Aún es incalculable el daño causado por la pandemia a los pequeños negocios. En ciudades como Nueva York, algunos no abren por la temporada de frío intenso. Otros no pueden con los gastos y tuvieron que cerrar. Pero hay historias como la que nos presenta Laura Sepúlveda, en la que un mexicano decidió aprender de las dificultades, para volver a crear.