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Transcripción del discurso del presidente Biden sobre el Estado de la Nación


El presidente Joe Biden pronuncia el discurso sobre el Estado de la Nación, en el Capitolio, el martes 7 de febrero de 2023, en Washington, mientras la vicepresidenta Kamala Harris aplaude. Jacquelyn Martin/vía REUTERS/Foto de archivo
El presidente Joe Biden pronuncia el discurso sobre el Estado de la Nación, en el Capitolio, el martes 7 de febrero de 2023, en Washington, mientras la vicepresidenta Kamala Harris aplaude. Jacquelyn Martin/vía REUTERS/Foto de archivo

La Casa Blanca publicó esta traducción del discurso del presiddente Joe Biden del Estado de la Nación 2023.

EL PRESIDENTE: Sr. Presidente de la Cámara (aplausos).

(De cara al público) Gracias. Puede sonreír, está bien.

Gracias, gracias, gracias. (Aplausos). Gracias. Por favor.

Sr. Presidente de la Cámara. Sra. Vicepresidenta. Nuestra primera dama y segundo caballero. Qué bueno verlos ahí. (Aplausos). Miembros del Congreso.

Y por cierto, juez en jefe, quizá necesito una orden del tribunal. (Risas). Ella va a ir al juego mañana, la semana próxima; yo me tengo que quedar en casa. Tenemos que hacer algo aquí.

[En Español] Biden ofrece Discurso sobre el Estado de la Nación
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Miembros del Gobierno. Líderes de nuestro ejército. Juez en jefe, jueces asociados, jueces retirados del Tribunal Supremo. Y ustedes, mis conciudadanos estadounidenses.

Empiezo esta noche felicitando a los miembros del 118 º Congreso y al nuevo Presidente de la Cámara, Kevin McCarthy. (Aplausos).

Señor presidente de la Cámara, no quiero arruinar su reputación, pero espero con interés trabajar con usted. (Risas).

También quiero felicitar al nuevo líder de los demócratas de la Cámara y primer líder de la minoría afroestadounidense en la Cámara de la historia, Hakeem Jeffries. (Aplausos).

Ganó a pesar de que hice campaña por él. (Risas).

Enhorabuena al líder del Senado con más años en el cargo de la historia, Mitch McConnell. ¿Dónde estás Mitch? (Aplausos).

Y enhorabuena a Chuck Schumer por otro mandato como líder de la minoría [mayoría] en el Senado, saben, creo, solo que esta vez tiene una mayoría un poco mayor. Sr. Líder. Usted es el líder de la mayoría. ¿Cuánto mayor? (Risas).

Bien, quiero decirles, quiero ofrecer un reconocimiento especial a alguien que creo que será considerada la mejor Presidenta en la historia de esta Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. (Aplausos).

Amigos, la historia de Estados Unidos es una historia de progreso y resiliencia. De siempre ir hacia adelante. De nunca, nunca, rendirse.

Una historia única entre las naciones.

Somos el único país que ha surgido de cada crisis que haya experimentado más fuerte que cuando entró en ella.

Presidente Biden destaca su agenda económica y envía mensaje a China
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Miren, amigos, eso es lo que estamos haciendo de nuevo.

Hace dos años, la economía se tambaleaba.

Estoy aquí esta noche después de que hayamos creado, con la ayuda de muchas personas en esta sala, 12 millones de nuevos puestos de trabajo, más empleos creados en dos años que los que ningún presidente haya creado nunca en cuatro años, debido a todos ustedes, debido al pueblo estadounidense. (Aplausos).

Hace dos años, y hace dos años, COVID había cerrado, cerrado nuestros negocios, fue un gran robo a nuestras escuelas.

Hoy, COVID ya no controla nuestras vidas.

Y hace dos años, nuestra democracia se enfrentaba a su mayor amenaza desde la Guerra Civil.

Y hoy, aunque golpeada, nuestra democracia permanece intacta e inquebrantable. (Aplausos).

Al reunirnos aquí esta noche, estamos escribiendo el siguiente capítulo de la gran historia estadounidense, una historia de progreso y resiliencia. Cuando los líderes mundiales me piden que defina a Estados Unidos, y lo hacen, lo crean ustedes o no, yo digo que lo defino con una palabra, y así lo creo: Posibilidades. No pensamos que haya nada más allá de nuestra capacidad. Todo es posible.

Saben, a menudo nos dicen que los demócratas y los republicanos no pueden trabajar juntos.

Pero en estos dos últimos años hemos demostrado que los cínicos y los detractores estaban equivocados.

Sí, hemos discrepado mucho. Y sí, hubo momentos en los que los demócratas tuvieron que actuar solos.

Pero una y otra vez, demócratas y republicanos nos unimos.

Nos unimos para defender una Europa más fuerte y segura.

Nos unimos para aprobar una ley de infraestructuras única en una generación, tendiendo puentes para conectar nuestra nación y a nuestra gente.

Nos unimos para aprobar una de las leyes más importantes de la historia para ayudar a los veteranos expuestos a quemaduras tóxicas. De hecho, es importante (Aplausos).

Y de hecho, he firmado más de 300 leyes bipartidistas desde que soy presidente. Desde la reautorización de la Ley sobre la Violencia contra la Mujer hasta la Ley de Reforma del Recuento Electoral, pasando por la Ley de Respeto al Matrimonio, que protege el derecho a casarse con la persona amada.

A mis amigos republicanos, si pudimos trabajar juntos en el último Congreso, no hay razón para que no podamos hacerlo en este nuevo Congreso y encontremos el consenso en materias importantes. (Aplausos).

Amigos, ustedes están tan informados como yo, pero creo que el pueblo nos ha enviado un mensaje claro. Luchar por luchar, el poder por el poder, el conflicto por el conflicto, no nos lleva a ninguna parte.

