El primer ministro británico, David Cameron, pidió el martes a la Unión Europea que haga varias reformas en anticipación al referéndum de su país sobre si salir del bloque de 28 naciones.
Entre las demandas están protecciones para un tercio de las naciones de la UE que no usan el euro como moneda. Cameron dijo que si la Unión Europea se convierte en un “club de moneda única” no habría una Gran Bretaña.
El premier británico discutió la creación de un mecanismo que permita que grupos de países bloqueen en conjunto legislación de la UE no sea en beneficio de sus intereses nacionales, y que la Unión Europea haga un claro e irreversible acuerdo para poner fin a la obligación de Gran Bretaña de “trabajar una unión más estrecha”.
“Creemos en una unión flexible de estados miembros libres que comparten tratados e instituciones trabajando juntos en un espíritu de cooperación para avanzar nuestra prosperidad común y para proteger nuestro pueblo de amenazas a nuestra seguridad, ya sea que provengan del interior o del exterior”, dijo Cameron.
El primer ministro Cameron indicó que él apoya el libre movimiento del trabajo entre los miembros de la UE, pero que quiere un sistema más justo y que los gobiernos tengan más poder en controlar la inmigración.
“Como hemos visto tan espectacularmente en Europa, con las interrogantes generadas por la crisis de migración, los países necesitan mayores controles para manejar la presión de la gente que llega”, dijo Cameron.
El portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, indicó que ese aspecto de las demanda de Cameron es “altamente problemático dado que toca libertades fundamentales de nuestro mercado interno”. Schinas citó temas que involucran el euro como una “dificultad”, mientras calificó la perspectiva de encontrar formas de involucrar mejor a los parlamentos nacionales como “viable”.
David Cameron, quien respalda que Gran Bretaña permanezca en la Unión Europea, ha prometido realizar un referéndum para fines de 2017. El martes indicó que si los votantes eligen salir de la UE, esa decisión será final y Gran Bretaña no tendrá ninguna clase de reconocimiento o segundo referéndum.