El número de muertos por el masivo deslave de la semana pasada en las afueras de la capital de Guatemala ha aumentado a 131.
Autoridades dicen que niños y bebés fueron incluidos en la nueva cifra de muertos. Más de 300 personas continúan desaparecidas, y las posibilidades de encontrar más sobrevivientes son cada vez más improbables.
Unas 125 casas fueron destruidas o dañadas el jueves por la noche cuando un repentino deslizamiento de tierra causado por intensas lluvias destruyó el barrio de El Cambray II en la localidad de Santa Catarina Pinula, ubicada a unos 15 kilómetros al este de Ciudad de Guatemala.
"Hemos visto en las redes sociales que la gente ha indicado nombres de personas desaparecidas después del deslave. Estamos tratando de seguir esas pistas para poder llegar y confirmar la identidad de familiares de esas pesonas", dijo Julio Sánchez, portavoz de los bomberos voluntarios de Guatemala.
Médicos en un refugio cerca del sitio del deslave han reportado casos generalizados de trauma emocional.
El presidente Alejandro Maldonado dijo que varios países, incluyendo Estados Unidos y Cuba, han ofrecido ayuda.
En el Departamento de Estado, el vocero Mark Toner, dijo que Estados Unidos está coordinando estrechamente con el gobierno guatemalteco para ver la asistencia que podría requerirse.
"Ciertamente elogiamos a los rescatistas guatemaltecos por sus diligentes esfuerzos para responder a esta terrible tragedia".
Toner apuntó que "Estados Unidos tiene una asociación de largo tiempo con el gobierno de Guatemala para responder a emergencias y de hecho cientos de rescatistas que ayudan en la emergencia han sido entrenados por la oficina de asistencia para desastres en el extranjero de USAID".