Y esta siempre ha sido mi visión para nuestro país, y sé que es la de muchos de ustedes.

Restaurar el alma de la nación.

Reconstruir la columna vertebral de Estados Unidos, la clase media de Estados Unidos.

Y unir al país.

Hemos sido enviados aquí para terminar el trabajo, en mi opinión.

Durante décadas, la clase media fue vaciada, y aún más, y ninguna administración, pero durante un largo tiempo.

Demasiados puestos de trabajo bien remunerados se trasladaron al extranjero. Las fábricas en el país cerraron.

Ciudades y pueblos antaño prósperos que muchos de ustedes representan se convirtieron en sombras de lo que solían ser.

Y por el camino se perdió algo más.

El orgullo. El sentido de la autoestima.

Me presenté a la Presidencia para cambiar las cosas en lo fundamental, para garantizar que la economía funcione para todos y que todos podamos sentirnos orgullosos de lo que hacemos.

Para construir una economía de abajo arriba y de la clase media hacia fuera, no de arriba abajo. Porque cuando a la clase media le va bien, los pobres tienen una escalera para subir y a los ricos les sigue yendo muy bien. A todos nos va bien.

Sé que muchos de ustedes se ríen de mí porque siempre cito a mi padre, pero como decía mi padre, “Joey, un trabajo es mucho más que un sueldo”. De verdad que decía esto, es mucho más que un sueldo. Se trata de tu dignidad. Se trata de respeto. Se trata de poder mirar a tu hijo a los ojos y decirle: “Cariño, todo va a salir bien”, y decirlo en serio.

Bien, amigos, veamos los resultados. La tasa de desempleo es del 3,4 %, el nivel más bajo en 50 años. (Aplausos). Casi un récord, casi un récord en el desempleo. Una tasa de desempleo para los trabajadores negros e hispanos casi sin precedentes.

Ya hemos creado, con su ayuda, 800.000 empleos manufactureros bien remunerados, el crecimiento más rápido en 40 años. (Aplausos).

Y ¿Dónde dice, dónde dice que Estados Unidos no puede ser el líder mundial del sector manufacturero? No sé dónde está escrito eso.

Durante muchas décadas importamos productos y exportamos empleos. Ahora, gracias a todo lo que han hecho ustedes, estamos exportando productos estadounidenses y creando empleos en Estados Unidos. (Aplausos).

Amigos, la inflación ha sido un problema mundial porque la pandemia perturbó nuestras cadenas de suministro y la injusta y brutal guerra de Putin en Ucrania interrumpió los suministros de energía y alimentos, al bloquear todo el grano de Ucrania.

Pero ahora mismo estamos mejor posicionados que ningún otro país en la Tierra.

Nos queda más por hacer, pero aquí en el país, la inflación está bajando.

En nuestro país, el precio de la gasolina ha bajado 1,50 dólares desde su máximo.

La inflación de los alimentos está bajando, no lo suficientemente rápido, pero está bajando.

La inflación ha bajado cada mes durante los últimos seis meses, mientras que el sueldo neto ha subido.

Además, en los dos últimos años, una cifra récord de 10 millones de estadounidenses presentaron solicitudes de creación de pequeñas empresas. Diez millones. (Aplausos).

Y por cierto, cada vez que alguien crea una pequeña empresa, es un acto de esperanza.

Y Sra. Vicepresidenta quiero agradecerle que lidere ese esfuerzo para garantizar que más pequeñas empresas tengan acceso al capital y a las leyes históricas que elaboramos y van a promulgarse.

Aquí, el año pasado, compartí con ustedes una historia de genialidad y posibilidades estadounidenses.

Los semiconductores, pequeños chips del tamaño de la punta de un dedo que hacen funcionar todo, desde teléfonos móviles a automóviles, y mucho más. Estos chips se inventaron en Estados Unidos. Que quede claro. Fueron inventados en Estados Unidos. (Aplausos).

Estados Unidos fabricaba casi el 40 por ciento de los chips del mundo.

En las últimas décadas perdimos nuestra ventaja y sólo producimos el 10 por ciento. Todos vimos lo que ocurrió durante la pandemia cuando cerraron las fábricas de chips en el extranjero.

Los automóviles actuales necesitan hasta 3.000 chips cada uno, pero los [fabricantes] de automóviles estadounidenses no podían fabricar suficientes autos porque no había suficientes chips.

Los precios de los autos subieron. Hubo despidos en masa. Y lo mismo ocurrió con los frigoríficos y los teléfonos móviles.

No podemos permitir que eso vuelva a ocurrir.

Por eso, (aplausos) por eso que nos hemos unido para aprobar la ley bipartidista de CHIPS y Ciencia. (Aplausos).

Amigos, sé que se me ha criticado por decir esto, pero no voy a cambiar mi punto de vista. Nos estamos asegurando de que la cadena de suministro de Estados Unidos empiece en Estados Unidos. La cadena de suministro de Estados Unidos empieza en Estados Unidos. (Aplausos).

Ya hemos creado, (aplausos), ya hemos creado 800.000 nuevos puestos de trabajo en el sector manufacturero incluso sin esta ley, antes de que entre en vigor.

Con esta nueva ley, crearemos cientos de miles de nuevos puestos de trabajo en todo el país. Y quiero decir en todo el país. No solamente en la costa, sino también en el centro del país.

Eso vendrá de empresas que han anunciado más de 300.000 millones de dólares en inversiones en el sector manufacturero estadounidense en los próximos años.

En las afueras de Columbus (Ohio), Intel está construyendo fábricas de semiconductores en mil acres, literalmente un campo de ensueño.

Eso dará lugar a 10.000 puestos de trabajo, tan solo esa inversión. 7000 empleos en la construcción. 3000 empleos en las fábricas una vez terminadas, las llaman fábricas.

Empleos que pagan en promedio 130.000 dólares al año, y muchos no requieren título universitario. (Aplausos).

