Una protesta en contra de las minas en la frontera entre Perú y Bolivia ha dejado atrapados a más de 300 turistas.
El anuncio de la instalación de un nuevo centro minero de propietarios canadienses para extraer plata en la ruta que separa Bolivia y Perú generó las protestas de centenares de aymaras preocupados por la contaminación que dejará a su paso la extracción de ese material.
Centenares de personas llevan 16 días protestando en contra de las minas, en las proximidades de la ciudad peruana de Puno, donde los campesinos bolivianos han llegado para manifestarse
"Los 300 turistas que tenemos en la zona, básicamente europeos y japoneses, están incomunicados, no pueden trasladarse, no pueden salir; el puerto en el lago Titicaca (en Puno) ha sido tomado", dijo Carlos Canales, presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Perú, según cita France Press.
Los campesinos bolivianos cerrarán el cruce fronterizo que conecta Perú con el poblado boliviano de Copacabana, el más importante centro turístico y religioso de la región, en apoyo a la protesta de sus pares peruanos, indica la agencia de noticias.
"Vamos a empezar nosotros también a sumarnos a las marchas y protestas que están haciendo nuestros hermanos peruanos", dijo Fidel Pomacusi, dirigente de la junta de vecinos de Kasani, sobre el Lago Titicaca.
La huelga no afecta sólo a los turistas, sino también al transporte transfronterizo, que ha visto alteradas sus rutas comerciales hacia la costa peruana.
Algunas voces se han alzado para bloquear la segunda ronda electoral el próximo 5 de mayo en Perú si no se llega a una solución en el asunto.
El presidente Alan García encomendó el diálogo a una comisión independiente.