El Congreso de EE.UU. retoma esta semana los debates en torno a la reforma de salud promulgada por el Presidente Barack Obama y que los republicanos han asegurado que van a tratar de derogar.
La Cámara de Representantes, ahora con mayoría republicana, podría someter a votación el miércoles 19 de enero la pretendida anulación de la ley, en momentos en que según una encuesta los ánimos respecto a la reforma se han apaciguado un poco en todo el país.
Después de haber sido un tema que polarizó al extremo las opiniones de los estadounidenses, la cifra de los que rechazan firmemente a la ley se ha reducido al 30 por ciento, según el sondeo de la AP y la firma GfK.
Esa es la proporción de rechazo más baja que se registra desde septiembre pasado, aunque en sentido general el 41 por ciento de los encuestados dice oponerse a la ley y el 40 por ciento la apoya. Esas cifras en noviembre eran 47 por ciento y 38 por ciento, respectivamente.
Sólo una cuarta parte de los entrevistados dijo querer que se elimine por complete la legislación, una tendencia que también ha disminuido entre los republicanos de 61 por ciento en noviembnre pasado a 49 por ciento ahora.
De acuerdo con el sondeo, menos de la quinta parte de los encuestados quieren que la ley se mantenga como está en la actualidad, mientras que 43 por ciento desean que se modifique, pero no porque la reprueban sino para que el sistema de salud sufra una reforma todavía más profunda.
Luego del atentado en Arizona a la congresista demócrata Gabrielle Gifford, que recibió muchas críticas por apoyar la reforma, algunos parecen haber reflexionado sobre lo exaltado que se había vuelto el debate polìtico en el país y haber modificado su actitud.
Con todo, los representantes republicanos planean seguir adelante en su propósito de derogar toda o al menos parte de la ley, aunque en el Senado los demócratas han dicho que pararán tales intenciones. De cualquier manera a Obama le quedaría el recurso del veto.