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Jóvenes de Galápagos mantuvieron un diálogo ‘fuera de este mundo’


María Angélica Espinoza, estudiante de San Cristóbal, archipiélago de Galápagos, Ecuador. Foto: Cortesía Ecuador Infinito.
María Angélica Espinoza, estudiante de San Cristóbal, archipiélago de Galápagos, Ecuador. Foto: Cortesía Ecuador Infinito.

Un grupo de 16 estudiantes del archipiélago ecuatoriano conversó en directo con un astronauta estadounidense que se encuentra en la Estación Espacial Internacional.

“Hermosas, coloridas, con espacios muy maravillosos (…)”. Así imagina María Angélica Espinoza a las islas Galápagos desde el espacio. La niña, de 11 años, vive en el Archipiélago de Galápagos, en el Ecuador, y sonríe al contar la experiencia única que vivió esta semana.

Junto con otros estudiantes galapagueños, María Angélica logró dialogar brevemente, en directo, con el estadounidense Victor Glover, miembro de la tripulación del SpaceX Crew Dragon, quien se encuentra en órbita, a 340 kilómetros de altura sobre la Tierra, en la Estación Espacial Internacional (ISS), desde noviembre de 2020.

La conversación formó parte del programa ‘Galápagos Infinito’, desarrollado por la Fundación Naveducando y el Consejo de Gobierno del Régimen Especial de Galápagos, en colaboración con otras instituciones y organizaciones, como el Banco Interamericano de Desarrollo y la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA).

El contacto, inolvidable para María y para el resto de sus compañeros, se realizó el miércoles 6 de enero, mediante un enlace de una red de radioaficionados. Glover, quien en ese momento sobrevolaba el Océano Atlántico, fue el encargado de dar la bienvenida a los participantes con una cálida sonrisa.

Amie Rojas, Puerto Baquerizo Moreno, Isla San Cristóbal. Archipiélago de Galápagos, Ecuador. Foto: Cortesía - Ecuador Infinito
Amie Rojas, Puerto Baquerizo Moreno, Isla San Cristóbal. Archipiélago de Galápagos, Ecuador. Foto: Cortesía - Ecuador Infinito

“¿Qué sientes cuando ves nuestro planeta desde el espacio?”, fue una de las preguntas planteadas por Amie Rojas, otra joven, estudiante de la Escuela Liceo Galápagos, localizada en la Isla de San Cristóbal. Ante la inquietud, el investigador y piloto, de 44 años, aseguró que, desde el espacio, el planeta se ve “hermoso, complejo y lleno de vida”.

Dabby Barco, otro estudiante, preguntó acerca de la función de la Estación Espacial Internacional. Glover explicó que se trata de un sistema de laboratorios donde se realizan investigaciones. La inquietud de la joven Karla Ruiz, en cambio, se relacionó con el sueño del astronauta cuando tenía 12 años, a lo que este contestó que quería ser oficial de policía, como su padre.

Las preguntas no pararon: sobre cómo es la alimentación en medio de la ausencia de gravedad, cómo se ve el archipiélago desde la estación y cómo ayuda el trabajo científico desde el espacio a la protección de los océanos, entre otras

María Angélica Espinoza, estudiante de séptimo grado de la Escuela Alejandro Alvear de la Isla de San Cristóbal, explicó a la Voz de América que oír la voz de Glover en tiempo real fue muy “emocionante” y “gratificante”. Emocionada, destacó el hecho que un grupo de alumnos de Galápagos fuera escogido para la breve charla.

“Es importante aprender más sobre la conservación porque vivimos en un lugar único en el planeta Tierra (…) Somos afortunados de tener lo que tenemos, una diversidad de flora y fauna porque todo es endémico, único en el planeta”, mencionó María Angélica, quien anticipó que entre sus metas está estudiar sobre tecnología e innovación cuando llegue a la universidad, aunque también dijo que le gustaría ser piloto.

Para Norman Wray, doctor en Jurisprudencia y Presidente del Consejo de Gobierno del Régimen Especial de Galápagos, este proyecto recoge una serie de iniciativas que se han realizado en función de lo que denomina una “educación experiencial”, enfocado en la curiosidad propia de la edad de los participantes.

Consultado por la Voz de América, resaltó que este modelo se fortaleció desde el inicio de la pandemia, a causa de la propagación por el mundo del covid-19. A través de esta iniciativa se busca también acercar a los jóvenes al conocimiento del mundo marino y la riqueza natural de las islas, que son su lugar de residencia.

Explicó que en estos meses, que han estado marcados por la educación virtual, el programa ‘Galápagos Infinito’ ha ayudado a unos 500 estudiantes locales a “soportar” el proceso de confinamiento y las medidas restrictivas impuestas a causa de la enfermedad.

Para lograr ese propósito se han desarrollado con los estudiantes actividades como buceos, visitas a las islas y trabajos con embarcaciones de manera virtual.

Según Wray, esto ha permitido un mayor conocimiento de la vida en el mar y que los jóvenes se acerquen más a su entorno natural para que lo conozcan, lo amen y lo protejan.

Destacó, entre otras razones, el nivel de conectividad que tiene Galápagos con el mundo, lo cual permitió concretar el diálogo con la Estación Espacial Internacional, así como la vinculación con la ciencia y la tecnología y el análisis de problemáticas que experimenta el planeta, como el cambio climático.

“Hay que ir preparándole a la juventud y a los niños para esto, que entiendan que el futuro de Galápagos está vinculado en la economía y en la conservación, a poder aprovechar de manera positiva los avances tecnológicos de la humanidad y de la ciencia. Entonces, ahí estamos trabajando”, indicó el funcionario, quien se mostró esperanzado en que el programa alcance continuidad a futuro.

El Archipiélago de Galápagos, ubicado a unos 1000 kilómetros del territorio continental ecuatoriano, enfrenta enormes desafíos para los próximos años, entre ellos: equilibrar el impacto del turismo, su principal fuente de ingresos, con la conservación de sus especies, y hacer frente al aumento de la pesca a gran escala, en especial, la que impulsan flotas internacionales lideradas por China.

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