Los vecinos de Hialeah, interrogados por las autoridades para conocer el perfil del asesino, Pedro Vargas, no comprenden qué llevo a este a incendiar su casa y después matar a tiros a seis de sus vecinos.
Según una residente del edificio de apartamento donde tuvo lugar la tragedia, Vargas era "un buen hijo" que llevaba todos los días a su madre a sus citas con el médico.
Aunque la mayoría no comprende qué llevó a Vargas a cometer tales actos, algunos sospechan que pudo haber un enfrentamiento entre este y el gerente de la comunidad, al que asesinó junto a su mujer, y que el carácter de Vargas no era tan bueno, ya que a veces gritaba a su madre y se metía en peleas.
En declaraciones al diario el Nuevo Herald, el jefe de Policía de Hialeah, ciudad del área metropolitana de Miami, Sergio Velázquez, dijo que ordenó la intervención de el grupo SWAT porque fue imposible negociar con el asesino. Una de las testigos reconoció escuchar las conversaciones de negociación entre las fuerzas de seguridad y Vargas y éste, aunque pidió ver a su novia y a su madre, se negó a colaborar con las autoridades.
Según indicó Velázquez, gracias a un robot que capturó imágenes de los rehenes y de Vargas, se pudo llevar a cabo con éxito la operación de rescate de los dos rehenes.
Los agentes del SWAT dispararon contra Vargas cuando este empezó a disparar contra ellos y lo abatieron instantáneamente.
Las víctimas fueron identificadas como Italo Pisciottis de 78 años y su esposa, Camira de 68, que eran los gerentes del edificio; Merly Niebles de 51 años, su hija Priscilla Pérez de 17, y el esposo de Niebles, Patricio Simono de 54 años, vecinos del tercer piso; y a Carlos Javier Gavilanez, de 33, que vivía en el edificio de en frente.
Según una residente del edificio de apartamento donde tuvo lugar la tragedia, Vargas era "un buen hijo" que llevaba todos los días a su madre a sus citas con el médico.
Aunque la mayoría no comprende qué llevó a Vargas a cometer tales actos, algunos sospechan que pudo haber un enfrentamiento entre este y el gerente de la comunidad, al que asesinó junto a su mujer, y que el carácter de Vargas no era tan bueno, ya que a veces gritaba a su madre y se metía en peleas.
En declaraciones al diario el Nuevo Herald, el jefe de Policía de Hialeah, ciudad del área metropolitana de Miami, Sergio Velázquez, dijo que ordenó la intervención de el grupo SWAT porque fue imposible negociar con el asesino. Una de las testigos reconoció escuchar las conversaciones de negociación entre las fuerzas de seguridad y Vargas y éste, aunque pidió ver a su novia y a su madre, se negó a colaborar con las autoridades.
Según indicó Velázquez, gracias a un robot que capturó imágenes de los rehenes y de Vargas, se pudo llevar a cabo con éxito la operación de rescate de los dos rehenes.
Los agentes del SWAT dispararon contra Vargas cuando este empezó a disparar contra ellos y lo abatieron instantáneamente.
Las víctimas fueron identificadas como Italo Pisciottis de 78 años y su esposa, Camira de 68, que eran los gerentes del edificio; Merly Niebles de 51 años, su hija Priscilla Pérez de 17, y el esposo de Niebles, Patricio Simono de 54 años, vecinos del tercer piso; y a Carlos Javier Gavilanez, de 33, que vivía en el edificio de en frente.