La Organización Mundial del Comercio (OMC) informa que la guerra en Ucrania ha asestado un duro golpe a la economía mundial, haciendo añicos las expectativas de una recuperación del impacto de la pandemia del COVID-19 en el comercio mundial y la confianza empresarial.
Los economistas de la OMC han rebajado su pronóstico para el comercio mundial en los próximos dos años. Ahora esperan que el comercio mundial de mercancías crezca un 3% este año y aumente levemente a un 3,2% en 2023. Esto es inferior a la proyección anterior del 4,7%.
Los expertos dicen que es probable que estas cifras se revisen nuevamente dada la incertidumbre de las consecuencias de la guerra en Ucrania. La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, explicó que las repercusiones económicas de este conflicto se extienden mucho más allá de las fronteras de Ucrania.
“Ahora está claro que el doble golpe de la pandemia y la guerra han interrumpido las cadenas de suministro, aumentado las presiones inflacionarias y reducido las expectativas de crecimiento de la producción y el comercio”, dijo Okonjo-Iweala. "Estos eventos y la enorme incertidumbre que han creado crean un entorno de pronóstico complejo".
Las áreas más golpeadas
La OMC encuentra que el impacto económico más inmediato de la guerra ha sido un fuerte aumento en el precio de los alimentos, la energía, los fertilizantes y algunos minerales importantes.
Rusia y Ucrania son proveedores clave de estos productos básicos en el mercado mundial, señaló Okonjo-Iweala, y agregó que se avecina una posible crisis alimentaria. También predijo que los países pobres pudieran ser los más afectados por los altos precios de los alimentos porque tienden a gastar una gran proporción de sus ingresos en alimentos.
"Los países de bajos ingresos con déficit de alimentos vieron aumentar su factura de alimentos un 20 por ciento en 2021, un aumento de 120.000 millones de dólares", dijo. "Treinta y cinco países africanos importan alimentos de Ucrania, Rusia o ambos. El problema de los altos precios de los alimentos, agravado por los altos precios del petróleo y los costosos fertilizantes, representan una amenaza para el rendimiento de los cultivos en el futuro".
Egipto y Túnez importan alrededor del 80% de su trigo de Ucrania y Rusia. Otros países, como el Líbano y Haití, también dependen en gran medida de las importaciones de trigo de estos países. El Programa Mundial de Alimentos advierte que la guerra en curso en Ucrania aumentará el hambre en el mundo.
Ucrania debe recoger su cosecha de invierno en julio y plantar la cosecha de la próxima temporada en septiembre. Okonjo-Iweala aseguró que es crucial que se permita a los agricultores cultivar y cosechar sus cosechas de trigo para disminuir una crisis alimentaria.
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