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Los negocios de limpiabotas desaparecen en EEUU, pero no del todo


Bertha Gómez saca brillo a los zapatos de un cliente en Alpha Shoe Repair Corp., el 3 de febrero de 2023, en Nueva York, Estados Unidos.
Bertha Gómez saca brillo a los zapatos de un cliente en Alpha Shoe Repair Corp., el 3 de febrero de 2023, en Nueva York, Estados Unidos.

Los negocios de reparación y brillo de calzado han sufrido una merma en la clientela como embate de la pandemia. Sin embargo en algunos puestos en Nueva York los clientes parecen estar de vuelta.

Penn Station Shoe Repair and Shoe Shine es una pequeña empresa de limpieza de calzado en la ciudad de Nueva York. En un día de semana reciente, los clientes se sentaron en el negocio de limpiabotas y sacaron periódicos y teléfonos para leer mientras se lustraban los zapatos. Los limpiabotas limpiaron el calzado y agregaron una sustancia aceitosa para proteger el material de cuero de los zapatos. Al terminar, los clientes pagaron ocho dólares por el trabajo.

Un cartel colgado en el pequeño negocio dice: “No somos Dios, pero salvamos suelas”, un juego de palabras en inglés "We are not God, but we save soles", donde soles (suelas) se pronuncia parecido a souls (almas).

El limpiabotas tiene una larga historia en Estados Unidos, que se remonta a cientos de años. Pero hoy, la tradición de obtener un brillo rápido se está debilitando. Los puestos de limpiabotas están desapareciendo en ciudades y pueblos de todo el país.

La pandemia de COVID-19 intensificó el declive empresarial. Más personas trabajan desde casa que en el pasado. Y se ha vuelto popular usar ropa de trabajo más informal. Todo esto significa menos clientes para los negocios de limpiabotas.

Nisan Khaimov es dueño del puesto de Penn Station y dijo que ahí se le daba brillo a entre 80 y 100 zapatos cada día laboral antes de la pandemia. Ahora es de 30 a 50 de martes a jueves y menos los lunes y viernes. El modelo de trabajo desde casa, que es común en todo Estados Unidos, está perjudicando su negocio.

Jairo Cárdenas, propietario de Alpha Shoe Repair Corp., pule una bota que está reparando, el 3 de febrero de 2023, en Nueva York.
Jairo Cárdenas, propietario de Alpha Shoe Repair Corp., pule una bota que está reparando, el 3 de febrero de 2023, en Nueva York.

“Hasta que la gente no vuelva a trabajar, los problemas no se resolverán”, dijo Khaimov.

Rory Heenan es un contador de 38 años de Filadelfia, Pensilvania. Relató que cuando era niño tomaba el tren con su padre camino al trabajo un viernes de cada mes y lo veía limpiarse los zapatos.

“Simplemente me sentaba aquí como un hombrecito, ya sabes, observando”, dijo. “Y aquí estoy 30 años después, haciendo lo mismo. Entonces, ciertamente es algo que se transmite con el tiempo”.

Al otro lado de la ciudad, Jairo Cárdenas también está sintiendo las pérdidas. El negocio en Alpha Shoes Repair Corporation ha bajado un 75 por ciento desde antes de la pandemia. Su negocio solía lustrar 60 o 70 zapatos al día. Ahora, en un buen día, limpia zapatos para 10 o 15 clientes.

Las reparaciones de zapatos generalmente generan más dinero que los brillos. En Leather Spa de David Mesquita, que opera cinco negocios de reparación y lustrado de calzado en el área, las reparaciones son la mayor parte de sus ventas. Pero los limpiabotas siguen siendo una oferta importante para atraer a la gente, ya que la mayoría de las empresas de reparación de calzado no tienen el servicio.

Antes de la pandemia, Leather Spa tenía cuatro sillas para lustrar zapatos en su negocio dentro de la Grand Central Terminal de Nueva York. Empleaba a seis limpiabotas. Juntos, darían unos 120 brillos al día. Ahora, hay tres limpiabotas que hacen 40 o 50 lustros al día como máximo.

Pero Mesquita está viendo que la gente regresa lentamente. Sus números de clientes de diciembre de 2022 aumentaron un 52 por ciento en comparación con diciembre de 2021.

“El tráfico está volviendo lentamente, estamos viendo a los viajeros entrar y todo, pero todavía no estamos al 100 por ciento de lo que éramos”, dijo Mesquita.

Agregó que el limpiabotas no es algo que vaya a desaparecer por completo.

“A la gente le gusta darse un capricho”, dijo, “ya sea una o dos veces por semana o, ya sabes, una vez cada dos semanas. Es agradable", concluyó.

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