Empleos, porque trabajamos juntos, en los que la gente no tiene que salir de sus poblaciones de origen en busca de oportunidades.

Y esto no ha hecho más que empezar.

Piensen en las nuevas viviendas, las nuevas pequeñas empresas, las empresas grandes y medianas, y muchas otras cosas que serán necesarias para apoyar a estos 3000, estos 3000 empleos permanentes en las fábricas que se van a construir.

Hablen con alcaldes y gobernadores, demócratas y republicanos, y les dirán lo que esto significa para sus comunidades.

Estamos viendo cómo estos campos de ensueño transforman el corazón del país.

Pero para mantener la economía más fuerte del mundo, también necesitamos las mejores infraestructuras del mundo. (Aplausos).

Y amigos, ya lo saben, solíamos tener el 1er puesto del mundo en infraestructuras, y luego caímos al puesto 13 º. Los Estados Unidos de América, en el puesto 13 º del mundo en lo que se refiere a infraestructura, infraestructura moderna.

Ahora mejoraremos porque nos unimos para aprobar la ley bipartidista de infraestructuras, la mayor inversión en infraestructuras desde el Sistema de Autopistas Interestatales del presidente Eisenhower. (Aplausos).

Y amigos, ya hemos financiado más de 20.000 proyectos, incluso en los principales aeropuertos, desde Boston hasta Atlanta y Portland.

Estos proyectos pondrán a trabajar a cientos de miles de personas en la reconstrucción de nuestras autopistas, puentes, ferrocarriles, túneles, puertos y aeropuertos, agua potable e Internet de alta velocidad en todo Estados Unidos. Urbano. Suburbano. Rural. Tribal.

Y amigos, no hemos hecho más que empezar. No hemos hecho nada más que empezar. (Aplausos).

Lo digo sinceramente, agradezco a mis amigos republicanos que votaron a favor de la ley. Y a mis amigos republicanos que votaron en contra también. Pero si todavía, si todavía me piden que financie proyectos en sus distritos, no se preocupen. Prometí ser el presidente de todos los estadounidenses. Financiaremos sus proyectos. Y les veré en la inauguración. (Aplausos).

Miren, esta ley, esta ley ayudará a unir aún más a todo Estados Unidos.

Proyectos como el puente Brent Spence entre Kentucky y Ohio sobre el río Ohio. Construido hace 60 años. Muy necesitado de reparaciones. Una de las rutas de transporte de mercancías más congestionadas del país, que transporta diariamente mercancías por valor de 2.000 millones de dólares. La gente lleva décadas hablando de arreglarla, pero por fin vamos a hacerlo.

Fui allí el mes pasado con demócratas y republicanos de ambos estados para entregar 1.600 millones de dólares designados para este proyecto. (Aplausos).

Mientras estaba allí, conocí a una joven trabajadora llamada Saria, que está aquí esta noche. No sé dónde está Saria, ¿está en el palco? No lo sé. Saria, ¿cómo estás?

Bien, Saria, durante 30 años, 30 años, me dijo, ha sido una orgullosa miembro del Local 44 del sindicato de construcción con hierro, conocidos como (aplausos) los “vaqueros del cielo” (aplausos), los trabajadores que construyeron el paisaje urbano de Cincinnati.

Sara dice que tiene muchas ganas de estar diez pisos por encima del río Ohio construyendo ese nuevo puente. Que Dios la bendiga (risas y aplausos), eso es estar orgulloso.

Eso es lo que también estamos construyendo, reconstruyendo el orgullo.

Miren, también estamos sustituyendo las tuberías de plomo tóxico que llegan a 10 millones de hogares en Estados Unidos y a 400.000 escuelas y guarderías, para que todos los niños de Estados Unidos, todos los niños de Estados Unidos, puedan beber agua limpia en lugar de sufrir daños permanentes a su cerebro. (Aplausos).

Miren, estamos asegurándonos (aplausos), asegurándonos, de que todas las comunidades, todas las comunidades en Estados Unidos, tengan acceso a Internet asequible de alta velocidad.

Ningún padre debería tener que conducir hasta el estacionamiento de un McDonald’s para que su hijo pueda hacer los deberes por Internet, y muchos lo hacen con sus hijos, muchos, miles, lo hacen en todo el país.

Y cuando hagamos estos proyectos, y de nuevo, me critican por esto pero no me excuso por ello, vamos a comprar lo que esté hecho en Estados Unidos. (Aplausos). Vamos a comprar lo que esté hecho en Estados Unidos.

Amigos, (aplausos), es totalmente, es totalmente congruente con las reglas de comercio internacional. Comprar lo que esté hecho en Estados Unidos ha sido ley en el país desde 1933. Pero durante demasiado tiempo, las administraciones anteriores, demócratas y republicanas, han encontrado formas de eludirla.

Ahora ya no.

Esta noche también anuncio nuevas normas para exigir que todos los materiales de construcción utilizados en los proyectos federales de infraestructuras sean fabricados en Estados Unidos. (Aplausos). Hechos en Estados Unidos. Lo digo en serio. (Aplausos). Madera, vidrio, paneles de yeso y cables de fibra óptica.

Y durante mi mandato, las carreteras, puentes y autopistas estadounidenses se construirán con productos estadounidenses también.

Amigos, mi plan económico consiste en invertir en lugares y personas que han sido olvidados. Muchos de ustedes que están escuchando esta noche, sé lo que sienten. Muchos de ustedes sienten que sencillamente han sido olvidados. En medio de la agitación económica de las últimas cuatro décadas, demasiadas personas han sido dejadas atrás o tratadas como si fueran invisibles.

Tal vez sea usted, mirando desde su casa. Recuerda los trabajos que desaparecieron. Los recuerda, ¿verdad?

