El jefe de la policía de Kabul, la capital afgana, dimitió a su puesto luego de una serie de ataques talibanes sobre blancos extranjeros, incluidos una casa de huéspedes, vehículos de la embajada y tropas de Estados Unidos.
El general Mohamed Zahir renunció el domingo luego que funcionarios confirmaron que un hombre sudafricano, sus dos hijos y un afgano murieron en los asaltos del sábado a una casa de huéspedes para funcionarios extranjeros.
Funcionarios gubernamentales y militares dijeron a los reporteros que tres hombres armados atacaron la casa situada cerca del Parlamento y dispararon durante horas intentando abrirse paso.
Dos de los atacantes fueron abatidos a tiros mientras el tercero detonó los explosivos que llevaba puestos en su cuerpo.
Las fuerzas de seguridad rescataron a ocho personas que fueron mantenidas como rehenes durante los ataques —seis afganos y dos extranjeros.
El Talibán reivindicó los ataques alegando que la casa era un centro para la evangelización cristiana. Hubo relatos contradictorios sobre para qué se utilizaba la casa.
El ataque a la casa de huéspedes fue el más reciente en una serie de ataques en el vecindario de Kabul que alberga varias embajadas y las oficinas de organismos internacionales.