El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, insinuó que si tuviera el apoyo necesario, disolvería el Congreso y gobernaría con un Consejo de Estado, tal como ocurrió durante el régimen sandinista en los años 80.
"Si el Cosep (Consejo Superior de la Empresa privada) me da el respaldo, yo disuelvo la Asamblea Nacional. Ustedes tienen la palabra, mientras tanto no me queda más que conversar con la oposición”, dijo Ortega a un grupo de empresarios.
Luego el presidente se retractó y dijo que la disolución del Congreso sería una “hecatombe” y que él sería acusado de instaurar una “dictadura”.
No obstante, sus dichos despertaron las críticas de la oposición, con la que el mandatario se ha enfrentado en los últimos meses.
“Expresa la visión totalitaria que tiene del país, la intención de gobernar sin oposición, de controlar todo", dijo el diputado liberal José Pallais.
“Sería la consolidación de la dictadura en el país y una guerra civil", según el portavoz del Partido Liberal Constitucionalista, Leonel Teller.