La gente en sus hogares los recuerda, y se pregunta si existe ya un camino para que usted y sus hijos salgan adelante sin tener que mudarse.

Bien, pues esa es la razón, lo entiendo. Esa es la razón por la que estamos creando una economía en la que no se deje a nadie atrás.

Vuelven los empleos, vuelve el orgullo, gracias a las decisiones que hemos tomado en los dos últimos años.

Desde mi punto de vista este es un proyecto para reconstruir la clase trabajadora de Estados Unidos y marcar una diferencia real en sus vidas en sus hogares. (Aplausos).

Por ejemplo, muchos de ustedes se acuestan por la noche mirando al techo, preguntándose qué ocurrirá si por amor de Dios, su cónyuge tiene cáncer, si su hijo se enferma de algo fatal o si le ocurre algo a usted. ¿Qué hará, tendrá dinero para pagar las facturas médicas? ¿Tendrá que vender la casa o asumir una segunda hipoteca para esta?

Lo entiendo. Lo entiendo.

Con la Ley para la Reducción de la Inflación que he promulgado, nos enfrentamos a poderosos intereses para reducir los costes sanitarios y que ustedes puedan dormir mejor por la noche y más seguros.

Saben, pagamos más por los medicamentos recetados que cualquier otro país del mundo. Permítanme decirlo de nuevo: pagamos más por los medicamentos recetados que cualquier otro país principal del planeta.

Por ejemplo, uno de cada diez estadounidenses tiene diabetes. Muchos de ustedes en esta cámara y en el público. Cada día, millones de personas necesitan insulina para controlar su diabetes y literalmente seguir con vida. La insulina existe desde hace más de 100 años. El hombre que la inventó ni siquiera la patentó porque quería que estuviera a disposición de todo el mundo.

La fabricación de la insulina sólo cuesta alrededor de 10 dólares por ampolla a las empresas farmacéuticas. Con el paquete y lo demás, quizá llegue a 13 dólares. Pero, las grandes empresas farmacéuticas han estado cobrando injustamente a la gente cientos de dólares, de 4 a 500 dólares al mes, y obteniendo beneficios récord. Ahora ya no. (Aplausos). Ahora ya no.

Esta ley también pone un tope máximo de 2.000 dólares al año a los gastos personales de los ancianos con Medicare en medicamentos, pues en realidad hay muchos fármacos, como los caros medicamentos contra el cáncer, que pueden costar hasta 10.000, 12.000 y 14.000 dólares al año.

Así que muchas de las cosas que hemos hecho están empezando a notarse. Dijimos que íbamos a hacer esto y que aprobaríamos la ley para hacerlo, pero la gente no lo sabía porque la ley no entró en vigor hasta el 1 de enero de este año.

Limitamos el coste de la insulina a 35 dólares al mes para las personas mayores con Medicare. (Aplausos). La gente está empezando a enterarse, y estoy seguro de que ustedes reciben las mismas llamadas que yo recibo.

Miren, hay millones de estadounidenses que no, que no tienen Medicare, entre ellos 200.000 jóvenes con diabetes de tipo I que necesitan insulina para salvar sus vidas, que necesitan esta insulina para estar vivos.

Acabemos el trabajo esta vez. Limitemos el coste de la insulina a 35 dólares al mes para todo el mundo. (Aplausos).

Amigos, a las grandes farmacéuticas todavía les va a ir muy bien, se lo prometo a todos. Les prometo que les va a ir muy bien.

Esta ley también, esta ley también pone un tope máximo, que no entrará en vigor hasta 2025, de 2000 dólares al año a los gastos de pago de fármacos de los ancianos con Medicare. No hay que pagar más de 2000 dólares al año independientemente de lo que cuesten sus medicamentos. ¿Saben por qué? Todos lo saben. (Aplausos).

Muchos de ustedes, como muchos en mi familia, tienen cáncer. Saben que los medicamentos contra el cáncer oscilan entre 10.000, 11.000, 14.000 a 15.000 dólares al año en fármacos contra el cáncer.

Si los precios de los medicamentos suben más rápido que la inflación, las compañías farmacéuticas tendrán que devolver a Medicare la diferencia. (Aplausos).

Y por fin, por fin, vamos a dar a Medicare el poder de negociar los precios de los medicamentos. (Aplausos).

Reducirá, se reducirán, los costes de los medicamentos recetados lo cual no sólo ahorrará dinero a los ancianos, sino que recortará el déficit federal en miles de millones de dólares (aplausos), en cientos de miles de millones de dólares porque estos medicamentos con receta son comprados por Medicare para hacer cumplir su compromiso con los ancianos.

Bien, ¿qué creen? En vez de pagar 4 o 500 dólares al mes, pagarán 15. Eso son muchos ahorros para el gobierno federal.

Y por cierto, ¿Por qué no íbamos a querer hacerlo?

Algunos miembros de esta cámara amenazan, y sé que no es la posición oficial del partido, así que no voy a exagerar, pero amenazan con derogar la Ley de Reducción de la Inflación. (Aplausos).

Como diría mi entrenador, está bien. Es justo. Como solía decir mi entrenador de fútbol americano, “Mucha suerte en tu último año”. (Risas).

No se equivoquen, si intentan hacer algo para aumentar el coste de los medicamentos con receta, lo vetaré. (Aplausos).

Me complace decir que ahora hay más estadounidenses con seguro médico que nunca en la historia. Una cifra récord de 16 millones de personas están inscritas en la Ley de Asistencia de Salud Asequible. (Aplausos).

Y gracias, gracias a la ley que firmé el año pasado, millones de personas ahorran, ahorran, 800 dólares al año en sus primas.

Pero tal y como está redactada esa ley, ese beneficio expira después de 2025. Así que les ruego a algunos de ustedes al menos entre los que están aquí, que terminemos el trabajo y hagamos que esos ahorros sean permanentes. (Aplausos). Ampliemos la cobertura de Medicaid. (Aplausos).

