga, justificar la extensión del período de funciones del Parlamento electo en 2015.

Venezuela hoy se encuentra gobernada de facto por Maduro, que controla el resto de los poderes, mientras Guaidó encabeza una “comisión delegada” del poder legislativo de 2015, con una más que probable negociación en ciernes.

Sin “logros tangibles"

La instalación de un gobierno interino se reduce a “un error estratégico” de la oposición, según Ricardo Sucre Heredia, politólogo y psicólogo social.

“No le veo logros tangibles”, expresa, tajante, en conversación con VOA Noticias. Los dirigentes opositores insisten en que el reconocimiento de países a la lucha democrática venezolana y la protección de activos en el extranjero han sido objetivos alcanzados solo gracias a que existe el interinato de Guaidó.

Cree que la estrategia jugó en contra de la oposición, que a su entender, está “más debilitada y fragmentada”. “Guaidó no cumplió su tarea de líder nacional, de unir al país que no se identifica con el gobierno y optó por ser el jefe de una fracción, de un grupo respaldado por diversos países”, critica.

Guaidó no cumplió su tarea de líder nacional, de unir al país que no se identifica con el gobierno"
Ricardo Sucre Heredia, politólogo

Sucre Heredia advierte que el llamado gobierno interino no tiene un futuro prometedor, dado que sigue sin ejercer el poder, aún más cuando existe un contexto de países y de parte del mismo liderazgo opositor que no saben cómo referirse a Guaidó tras la polémica extensión del vigor del Parlamento de 2015.

Castillo Molleda compara a Guaidó con “un submarino con hueco”, que intenta reflotar sin mayor éxito en la escena política nacional. “El futuro político de Guaidó está muy inestable”, dice, recordando las amenazas de encarcelamiento que líderes chavistas, como Diosdado Cabello, han proferido en su contra.

Ríos, por su parte, nota que Guaidó, con el cierre de ciclo de la Asamblea, se convertirá en “un liderazgo más dentro del mapa opositor”.

“Está teniendo una salida conflictiva del mapa político, que va a ser una pérdida de capital político progresivo, del poco que le queda”, concluye.