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¿En qué se ha centrado la “opaca” agenda de la gira internacional de Maduro? 


El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, habla durante una reunión con el presidente iraní, Ebrahim Raisi (no aparece en la foto), en Teherán, Irán, el 12 de junio de 2022.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, habla durante una reunión con el presidente iraní, Ebrahim Raisi (no aparece en la foto), en Teherán, Irán, el 12 de junio de 2022.

La gira que, hasta el momento, lo ha llevado a Turquía, Argelia e Irán ha estado, como de costumbre, marcada por la ausencia de detalles sobre su agenda que se ha ido conociendo poco a poco a través del canal de televisión oficial.

El presidente Nicolás Maduro sacó pecho en su gira sobre la potencialidad energética de Venezuela en un contexto de veto de decenas de países de occidente a la oferta de hidrocarburos de Rusia tras su incursión armada en Ucrania.

“Venezuela es una potencia energética. Tenemos el petróleo y el gas que necesita este mundo. Así que, si quieren trabajar, bienvenido”, expresó en una entrevista concedida la cadena televisiva de Irán, Hispan TV, durante su visita a esa nación donde anunció un acuerdo de cooperación estrategica por los próximos 20 años en sectores como petróleo, petroquímica y turismo.

Según informes de diferentes agencias energéticas, incluso de un reporte oficial del principal cuerpo de inteligencia del gobierno de Estados Unidos, Venezuela posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, con cerca de 300.000 millones de barriles de crudo en su subsuelo.

El expresidente estadounidense Donald Trump intensificó desde 2017 una serie de sanciones económicas contra individuos, instituciones y entidades financieras vinculadas al gobierno de Nicolás Maduro.

Esas restricciones se expandieron en 2019 a todo el sector petrolero venezolano luego de que Washington desconociera a Maduro como presidente y lo acusara de violar los derechos humanos de sus ciudadanos, causando que empresas como Chevron, Repsol y Eni no pudieran extraer ni vender crudo venezolano.

En 2020, Venezuela alcanzó niveles mínimos de producción de petróleo, con cifras menores a los 400.000 barriles por día (producía 3,2 millones en 1999). Esas cuotas se recuperaron en los últimos dos años con la asistencia de países como Rusia, China e Irán, hasta escalar a poco más de 700.000 barriles al día. Maduro aspira a que se levanten las sanciones estadounidenses para honrar su reiterada promesa de alcanzar los dos millones de barriles por jornada, este año.

Estados Unidos, sin embargo, renovó una licencia a Chevron y sus empresas de servicio para mantener operaciones mínimas en Venezuela hasta noviembre.

La agencia de noticias Reuters informó hace días que la Casa Blanca autorizó a dos empresas europeas (Repsol y Eni) para que produjeran y vendieran petróleo para sus mercados naturales, una versión que Maduro confirmó a Hispan TV.

Agenda multipropósito

Maduro emprendió viaje hacia países “antisistema” como una “reacción de malestar” frente a su exclusión de la Novena Cumbre de las Américas, organizada la semana pasada por la Casa Blanca en Los Ángeles, California, según el especialista venezolano en relaciones internacionales Félix Arellano.

Cree que el jefe de Estado venezolano interpretó la ausencia de una invitación formal a ese evento continental como un desaire tras el encuentro que sostuvo con funcionarios de alto nivel de la Casa Blanca y el Departamento de Estado, en marzo pasado, con quienes conversó sobre una posible cooperación energética.

“Miraflores asumió que ya venía una nueva relación con Estados Unidos y particularmente con la Casa Blanca. Pudo haber sobreestimado el encuentro”, apunta el docente universitario en conversación con la Voz de América.

Maduro estaría intentando enviar señales al mundo y a la administración Biden para dar a entender que tiene poder, legitimidad e influencia sobre “el club de los países autoritarios” para abrir un diálogo directo con la Casa Blanca, opina.

“Miraflores pudiera estar interpretándose como un potencial canal: habla con Irán, directamente con el ayatolá, con Turquía, Argelia, actores antisistema, rupturistas y claves en este momento de crisis mundial”, analiza Arellano.

Otro propósito de la visita de Maduro a Turquía pudiera ser convertir a esa nación en el nuevo “nicho” económico del gobierno venezolano ante el bloqueo del sistema financiero ruso a consecuencia de la agresión contra Ucrania, dice.

“La vinculación financiera (de Venezuela) con Rusia está en rojo. Hay que buscar nuevos nichos financieros y Turquía pudiera ser esa nueva ingeniería financiera a favor del bloque de poder” de Miraflores, considera el experto.

Desde Ankara, Maduro aseguró que “es el momento para los inversionistas de Turquía en Venezuela” y dijo que “están todas las garantías” desde el punto de vista jurídico, legal, económica y política.

“Para que lleguen en el turismo, en la minería, en la industria, en la logística, en la banca, en petróleo, en gas, en oro, en carbón”, puntualizó la semana pasada.

Opacidad

Para el politólogo Ángel Medina, la “opacidad” no les permite a los venezolanos conocer el objetivo real de la denominada gira euroasiática, pero coincide en que es evidente que se trató de una “huida hacia adelante” por parte del mandatario venezolano por no haber sido invitado a la IX Cumbre de las Américas celebrada la semana pasada.

En el caso de Irán, Medina sí evidencia un claro interés en afianzar lazos en materia de los acuerdos energéticos que hasta el momento se han alcanzado.

“Claramente Irán está siendo uno de los socios de Nicolás Maduro más fuerte en materia energética, especialmente en materia petrolera. Hemos visto cómo Irán ha venido asumiendo el control operativo de algunas refinerías en el país y ha venido dándole productos a la empresa petrolera para que pueda fabricar gasolina”, expone el ex parlamentario.

Consultado por la VOA, respecto a si las alianzas estratégicas pudieran representar un peligro para Venezuela y la región, Medina responde sí en el caso de Irán y recordó las “grandes tensiones”, especialmente en materia de seguridad, que se han generado en los últimos años.

“Esto no es nuevo, esta intención de representar más que peligro distorsión no es nuevo, porque la relación entre Maduro e Irán tiene varios años, entonces al final es parte de lo mismo, son alianzas estratégicas que el mundo y especialmente Estados Unidos sigue viendo con cautela”, afirma.

Las relaciones entre Caracas y Teherán se fortalecieron durante el gobierno del ex presidente Hugo Chávez y se han estrechado con Maduro en el poder, especialmente durante el primer semestre del 2020 cuando Irán envió gasolina a Venezuela para ayudar al gobierno a enfrentar la escasez, causada, según expertos, por el “colapso” de la industria petrolera y no por las sanciones internacionales.

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