Miren, la Ley de Reducción de la Inflación es también la inversión más importante jamás realizada para hacer frente a la crisis climática. (Aplausos). Reducirá las facturas de los servicios públicos, creará puestos de trabajo en Estados Unidos y conducirá al mundo hacia un futuro de energía limpia.

He visitado las devastadoras consecuencias de inundaciones y sequías sin precedentes, tormentas e incendios forestales desde Arizona a Nuevo México, hasta la frontera con Canadá.

Se ha quemado leña en más tamaño que el estado de Misuri entero de lo que he observado desde helicópteros. ¿Y no tenemos calentamiento global? No hay problema

Además de la recuperación de emergencia desde Puerto Rico hasta Florida e Idaho, estamos reconstruyendo a largo plazo.

Nuevas redes eléctricas capaces de resistir la próxima gran tormenta, y no, prevenir esos incendios, los incendios forestales. Carreteras y sistemas de abastecimiento de agua que resistan la próxima gran inundación. Energía limpia para reducir la contaminación y crear empleo en comunidades que a menudo se quedan atrás.

Estamos construyendo 500.000 estaciones de recarga de vehículos eléctricos instaladas en todo el país por decenas de miles de trabajadores del “IBEW”. (Aplausos).

Y ayudando a las familias a ahorrar más de 1000 dólares al año con créditos tributarios por la compra de vehículos eléctricos y electrodomésticos de bajo consumo, electrodomésticos eficientes en su uso de energía.

Esfuerzos históricos de conservación para ser administradores responsables de nuestras tierras.

Afrontemos la realidad. A la crisis climática no le importa si su estado es rojo o azul. Es una amenaza existencial.

Tenemos la obligación, no solo para nosotros, sino ante nuestros hijos y nietos de hacerle frente.

Estoy orgulloso de que Estados Unidos esté por fin dando un paso adelante ante este desafío. Todavía vamos a necesitar petróleo y gas durante un tiempo pero, ¿saben qué?, (aplausos), sabemos, aún queda mucho por hacer. Tenemos que acabar el trabajo.

Y pagaremos estas inversiones en nuestro futuro haciendo que, por fin, los más ricos y las mayores empresas empiecen a pagar la parte que les corresponde. (Aplausos). Solo el comienzo.

Miren, soy capitalista. Soy capitalista. Pero paguen su parte justa.

Y creo que muchos de ustedes en sus casas, muchos de ustedes en sus casas, están de acuerdo conmigo y con muchas personas que ustedes conocen: Nuestro sistema fiscal actual no es justo. No es justo. (Aplausos).

Miren, ¿La idea de que en 2020, 55 de las mayores empresas de Estados Unidos, de Fortune 500, obtuvieran 40.000 millones de dólares en beneficios y no pagaran nada en impuestos federales? Nada

PÚBLICO: Buuu —

EL PRESIDENTE: Amigos, sencillamente no es justo.

Pero ahora, gracias a la ley que firmé, las empresas multimillonarias tienen que pagar un mínimo del 15 %. Dios los ama. (Aplausos). El 15 por ciento. Eso es menos de lo que paga una enfermera. (Aplausos).

Que quede bien claro. Lo dije al principio: Con mi plan, mientras yo sea presidente, nadie que gane menos de 400.000 dólares al año pagará un céntimo más en impuestos. Nadie. Ni un centavo. (Aplausos).

Pero acabemos el trabajo. Hay más por hacer. (Aplausos).

Recompensemos el trabajo, no sólo la riqueza. Aprueben mi propuesta de un impuesto mínimo a los multimillonarios. (Aplausos). Saben que hay mil multimillonarios en Estados Unidos. Un aumento de los 600 al comienzo de mi término. Pero ningún multimillonario debería pagar menos impuestos que un maestro de escuela o un bombero. (Aplausos). Lo digo en serio, piénsenlo.

Quiero decir, miren, sé que no todos están entusiasmados al respecto, pero piénsenlo. Piénsenlo.

Habrán notado que las grandes petroleras acaban de reportar ganancias récord. El año pasado ganaron 200.000 millones de dólares en plena crisis energética mundial. Es indignante.

¿Por qué? Invirtieron muy poco de esos beneficios en aumentar la producción nacional. Y cuando hablamos con ellos, un par dijeron: “Tenemos miedo de que vaya a cerrar todos los pozos y todas las refinerías en cualquier caso, así que ¿por qué íbamos a invertir en ellos?”. Les dije “Vamos a necesitar petróleo al menos durante otra década, y eso va a exceder…” (Risas) y más. Lo vamos a necesitar. Producción.

Si de hecho hubieran invertido en la producción para mantener los precios de la gasolina bajos, en su lugar utilizaron los beneficios sin precedentes para comprar de nuevo sus propias acciones y recompensar a sus accionistas y a su CEO.

Las corporaciones deben hacer lo correcto.

Por eso propongo que cuadrupliquemos el impuesto sobre las recompras de acciones de las empresas para fomentar en su lugar las inversiones a largo plazo. Seguirán obteniendo beneficios considerables.

Acabemos el trabajo y cerremos las lagunas que permiten a los muy ricos eludir el pago de sus impuestos.

En lugar de reducir el número de auditorías a los contribuyentes ricos, firmé una ley que reducirá el déficit en 114.000 millones de dólares mediante la represión de los defraudadores fiscales ricos. (Aplausos). Eso es ser fiscalmente responsable.

En los dos últimos años, mi Gobierno ha recortado el déficit en más de 1,7 billones de dólares, la mayor reducción del déficit de la historia de Estados Unidos. (Aplausos).

Bajo la administración anterior, el déficit de Estados Unidos aumentó cuatro años seguidos. (Aplausos).

