El papa Fracisco sostuvo este domingo una reunión privada con el expresidente cubano Fidel Castro, que fue descrita por un vocero del Vaticano como "franca e informal".
La reunión, realizaa en la residencia de Castro en La Habana, se extendió por unos 30 minutos, con la presencia de unos 10 miembros de la familia Castro.
De acuerdo al reverendo Federico Lombardi, los dos líderes intercambiaron libros sobre religión.
La reunión se llevo a cabo horas después de que cientos de miles de cubanos asistieron a la misa papal en la Plaza de la Revolución de La Habana, donde escucharon un llamado del papa Francisco a cuidarse unos a otros y abrazar una vida de "servicio".
"La importancia de un pueblo, de una nación, la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve a la fragilidad de sus hermanos. El servicio nunca es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas", dijo el pontífice en su primera misa de la gira que lo ha llevado a Cuba y más tarde a Estados Unidos.
Tal como se esperaba, durante la homilía el papa no habló de la situación política y social que atraviesa Cuba, ni de los disidentes, algunos de los cuales denunciaron haber sido arrestados o alejados al intentar acercarse a Francisco.
Al final de la misa, fue el cardenal Jaime Lucas Ortega, arzobispo de la Habana, quien agradeció al papa por su ayuda “para alcanzar en espíritu cristiano de perdón y misericordia, la anhelada reconciliación entre todos los cubanos, los que vivimos en Cuba o fuera de Cuba”, en clara alusión al exilio cubano.
Creyentes y no creyentes recibieron al papa entre vivas y banderas cubanas, vaticanas y argentinas, a su llegada en el papamóvil a la Plaza de la Revoución.
El papa se detuvo a saludar y besar a niños que le presentaron en el camino y a bendecir a varios incapacitados en sus sillas de rueda.
El servicio matinal abrió una jornada ajetreada para el pontífice, que incluye un encuentro formal con el presidente Raúl Castro, quien aunque no es católico asistió a la misa, además del encuentro con su hermano Fidel, de 89 años.
Otro mandatario presente en la plaza fue la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien también se encuentra en visita oficial a la isla.
Francisco terminará el día con una visita a la catedral de San Cristóbal y con un encuentro con jóvenes cubanos.