La policía de Myanmar reprimió el martes a las personas que protestaban por el golpe militar en la capital, Naipyidó, realizando disparos de advertencia, balas de goma y cañones de agua, hiriendo gravemente al menos a dos manifestantes con lo que se cree que son impactos de bala.
Los manifestantes se reunieron en las calles de la capital birmana por cuarto día consecutivo, desafiando una serie de restricciones impuestas por la junta militar destinadas a detener las protestas masivas contra el derrocamiento del gobierno civil electo.
Un médico anónimo que trató a los manifestantes en un hospital de Naipyidó dijo al Servicio Birmano de la Voz de América que al menos dos manifestantes sufrieron lo que él cree que fueron heridas de bala, una en la cabeza y la otra en el pecho.
Myat Thwe Khine, de 20 años, fue colocado en un ventilador cuando entró en coma después de recibir un impacto de bala en la cabeza, según el galeno, quien dijo que las radiografías muestran que la bala todavía está alojada en su cabeza.
El médico dijo que Soe Wai, de 23 años, sufrió una herida de bala en el pecho.
El doctor no pudo decir cómo los manifestantes resultaron heridos por balas o cañones de agua, pero afirmó que la mayoría de las 20 personas tratadas en el hospital no resultaron heridas por balas de goma.
Inconformes
Las protestas del martes en Naipyidó ocurrieron pocas horas después de que las fuerzas armadas anunciaran un toque de queda, entre las 8:00 p.m. y las 4:00 a.m. en las ciudades de Rangún y Mandalay. El régimen también ha prohibido las reuniones de más de cuatro personas en todo el país.
También se realizaron manifestaciones en Rangún y Mandalay. Las agencias de noticias dicen que los manifestantes fueron atacados con cañones de agua en las tres ciudades.
En un comunicado, las Naciones Unidas expresaron una "gran preocupación" por la represión.
"Hago un llamado a las fuerzas de seguridad para que respeten los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluido el derecho a la reunión pacífica y la libertad de expresión", dijo el coordinador residente de la ONU en Birmania, Ola Almgren, en un comunicado. "El uso de fuerza desproporcionada contra manifestantes es inaceptable".
Almgren pidió a los líderes militares que respeten la voluntad de los ciudadanos de Myanmar, cumplan con las tradiciones democráticas y resuelvan las diferencias mediante negociaciones pacíficas.
Decenas de miles de personas han salido a protestar con fuerza en todo el país desde que comenzaron las manifestaciones, con carteles que rezaban "salvemos Myanmar" o "queremos democracia", así como con fotografías de Aung San Suu Kyi, la líder de facto del gobierno depuesto. Los manifestantes también levantaron un saludo de tres dedos mientras marchaban, una señal de resistencia contra la tiranía en las populares películas de 'Los Juegos del Hambre'.
