El Gobierno de la isla tiene la intención de suprimir el “más mínimo amago de protesta”, aseguró a la Voz de América José Miguel Vivanco, director para las América de Human Rights Watch.
Su comentario llegó justo el lunes, cuando una protesta masiva organizada por líderes opositores reunidos en la plataforma de Facebook Archipélago no tuvo lugar debido al despliegue policial en las principales ciudades del país.
“La dictadura cubana ha decidido hacer un manifiesto despliegue de fuerzas policiales y de seguridad del Estado en puntos clave en la Habana -pero también en otras ciudades- y reforzar la vigilancia que ya existía en los domicilios de artistas, disidentes y periodistas o personas bajo sospecha”, aseguró Vivanco.
El vocero de HRW considera que es poco lo que puede hacer la Casa Blanca al respecto, y que los únicos gobiernos que podrían presionar al presidente Miguel Díaz-Canel son aquellos que tienen relaciones con la isla, como las democracias de América Latina y Europa.
La directora para América Latina de Amnistía Internacional, Erika Guevara Rosas, dijo que a pesar del bloqueo impuesto por el gobierno de Cuba para evitar las protestas previstas para este lunes, la jornada “ha sido exitosa”.
Guevara dijo a la Voz de América desde la sede regional de la organización en México que el control del Estado para evitar las protestas y la persecución contra opositores ha ido en escalada.
“Me parece que ha sido una jornada exitosa porque ha puesto al descubierto a un gobierno que reprime y limita las libertades de opinión, de pluralidad, de la ciudadanía y de participar en la vida civil y política”, dijo Guevara.
La organización Freedom House, que también sigue de cerca la respuesta del gobierno de Cuba a la convocatoria de manifestación, considera que La Habana, al no poder controlar del todo el contenido de las redes sociales a través de las cuales se invita a protestar, ha optado por una “represión preventiva con efecto intimidatorio".
"El objetivo es sembrar miedo para que la gente no salga”, explicó a la VOA Alessandra Pinna, directora encargada para Latinoamérica y el Caribe de Freedom House.
A diferencia de las demostraciones que se daban en la isla de Cuba antes de la pandemia del COVID-19, Freedom House destaca que las personas que ahora se están pronunciando contra el gobierno van más allá de la oposición tradicional.
A lo que “estamos asistiendo en Cuba en el último año tiene muchas características nuevas en el sentido de que los que protestan no son solamente los disidentes más duros y puros, sino la gente de a pie. El cubano que ya no puede más”, explicó Alessandra Pina.
La contracción de la economía cubana en un 11% en 2020, debido principalmente a la caída de divisas generadas por el turismo, además de la incapacidad económica del gobierno para comprar comida, ha exacerbado los ánimos en la isla.
“Es innegable la conexión entre el deterioro social provocado por la pandemia y las nuevas personas que hoy se atreven a protestar en la isla además, por la falta de libertades, son exactamente las razones que llevaron a la sociedad civil cubana a convocar una protesta planificada”, explicó Vivanco.
Fuera de rodear las casas de los disidentes para impedirles salir a manifestarse, la organización Freedom House asegura que el nivel de represión contra las personas que lideran expresiones de inconformismo, ha aumentado.
“La represión cambia en medio de las circunstancias, ya no son solo detenciones arbitrarias, sino desapariciones forzadas”, aseguró Pinna.
Tanto Pinna como Vivanco coinciden en denunciar que la política de movilizar agentes a la casa de cualquier persona de la que el gobierno tenga alguna sospecha, ha hecho que las viviendas de los activistas se conviertan en centros de detención.
* El periodista Tomás Guevara contribuyó en este reportaje desde Washington DC.
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