Debido a esos déficits récord, ningún presidente aumentó más la deuda nacional en cuatro años que mi predecesor.

Casi el 25 por ciento de toda la deuda nacional, una deuda que tardó 200 años en acumularse, fue añadida sólo por una administración, la última. Esto son datos. Revísenlos. Revísenlos.

¿Cómo respondió el Congreso a toda esa deuda? Hicieron lo correcto. Elevaron el límite de la deuda tres veces sin condiciones previas ni crisis. (Aplausos). Pagaron las facturas de Estados Unidos para evitar el desastre económico de nuestro país.

Esta noche, pido a este Congreso que siga su ejemplo. (Aplausos). Comprometámonos aquí esta noche a que la plena fe y el crédito de los Estados Unidos de América nunca jamás sean cuestionados.

Algunos de mis amigos republicanos quieren tomar la economía como rehén, lo entiendo, a menos que yo esté de acuerdo con sus planes económicos. Todos ustedes en sus casas deben saber cuáles son sus planes.

En lugar de hacer que los ricos paguen su parte justa, algunos republicanos quieren que Medicare y el seguro social se extingan cada cinco años. No digo que sea la mayoría de ellos.

PÚBLICO: Buuu —

EL PRESIDENTE: Permítanme —

PÚBLICO: ¡No!

EL PRESIDENTE: Cualquiera que lo dude que se ponga en contacto con mi oficina. Le daré una copia. Le daré una copia de la propuesta

MIEMBRO DEL PÚBLICO: ¡Mentiroso!

EL PRESIDENTE: Eso significa que si el Congreso no vota…

Bien, me alegro de ver, no le estoy diciendo, disfruto la conversión. (Risas).

Saben, eso significa que si el Congreso no mantiene los programas como están, desaparecerán.

Otros republicanos dicen, no digo que sea la mayoría de ustedes. No creo que sea una cantidad significativa —

MIEMBRO DEL PÚBLICO: (Inaudible.)

EL PRESIDENTE: … pero hay individuos que lo están proponiendo.

No, no los nombro por educación, pero algunos de ustedes lo están proponiendo.

(Conversaciones entre el público.)

EL PRESIDENTE: Miren, amigos, la idea es que no vamos a movernos por ser amenazados con no pagar la deuda si no respondemos. (Aplausos).

Amigos, (aplausos). Así que amigos, como aparentemente estamos todos de acuerdo, el seguro social y Medicare ya no están en los libros, ¿correcto? (aplausos). ¿No los vamos a tocar? (Aplausos).

Bien, Bien. ¡Tenemos unanimidad! (Aplausos).

El seguro social y Medicare son un salvavidas para millones de personas mayores. Los estadounidenses han estado pagando por ellos con cada cheque desde que empezaron a trabajar.

Así que esta noche, pongámonos todos de acuerdo, y aparentemente lo estamos, para defender a los mayores. (Aplausos). Levantémonos y demostrémosles que no recortaremos el seguro social. No recortaremos Medicare.

Esas prestaciones pertenecen al pueblo estadounidense. Se las han ganado. Si alguien intenta recortar el seguro social, lo cual aparentemente nadie va a hacer, (risas y aplausos), y si alguien intenta recortar Medicare, lo detendré. Lo vetaré. (Aplausos).

Y miren, no permitiré que se las quiten. Ni hoy. Ni mañana. Ni nunca.

Pero aparentemente no va a ser un problema. (Risas y aplausos).

El mes que viene, cuando ofrezca mi plan fiscal, pido a mis amigos republicanos que ofrezcan el suyo. En serio. Podemos sentarnos juntos y discutir ambos planes juntos. (Aplausos). Hagámoslo.

Les puedo decir, el plan que les voy a mostrar reducirá el déficit en 2 billones de dólares, y no recortará ni una sola prestación del seguro social o de Medicare.

De hecho, ampliaré el fondo fiduciario de Medicare al menos dos décadas, porque el próximo argumento será: ¿Cómo lo mantenemos solvente?, ¿cierto?

Bien, no aumentaré los impuestos a nadie que gane menos de 400.000 dólares al año. Y pagaré por las ideas de las que he hablado esta noche haciendo que los ricos y las grandes empresas empiecen a pagar lo que les corresponde. (Aplausos).

Miren, miren, miren, este es el asunto. Las grandes corporaciones no sólo se aprovechan del código fiscal. Se están aprovechando de ustedes, los consumidores estadounidenses.

Este es mi mensaje para todos ustedes: Les respaldo. Ya estamos impidiendo que las compañías de seguros envíen facturas médicas sorpresa, poniendo fin a facturas sorpresa por valor de mil millones [1 millón] de dólares al mes. (Aplausos).

Estamos protegiendo las vidas y los ahorros de las personas mayores tomando medidas enérgicas contra las residencias de ancianos que cometen fraude, ponen en peligro la seguridad de los pacientes o recetan medicamentos que no necesitan.

Millones de estadounidenses pueden ahorrarse ahora miles de dólares porque por fin pueden adquirir audífonos sin receta. (Aplausos).

Miren, el capitalismo sin competencia no es capitalismo. Es extorsión. Es explotación.

El año pasado tomé medidas enérgicas contra las compañías navieras extranjeras que nos hacían pagar precios más altos por los productos que entraban en nuestro país.

Firmé un proyecto de ley bipartidista que reducía los costes de envío en un 90 por ciento, ayudando a los agricultores, las empresas y los consumidores estadounidenses.

Acabemos el trabajo. Aprobemos legislación bipartidista para fortalecer y, para fortalecer la aplicación de la legislación antimonopolio e impedir que las grandes plataformas en línea den a sus propios productos una ventaja injusta. (Aplausos).

Mi Administración también está luchando contra las tasas “basura”, esos recargos ocultos que demasiadas empresas utilizan para hacernos pagar más.

