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Mucho ruido para las ballenas


Una nave de las Fuerzas Armadas de EE.UU., utilizando un barco silencioso, observa un grupo de orcas en las islas de San Juan.
Una nave de las Fuerzas Armadas de EE.UU., utilizando un barco silencioso, observa un grupo de orcas en las islas de San Juan.

Los científicos marinos dicen que las ballenas no pueden comunicarse entre sí porque hay mucha polución de ruido en el mar. La industria de transporte busca soluciones.

Los barcos, planchones, cruceros y otros medios de transporte acuáticos hacen parte de las fotografías. Pero toda esta actividad marítima incrementa la cacofonía debajo del agua.

Conservadores y transportadores marítimos dialogan para encontrar formas de bajar los niveles de sonido bajo el agua.

Científicos marinos en la Universidad de Victoria grabaron sonidos a lo largo del océano, con micrófonos colocados en las embarcaciones que pasaban por Vancouver, Canadá. Para ellos, el sonido más claro era el de las ballenas, pero descubrieron que estos animales tienen básicamente que gritar para comunicarse entre ellos.

Michael Jasny, analista del Consejo de Recursos Naturales, dice que este “ruido nebuloso”, como él lo llama, es generado por las embarcaciones e impide a las ballenas comunicarse.

“El sonido que producen los barcos de carga se encuentra muy cercano a las frecuencias que las ballenas utilizan para sus intercambios básicos: alimentarse, encontrar compañero, evitar los predadores y navegar”, indica el especialista.

Esta es una ciencia muy nueva. Las fronteras entre ruido y calma, seguro y dañino, no han sido establecidas todavía. Pero Jasny cree que hay riesgos de que el problema aumente con el aumento del comercio internacional y la exploración del petróleo.

“Una investigación indica que tenemos un gran problema en nuestras manos. Esta es una realidad muy seria y global. Afortunadamente, en la cuestión de transportación ya tenemos una solución”, dice Jasny.

La solución es construir barcos silenciosos. Cerca a Victoria, Canadá, muchas empresas de barcos que se dedican a ver las ballenas están utilizando un equipo menos ruidoso.

Kathy Metcalf, director de asuntos marítimos de la Cámara de Transportación de EE.UU. dice que la industria de envíos estadounidense reconoce la probabilidad de estar creando polución a través de ruido y quiere ser parte de la solución.

“Nuestra idea es cambiar progresivamente el diseño de las embarcaciones antes de implantar estos cambios con leyes. Esto sería menos costroso para la industria”, indica Metcalf.

Estos nuevos diseños, además, prometen ser más económicos en términos del combustible que consumen.

Ella dice que la mejor forma de crear y trabajar con nuevos reglamentos en transportación marítima es a través de la Organización Internacional Marítima, parte de las Naciones Unidas. Metcalf estima que este proceso puede tomar unos cinco años.

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