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Entre el Gobierno y el Congreso hay un 'abismo'


El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, está en el ojo del 'huracán' porque es en esa corporación en donde se define el futuro de la economía.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, está en el ojo del 'huracán' porque es en esa corporación en donde se define el futuro de la economía.

La Casa Blanca desestimó la última propuesta presentada por los republicanos. El 'abismo' fiscal se mantiene vivo mientras las recriminaciones son mutuas.

Los líderes de republicanos enviaron a la Casa Blanca una contrapropuesta para evitar el “abismo fiscal” que incluye $800 mil millones en nuevos ingresos para el gobierno a partir de un código tributario reformado, pero la Casa Blanca la desestimó por no tener balance.

La propuesta contempla la extensión de las exenciones de impuestos para todos, incluyendo los más adinerados. El plan reduciría $2,2 billones del déficit en una década.

Como argumento adicional, alegan que aunque la más reciente propuesta de la Casa Blanca incluye alrededor de $600 mil millones de dólares en recortes de gastos, de esa cifra habría que restar unos $200 mil millones que el gobierno quiere destinar a estímulos económicos y a otros programas.

Pero a la Casa Blanca, no le pareció que la propuesta republicana contenga nada nuevo. "La carta de los republicanos divulgada hoy (lunes) no cumple con la prueba de balance. De hecho, promete rebajar las tasas para los más ricos y mantenerlas para la clase media en el proyecto", dijo el director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Dan Pfeiffer, en un comunicado.

"Su plan no incluye nada nuevo y no entrega detalles sobre cuáles deducciones eliminarían, qué lagunas cerrarán o cuáles ahorros lograrían en Medicare", aseguró Pfeiffer.

La nueva contrapropuesta republicana comprende recortes por $600 mil millones resultado de reformas en el Medicare (plan de salud pública para los mayores de 65 años) y otros ahorros en materia de salud, así como $600 mil millones adicionales en reducción de otros gastos.

La Casa Blanca y el Congreso están enfrascados en una carrera contra reloj para evitar la subida automática de impuestos y un dramático corte en los gastos gubernamentales a partir del primer día del año entrante, pero a pesar de que el tiempo se agota ninguna propuesta logró hasta ahora romper el punto muerto en que se hallan las negociaciones.

Los republicanos dijeron haberse quedado “estupefactos” con la última oferta del presidente Barack Obama, quien les dijo estar dispuesto a recortar el gasto federal y reducir la deuda creciente del país pero que no haría ningún trato hasta que acepten primero elevarles los impuestos a los estadounidenses más ricos.

Obama pidió que la Cámara de Representantes –bajo control republicano—apruebe una medida del Senado que mantiene los impuestos al actual nivel sólo para las familias con ingresos anuales menores a los $250 mil dólares. El plan elevaría los ingresos fiscales en un billón 600 mil millones de dólares en 10 años.

Según los republicanos, la subida tributaria defendida por el presidente equivale a cuatro veces el valor de sus recortes de gastos, y en vez de eso quieren eliminar deducciones y brechas no especificadas en la política fiscal para generar más ingresos, como parte de un plan más amplio para reducir el déficit del país.

Los desacuerdos son tan hondos que la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, llegó a amenazar con presentar una moción al pleno pasando por alto al liderazgo republicano a fin de respaldar la versión del Senado que extiende las exenciones tributarias para la clase media.

La medida necesitaría tener 218 votos para ser aprobada, y los demócratas sólo cuentan con 192 congresistas, por lo que tendrían que tener el respaldo al menos de 26 legisladores republicanos.
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