Por ejemplo, estamos obligando a las aerolíneas a mostrar por adelantado el precio íntegro del billete y a devolver el dinero si su vuelo se cancela o se retrasa. Hemos reducido las exorbitantes comisiones bancarias por descubierto, ahorrando a los consumidores más de mil millones de dólares al año. (Aplausos).

Estamos reduciendo las comisiones por demora de las tarjetas de crédito en un 75 por ciento, de 30 a 8 dólares. (Aplausos).

Miren, puede que las tasas basura no les importen a los muy ricos, pero sí a la mayoría de la gente que vive en hogares como en el que yo crecí. Como muchos de ustedes. Suponen cientos de dólares al mes. Le hacen más difícil pagar las facturas o permitirle ese viaje familiar.

Sé la injusticia que se siente cuando una empresa te cobra de más y se sale con la suya. Ahora ya no.

Hemos redactado un proyecto de ley para acabar con todo eso. Se llama Ley de prevención de las comisiones basura. Prohibiremos las “tasas hoteleras” sorpresa que los hoteles añaden a su factura. Estas tarifas pueden costar hasta 90 dólares por noche en hoteles que ni siquiera son complejos turísticos. (Risas y aplausos).

Nosotros… la idea de que las compañías de Internet por cable y de telefonía móvil cobren 200 dólares o más cuando decida cambiar de proveedor. Por favor… (Aplausos).

Limitaremos las tarifas de las entradas a conciertos y eventos deportivos y obligaremos a las empresas a revelar todas las tasas por adelantado.

Y prohibiremos que las aerolíneas cobren hasta 50 dólares de ida y vuelta a las familias solo para poder sentarse juntas. Las tasas por equipaje ya son malas de por sí; las aerolíneas no pueden tratar a su hijo como si fuera una pieza de equipaje. (Aplausos).

Los estadounidenses están hartos, estamos hartos, de que nos tomen el pelo.

Aprobemos la Ley de prevención de comisiones basura para que las empresas dejen de estafarnos. Durante demasiado tiempo, los trabajadores han sido estafados. Ahora ya no. Vamos, vamos a empezar a restaurar la dignidad del trabajo.

Por ejemplo, debería haber sabido esto, pero no lo supe hasta hace dos años: 30 millones de trabajadores tienen que firmar acuerdos de no competencia cuando aceptan un empleo. Treinta millones. Así que un cajero de una hamburguesería no puede cruzar la calle para aceptar el mismo trabajo en otra hamburguesería y ganar un par de dólares más.

PÚBLICO: Buuuu —

EL PRESIDENTE: Acaba de cambiar. Bien, ha cambiado por que lo hemos sacado a la luz. Esto era parte de ello, amigos, búsquenlo, pero ahora ya no.

Vamos a prohibir esos acuerdos para que las empresas tengan que competir por los trabajadores y pagarles lo que valen. (Aplausos).

Y les digo, esto seguro que va a dar lugar a una respuesta de mis amigos en la izquierda y en la derecha.

Estoy harto de que las empresas incumplan la ley impidiendo que los trabajadores se organicen. Aprobemos la Ley PRO (aplausos) porque los negocios tienen el derecho, los trabajadores tienen el derecho a formar un sindicato. Y garanticemos a todos los trabajadores un salario digno.

Asegurémonos también de que los padres trabajadores puedan permitirse criar una familia con días de baja por enfermedad, permisos familiares y médicos remunerados y guarderías asequibles. (Aplausos). Lo que permitirá a millones de personas más ir a trabajar y estar en el trabajo.

Restauremos también la totalidad de la desgravación fiscal por hijos, (aplausos), que dio un respiro a decenas de millones de padres y redujo la pobreza infantil a la mitad, hasta el nivel más bajo de la historia.

Y, por cierto, cuando hacemos todas estas cosas, aumentamos la productividad. Aumentamos el crecimiento económico.

Acabemos también el trabajo y consigamos que más familias tengan acceso a viviendas asequibles y de calidad.

Proporcionemos a las personas mayores que quieran permanecer en sus hogares los cuidados que necesitan para hacerlo. Y demos un poco más de respiro a los millones de familiares que cuidan de sus seres queridos.

Aprobemos mi plan para que las personas mayores y las personas con discapacidad reciban los servicios de atención domiciliaria que necesitan (aplausos) y apoyemos a los trabajadores que hacen el trabajo de Dios.

Estos planes están totalmente pagados y podemos permitírnoslos.

Restaurar la dignidad del trabajo también significa hacer de la educación una ruta asequible hacia la clase media.

Cuando hicimos universales 12 años de educación pública en el siglo pasado, nos convertimos en la nación mejor preparada y mejor pagada, el país con la mejor educación y mejor pagado del mundo.

Pero el resto del mundo se ha puesto al día. Se ha puesto al día.

Jill, mi esposa, que enseña a tiempo completo, tiene una expresión, espero decirlo bien, chica: “Cualquier nación que nos supere en educación nos superará en competencia”. Cualquier nación que nos supere en educación nos superará en competencia.

Amigos, todos saben que 12 años no bastan para ganar la competición económica del siglo XXI. (Aplausos). Si queremos que Estados Unidos tenga la mano de obra mejor formada, acabemos el trabajo proporcionando acceso a la educación preescolar a los niños de 3 y 4 años. Los estudios demuestran que los niños que van a preescolar tienen casi un 50 por ciento más de probabilidades de acabar la secundaria y obtener un título de 2 o 4 años, independientemente de su procedencia.

Subamos el sueldo a los maestros de escuelas públicas. (Aplausos).

Y estamos progresando al reducir la deuda estudiantil y aumentar las becas Pell para las familias trabajadoras y de clase media.

Acabemos el trabajo, conectemos a los estudiantes con las oportunidades profesionales desde la secundaria y ofrezcamos dos años de colegio comunitario, una de las mejores formaciones profesionales de Estados Unidos, además de ser una vía para obtener un título de cuatro años. (Aplausos).

