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Ruanda recurre a la violencia para silenciar a críticos en todo el mundo: informe


El presidente de Ruanda, Paul Kagame, asiste a la ceremonia de encendido de la llama de la esperanza en memoria de los asesinados tras el genocidio de 1994, en el Centro Conmemorativo del Genocidio de Kigali, Ruanda, el 7 de abril de 2023.
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, asiste a la ceremonia de encendido de la llama de la esperanza en memoria de los asesinados tras el genocidio de 1994, en el Centro Conmemorativo del Genocidio de Kigali, Ruanda, el 7 de abril de 2023.

Un informe de Human Rights Watch acusa al gobierno ruandés de practicar el acoso y silenciamiento contra sus críticos y opositores más allá de sus propias fronteras, incluso.

El gobierno de Ruanda está tratando de silenciar a los críticos y disidentes que viven en el extranjero mediante ejecuciones extrajudiciales, secuestros e intimidación, según un informe de la organización Human Rights Watch.

La investigación, titulada "Únete a nosotros o muere: la represión extraterritorial de Ruanda", incluye entrevistas con más de 150 personas en Australia, Bélgica, Canadá, Francia, Kenia, Mozambique, Sudáfrica, Tanzania, Reino Unido, Estados Unidos, Uganda y Zambia y otros relacionados temas con ellos en Ruanda.

"Es un ataque implacable contra individuos que utilizan una multiplicidad de herramientas y tácticas para tratar de mantener a la gente en silencio", dijo a la Voz de América la coautora del informe, Yasmine Ahmed.

Frente Patriótico Ruandés

El informe señala que al presidente de Ruanda, Paul Kagame, y su gobernante Frente Patriótico Ruandés (FPR), a menudo se les atribuye la reconstrucción y reunificación del país después del genocidio de 1994.

"Sin embargo, el FPR, desde que llegó al poder en 1994, también ha respondido enérgicamente y a menudo violentamente a las críticas, desplegando una serie de medidas para tratar con opositores reales o presuntos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, torturas, procesamientos políticos y detenciones ilegales, así como amenazas, intimidación, acoso y vigilancia física. Tales medidas no se limitan a los críticos y opositores dentro del país", dice el informe.

El presidente de Ruanda, Paul Kagame, del gobernante Frente Patriótico Ruandés (FPR), saluda a sus seguidores durante su último mitin de campaña en Kigali, Ruanda, el 2 de agosto de 2019. 2, 2017.
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, del gobernante Frente Patriótico Ruandés (FPR), saluda a sus seguidores durante su último mitin de campaña en Kigali, Ruanda, el 2 de agosto de 2019. 2, 2017.

"El control, la vigilancia y la intimidación de las comunidades de refugiados y de la diáspora ruandeses y de otras personas en el extranjero pueden atribuirse en parte al deseo de las autoridades de aplastar la disidencia y mantener el control", añadió.

Huyendo de Ruanda

Human Rights Watch (HRW, por siglas en inglés) entrevistó a Noël Zihabamwe, un miembro destacado de la comunidad ruandesa en Australia. Era un niño en el momento del genocidio de 1994 y vio a familiares y amigos asesinados de manera violenta.

Diez años más tarde, en 2004, huyó del país tras negarse a unirse al partido gobernante de Kagame, el FPR.

"Sé que muchas personas se han negado a convertirse en miembros [del partido gobernante] y terminan encarceladas o desaparecidas. Así es como dejé Ruanda", dijo Zihabamwe a HRW.

Zihabamwe dijo que después de irse sus dos hermanos y su sobrino fueron arrestados en Ruanda.

"Los metieron en la cárcel y luego los torturaron. [Mis hermanos] estaban con el primer hijo de mi hermano, que tenía 19 años. Entonces, mientras estaban en la cárcel, les preguntaban: "¿Qué tipo de conversación tienes con Noël?" ¿Qué hace la Noël por ti? ¿Qué te dice él? ¿Qué le dices? Dime si tiene algún plan para ti". Así que los estaban presionando, torturándolos para obligarlos a hacer una falsa declaración ", relató Zihabamwe.

Los dos hermanos fueron liberados pero luego arrestados nuevamente en 2019. Desde entonces, Zihabamwe no ha sabido nada de ellos. "Hay muchos, muchos, muchos miles de personas que han sido desaparecidas. Y hoy, mientras hablamos, todavía están desaparecidas", aseguró.

Respuesta de Ruanda

Yolande Makolo, portavoz del gobierno de Ruanda, expresó en un comunicado: “Human Rights Watch continúa presentando una imagen distorsionada de Ruanda que sólo existe en su imaginación”.

