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La libertad de prensa en tiempos de coronavirus: proteger y fortalecer el rol de los medios


Imagen de archivo de la conmemoración del Día de la Libertad de Prensa en Caracas, Venezuela, el 3 de mayo de 2016.
Imagen de archivo de la conmemoración del Día de la Libertad de Prensa en Caracas, Venezuela, el 3 de mayo de 2016.

El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa y Opinión de la SIP, Roberto Rock, analiza para la VOA los efectos colateras de la crisis del coronavirus en los medios de comunicación.

La crisis sanitaria por el coronavirus ha afectado a todos los sectores de la sociedad, entre ellos a los medios de comunicación, que por ejemplo han visto como han descendido los ingresos por publicidad.

América Latina puede ser una de las regiones más afectadas a corto plazo, especialmente después de que el Banco Mundial anunciara una caída del 4.6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).

Ese escenario casi apocalíptico puede afectar a la libertad de prensa, según advierte Roberto Rock, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa y Opinión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

“Con la llegada de la pandemia, hay una creciente actitud de los gobiernos hacia prácticas que pueden deteriorar de una manera más aguda y permanente en el tiempo la libertad de expresión”, comenta el experto durante una entrevista con la Voz de América.

Rock subraya que existe la posibilidad de que “los gobiernos cobren una fortaleza que no tenían en los años recientes” y que les permita “controlar algunos sectores económicos”.

“Que en medio de la crisis compren o se hagan con empresas productivas, especialmente de aquellos que se consideren estratégicas. Por ejemplo, las aerolíneas, la producción de insumos, de cemento, de acero, y que volvamos a la época de los setenta u ochenta, con modelos de patronazgo”, dijo.

Con el contexto de la pandemia actual, el experto señaló algunas “acciones” de los gobiernos “para supervisar a sus ciudadanos”.

“Los gobiernos han echado mano de nuestra tecnología para que, a través de nuestros celulares se pueda supervisar la movilidad, las prácticas de consumo y las tareas que se hacen normalmente”, indicó.

“Esta parece una historia Orwelliana, de supervisión de un estado que se comporta como un Gran Hermano, y ya ocurre con regímenes autoritarios como China, pero cada vez más tenemos noticias que los estados, sin informar a sus poblaciones, están utilizando la tecnología, en particular los celulares, para supervisar a sus ciudadanos”, expuso.

“Esto es enormemente peligroso, y se puede argumentar la seguridad sanitaria: pero uno nunca sabe qué va a pasar con el resto de libertad cuando una libertad es cancelada”.

¿La pandemia como excusa perfecta para debilitar la libertad de prensa?

En países como Venezuela, Cuba o Nicaragua “ha habido un apagón informativo”, mucho antes de que se iniciara la crisis, decía Rock al tiempo que señalaba que esa tendencia también se ha visto en otros lugares del mundo.

“Se han ido endureciendo los discursos gubernamentales también en Ecuador: puede ser un pretexto no solo para combatir la libertad de prensa, sino para combatir el trabajo de los periodistas, debilitar la función que tiene el periodismo como herramienta de la sociedad para tareas fundamentales de la democracia”, aseguró.

El máximo responsable del órgano que vela por la libertad de prensa en América Latina en la SIP recuerda que la libertad de prensa debe basarse en “información rigurosa, jerarquizada, clarificada para participar en la definición de un debate público, que busque un consenso”.

Por eso cree que ahora “estamos en un riesgo de ver un deterioro en ese tipo de atmósfera democrática”.

“Estamos viendo todos los días presidentes como López Obrador (México) que está criticando a los medios que hacen señalamientos, que está tratando de crear un escenario donde hay periodistas buenos y malos, periodistas que los defienden, otros que lo atacan”, indicó convencido de que “lo que estamos viendo es un esfuerzo de la prensa mexicana por tratar de hacer su trabajo con libertad, con independencia”.

“No hay estándares de libertad para siempre”

En su opinión, es importante remarcar que “no se puede dar estándares de libertad de una vez y para siempre”, y que esas “libertades” han de ser “refrescadas”, “protegidas”, “debatidas” y “fortalecidas” continuamente.

En ese sentido admite que la democracia norteamericana “ha sido, durante siglos, un referente obligado, una especie de faro donde se pueden guiar otras democracias en proceso de consolidación, una especie de espejo con el que reflejarse, con el que medirse”.

Pero, advierte, “cuando esa democracia en Estados Unidos enfrenta regresiones, cuando el presidente Trump habla de la prensa enemiga del pueblo, habla de periodistas mentirosos, ese tipo de declaraciones inspira a gobiernos de todo el mundo”.

La presencia de la SIP en Nicaragua, Venezuela y Cuba

La comisión que lidera Rock ha sumado esfuerzos realizar diversas actividades en relación a la libertad de prensa en Nicaragua, Venezuela y Cuba. En el último año y medio, se ha creado un grupo de trabajo para “apoyar a periodistas nicaragüenses que han sido hostigados y que han ido al exilio”.

En Venezuela hay “una actividad muy importante de la SIP” con el objetivo de “ayudar” a los medios y periodistas a ejercer su labor frente a “las presiones” del gobierno en disputa de Nicolás Maduro.

Es el mismo plan que tienen para Cuba, que por primera vez tiene “un representante en la isla”. En el país caribeño, recuerda Rock, “hay leyes que desde hace años limitan el ejercicio periodístico que, con eufemismos, puede acusar a un periodista de usurpar funciones, de atemorizar a la población”.

“Es un trabajo muy consistente que se encuentra con un muro infranqueable por parte de los gobernantes”, subrayó.

Pese a todo, lamentó que los distintos grupos de trabajo no hayan podido reunirse con los gobiernos de esos países y que no se hayan “abierto espacios mínimos para tratar de escuchar” sus “argumentos” y “los colegas de estas tres regiones”.

Los desafíos para preservar la libertad de prensa

A pesar de las dificultades que se pueden presentar a partir de ahora a raíz de las consecuencias de la crisis del coronavirus se ha de intentar, en la medida de lo posible, “establecer una alianza con la comunidad a la que se busca servir”.

“Los medios de comunicación se enfrentan, desde hace varios años, a una caída de la publicidad, a una disminución del papel, a una transformación constante del consumidor de noticias. Eso supone un desafío para los medios a la hora de servir al público”, indicó.

“(Los medios y los periodistas) han de demostrar que son indispensables para el público, y que el público comprenda que los medios son una extensión de su libertad”, finalizó agregando que “la libertad de expresión no le pertenece a los medios de comunicación, sino que es una encomienda que le hace la sociedad a los periodistas para velar por la libertad de expresión”.

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