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EE.UU. y Cuba con cargada agenda bilateral


La bandera estadounidense se izó por primera vez en 54 años en La Habana.
La bandera estadounidense se izó por primera vez en 54 años en La Habana.

Luego del momento histórico entre EE.UU. y Cuba al reabrir sus embajadas en ambas naciones, ahora llega una dura etapa de negociaciones sobre una serie de asuntos que seguramente tensará la cuerda de la diplomacia al máximo.

Estados Unidos y Cuba están dejando atrás su rivalidad de tiempos de la Guerra Fría y restaurando sus relaciones diplomáticas, lo que permite que muchos viejos conflictos bilaterales salgan a la luz para ser negociados.

Ambas partes ven posibilidades de lograr rápidos avances en algunos asuntos relativamente simples, incluyendo posiblemente un acuerdo sobre aviación civil. Pero otros tomarán años o podrían no solucionarse nunca.

Por un lado, Cuba quiere de vuelta los 116 kilómetros cuadrados de terreno en la Bahía de Guantánamo, en el este del país.

También quiere el fin del embargo económico de Estados Unidos, acabar con las señales de radio y televisión con programación anticomunista emitidas hacia Cuba y el fin de los "programas para la democracia" financiados por Estados Unidos y que, según Cuba, buscan derribar al Gobierno.

El gobierno del presidente de EE.UU., Barack Obama, afirma que Guantánamo no es parte de la discusión, y que su objetivo de levantar el embargo se enfrenta a una fuerte oposición dentro del Congreso, controlado por los republicanos.

Washington también presionará a Cuba en asuntos de derechos humanos, democracia y otras libertades personales.

El secretario de Estado, John Kerry, pidió el viernes una "democracia genuina" en Cuba y su país quiere que la extradición de algunos fugitivos estadounidenses que viven en la isla.

Lo que Estados Unidos llama derechos humanos, Cuba lo considera como seguridad interna, e insiste en que sólo hará cambios políticos según sus propias necesidades. También dice que no puede entregar a fugitivos a los que les garantizó asilo.​

No obstante, ante tantas diferencias, Kerry matizó asegurando que el camino hacia la normalización será arduo, pero que reabrir las embajadas es un paso importante.

"Seguirá habiendo temas en los que no estaremos de acuerdo o que pueda que no estén maduros aún para una transición, discusión o transformación", dijo Kerry en una conferencia de prensa. "Estamos abarcando mucho ahora. Es una gran agenda".

Con información de la agencia de noticias Reuters

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