"Cualquier evaluación equilibrada del historial de Ruanda en la promoción de los derechos, el bienestar y la dignidad de los ruandeses durante los últimos 29 años reconocería un progreso transformador notable. Ruanda no será desenterrada de este trabajo por actores de mala fe que promueven una agenda politizada", afirmó en una declaración leída.

Alcance global

Muchos de los exiliados ruandeses a los que se dirige el gobierno viven en otras partes de África, según el informe de HRW.

"Human Rights Watch documentó cinco casos de asesinatos, tres secuestros e intentos de secuestro, y al menos seis casos de agresiones físicas y palizas –algunos de los cuales parecían intentos de asesinato- de residentes permanentes, refugiados y solicitantes de asilo ruandeses en Kenia, Mozambique, Sudáfrica, Tanzania y Uganda”.

"En algunos casos, los perpetradores hablaban kinyarwanda, el idioma nacional de Ruanda, o eran sospechosos de trabajar para el gobierno de Ruanda. A algunas de las víctimas se les dijo que serían entregadas a Ruanda o fueron acusadas de trabajar contra el gobierno de Ruanda", recoge dicho informe.

Los ataques contra los críticos no se limitan al continente africano, dice la coautora del informe, Yasmine Ahmed.

"También lo vemos en Europa, donde hemos visto que ha habido amenazas de muerte contra personas en el Reino Unido. Hemos visto personas cuyos familiares también han sido atacados. Hemos tenido personas que han estado sujetos al mal uso de los mecanismos internacionales de aplicación de la ley", señaló Ahmed a la VOA.

'Alerta roja' de Interpol

Human Rights Watch acusa a Ruanda de abusar del sistema de órdenes de arresto internacionales de "aviso rojo" de Interpol.

El informe destaca el caso de Eugene Gasana, un ex alto funcionario del FPR que formó parte del gobierno de Kagame y representante permanente de Ruanda ante las Naciones Unidas desde 2009 hasta 2016. Según se informa, Gasana se peleó con el presidente Kagame por la decisión de enmendar la constitución y aquél postularse para un tercer mandato en las elecciones de 2017.

Eugene Gasana, entonces embajador de Ruanda ante las Naciones Unidas, habla con los medios durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU en la sede en Nueva York, el domingo 20 de julio de 2014.
Eugene Gasana, entonces embajador de Ruanda ante las Naciones Unidas, habla con los medios durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU en la sede en Nueva York, el domingo 20 de julio de 2014.

"[Gasana] fue destituido de su puesto como embajador y convocado de regreso a Kigali. Se negó a regresar y solicitó el estatus de residente permanente en Estados Unidos. Su solicitud fue aprobada el 4 de octubre de 2018", señala el informe.

Luego, Gasana fue acusado de violación y acoso sexual por una exempleado de la misión en la ONU. La Fiscalía del Distrito del Condado de Nueva York inició una investigación criminal, pero no se presentaron cargos. Está en curso una demanda civil contra Gasana.

En 2020, el fiscal general de Ruanda emitió una orden de arresto internacional. “El 14 de agosto de 2020 se emitió una Notificación Roja de Interpol, que Gasana impugnó”, señala el informe de Human Rights Watch.

"El 29 de junio de 2021, una comisión de Interpol revisó la solicitud de Gasana y concluyó que "hay una dimensión política predominante en este caso". La comisión ordenó que sus archivos fueran eliminados de la base de datos de Interpol, según el informe de Human Rights Watch.

"Querido desarrollo"

Muchas naciones occidentales consideran a Ruanda un socio clave. El presidente Kagame ha supervisado una de las economías de más rápido crecimiento de África, con un crecimiento económico anual promedio de entre 7 y 8 por ciento en las últimas dos décadas.

La comunidad internacional ha ignorado deliberadamente los abusos contra los derechos humanos, afirma Ahmed.

"Ya no se puede ver a Ruanda como un favorito del desarrollo, como una estrella en África. Hay que ver a Ruanda tal como es: un gobierno que es totalmente represivo, particularmente en relación con individuos que han expresado cualquier forma de disidencia o incluso [por ser] sospechoso de esa disidencia."

"Ahora, si es que alguna vez es el momento, los gobiernos de todo el mundo deben hacer frente a esta represión. Básicamente, lo que estamos viendo es que debido al fracaso de los gobiernos –debido a sus propios intereses- a la hora de hacer frente a Ruanda, hemos visto los extensos abusos de Ruanda que ahora se llevan a cabo en todo el mundo", concluye Ahmed.

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