El republicano Scott Walker suspendió su campaña presidencial, poniendo fin a un esfuerzo de ocho semanas en las que pasó de ser uno de los principales candidatos a la insignificancia política en el crucial estado de Iowa, uno de los más importantes en las elecciones primarias.
Analistas y conocedores de la situación atribuyeron la decisión del gobernador de Wisconsin a la falta de financiamiento, mientras Walker visitaba distintas áreas de Iowa, y buscaba apoyo para la nominación republicana en otros estados clave que parecen favorecer su mensaje conservador.
Pero este lunes, Walker dijo que se había desilusionado de la contienda republicana y que en general la campaña se había “desviado hacia los ataques personales”. Walker no dio detalles, pero en una afirmación indirecta hacia el principal candidato del partido, el millonario Donald Trump, instó al resto de aspirantes presidenciales a desarrollar “una alternativa conservadora positiva frente al candidato que está en primer lugar”.
Walker capturó la atención nacional en 2012, después de salir victorioso de su enfrentamiento con los sindicatos de trabajadores públicos de su estado, y más tarde por sobrevivir a una elección para ser destituido, que fue mayormente organizada y respaldada por esos mismos trabajadores públicos y sus seguidores.
Sin embargo, su campaña presidencial, lanzada en julio, no logró impulso a nivel nacional y encuestas recientes lo mostraron con menos del 5 por ciento de aprobación de posibles votantes en Iowa.