Poco después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela confirmara la fecha de las elecciones presidenciales para el 7 de octubre de 2012 y las regionales para el 16 de diciembre para las regionales, y que ofreciera garantizar “el respeto por las leyes y la voluntad expresada por los resultados”, según la presidenta del organismo, Tibisay Lucena, el presidente Hugo Chávez habló de fraude electoral y amenazó con sacar los tanques a las calles.
El presidente venezolano advirtió que está dispuesto a “patear la mesa” antes, durante o después de las elecciones. Algunas de las amenazas las dirigió a “los cuerpos policiales que están bajo el gobierno de oposición”, a los que reclamó mantenerse bajo las normas constitucionales, diciendo que “les meto los tanques como lo hice con la Policía Metropolitana” y agregó otro elemento amenazante al decir que “he ordenado a la Fuerza Armada a meterle mucho el ojo”.
En una radicalización de su mensaje, el mandatario venezolano justificó sus amenazas diciendo que son para “evitar la violencia y garantizar la paz y la armonía”, a la vez que agregó que reconocería una derrota electoral y que “sería el primero en reconocerlo".
Según el mandatario, existe una alianza entre medios privados venezolanos e internacionales “para que la gente crea que Chávez está perdiendo” y advirtió que se está armando una campaña en su contra, para que “cuando nosotros ganemos el 7 de octubre, dirán que hubo fraude”.
Como lo ha hecho en reiteradas oportunidades en cada evento electoral, el mandatario venezolano dice que la oposición, a la que llama “burguesía”, demuestra “odio contra el pueblo, la Fuerza Armada y la patria".
Al hablar en un acto de entrega de viviendas, uno de los grandes problemas que enfrenta Venezuela tras doce años de gobierno de Chávez, el mandatario una vez más dicho que el supuesto “plan” está orquestado desde Estados Unidos.
Chávez dijo también en su discurso que está haciendo una “listica” en caso de que haya quien desconozca el resultado electoral del 7 de octubre, y en particular señaló a los “bancos privados”, que según dijo apoyan a la oposición y que “no sería ni malo, un decreto de nacionalización (contra ellos) por atentar contra la Constitución”.
El presidente venezolano advirtió que está dispuesto a “patear la mesa” antes, durante o después de las elecciones. Algunas de las amenazas las dirigió a “los cuerpos policiales que están bajo el gobierno de oposición”, a los que reclamó mantenerse bajo las normas constitucionales, diciendo que “les meto los tanques como lo hice con la Policía Metropolitana” y agregó otro elemento amenazante al decir que “he ordenado a la Fuerza Armada a meterle mucho el ojo”.
En una radicalización de su mensaje, el mandatario venezolano justificó sus amenazas diciendo que son para “evitar la violencia y garantizar la paz y la armonía”, a la vez que agregó que reconocería una derrota electoral y que “sería el primero en reconocerlo".
Según el mandatario, existe una alianza entre medios privados venezolanos e internacionales “para que la gente crea que Chávez está perdiendo” y advirtió que se está armando una campaña en su contra, para que “cuando nosotros ganemos el 7 de octubre, dirán que hubo fraude”.
Como lo ha hecho en reiteradas oportunidades en cada evento electoral, el mandatario venezolano dice que la oposición, a la que llama “burguesía”, demuestra “odio contra el pueblo, la Fuerza Armada y la patria".
Al hablar en un acto de entrega de viviendas, uno de los grandes problemas que enfrenta Venezuela tras doce años de gobierno de Chávez, el mandatario una vez más dicho que el supuesto “plan” está orquestado desde Estados Unidos.
Chávez dijo también en su discurso que está haciendo una “listica” en caso de que haya quien desconozca el resultado electoral del 7 de octubre, y en particular señaló a los “bancos privados”, que según dijo apoyan a la oposición y que “no sería ni malo, un decreto de nacionalización (contra ellos) por atentar contra la Constitución”.