Ofrezcamos a todos los estadounidenses el camino hacia una buena carrera, vayan o no a la universidad. (Aplausos).

Y amigos, amigos, en medio de la crisis de COVID cuando se cerraron las escuelas y todo estaba cerrando, reconozcamos también lo lejos que hemos llegado en la lucha contra la pandemia en sí.

Aunque el virus no ha desaparecido, gracias a la resiliencia del pueblo estadounidense y el genio de la medicina, hemos roto el cerco de COVID sobre nosotros.

Las muertes por COVID han descendido casi un 90 por ciento. Hemos salvado millones de vidas y hemos vuelto a abrir nuestro país. De nuevo hemos abierto nuestro país. Y pronto pondremos fin a la emergencia de salud pública. (Aplausos).

MIEMBRO DEL PÚBLICO: (Inaudible.)

EL PRESIDENTE: Pues, se llama emergencia de salud pública.

Pero recordaremos el costo y el dolor que nunca desaparecerá para tantos. Más de un millón de estadounidenses han perdido la vida a causa de COVID. Un millón. Familias en duelo. Niños huérfanos. Sillas vacías en la mesa del comedor que constantemente nos recuerdan quien solía sentarse en ellas. Les recordamos y seguimos alerta.

Todavía tenemos que vigilar docenas de variantes y apoyar nuevas vacunas y tratamientos. Así que el Congreso debe financiar estos esfuerzos y mantener a Estados Unidos a salvo.

Y mientras salimos fortalecidos de esta crisis, también estoy doblando los esfuerzos para perseguir a los delincuentes que robaron dinero destinado a mantener a flote a los trabajadores y a las pequeñas empresas durante la pandemia. (Aplausos).

Antes de que yo llegara al cargo, se acordarán, durante la campaña, muchos inspectores generales que protegen el dinero de los contribuyentes fueron dejados de lado. Fueron despedidos. Muchas personas decían “No los necesitamos”, y el fraude se hizo generalizado.

El año pasado les dije que los perros guardianes habían vuelto. Desde entonces, hemos recuperado miles de millones de dólares de los contribuyentes.

Ahora, tripliquemos nuestras fuerzas de ataque contra el fraude persiguiendo a estos delincuentes, dupliquemos el plazo de prescripción de estos delitos, y tomemos medidas enérgicas contra el fraude de identidad por parte de organizaciones criminales que roban miles de millones de dólares al pueblo estadounidense. (Aplausos).

Los datos muestran que por cada dólar que invertimos en la lucha contra el fraude, los contribuyentes recuperan al menos diez veces más. Es importante. Es importante.

Miren, COVID dejó cicatrices, como el repunte de los delitos violentos en 2020, el primer año de la pandemia. Tenemos la obligación de garantizar la seguridad de todos nuestros ciudadanos.

La seguridad pública depende de la confianza de los ciudadanos. Pero con demasiada frecuencia esa confianza se viola.

Esta noche nos acompañan los padres de Tyre Nichols, bienvenidos (aplausos), que tuvieron que enterrarlo la semana pasada.

Como muchos de ustedes saben, no hay palabras para describir la angustia y el dolor de perder a un hijo. Pero imaginen lo que es perder a un hijo a manos de la ley. Imaginen tener que preocuparse de si su hijo o hija volverá a casa después de pasear por la calle o jugar en el parque o simplemente conducir su auto.

La mayoría de nosotros aquí nunca he tenido que tener con sus hijos esa charla, “la conversación”, que tantas familias negras y morenas han tenido que tener con los suyos.

Beau, Hunter, Ashley, mis hijos, nunca tuve que tener esa conversación con ellos. Nunca tuve que decirles: “Si te para un policía, enciende las luces interiores. No busques la licencia de conducir. Mantén las manos en el volante”. Imaginen tener que preocuparse así cada vez que su hijo se sube a un auto.

Esto es lo que me contó la madre de Tyre cuando le pregunté cómo encontraba el valor para seguir adelante y hablar. Con fe en Dios, dijo que su hijo “era un alma hermosa y algo bueno saldrá de esto”.

Imagínense cuánto valor y carácter se necesita para eso.

Depende de nosotros. Depende de todos nosotros. Todos queremos lo mismo. Barrios libres de violencia. Unas fuerzas de seguridad que se ganen la confianza de la comunidad. Igual que todo policía se pone su placa cada mañana, tiene el derecho de regresar a su casa en la noche, lo mismo lo tiene todo el mundo. (Aplausos). Nuestros hijos tienen derecho a regresar a casa sanos y salvos.

Igual protección ante la ley; ese es el pacto que tenemos entre nosotros en Estados Unidos. (Aplausos).

Sabemos que los agentes de policía se juegan la vida cada día, y les pedimos que hagan mucho, quizá demasiado. Que sean consejeros, trabajadores sociales, psicólogos; que respondan a sobredosis de drogas, crisis de salud mental y más. De alguna manera les pedimos demasiado.

Sé que la mayoría de los policías y sus familias son personas buenas, decentes, honorables… la gran mayoría. (Aplausos). Y arriesgan, arriesgan su vida cada vez que se ponen la placa.

Pero lo que le ocurrió a Tyre en Memphis pasa demasiado a menudo. Tenemos que hacerlo mejor. Demos a las fuerzas de seguridad la formación que necesitan, exijámosles un mayor nivel de desempeño y ayudémosles a tener seguridad.

También necesitamos más personal de primera intervención y otros profesionales para hacer frente a los crecientes problemas de salud mental y abuso de sustancias. (Aplausos). Más recursos para reducir los delitos violentos y los delitos con armas de fuego; más programas de intervención comunitaria; más inversiones en vivienda, educación y formación laboral. (Aplausos) Todo esto puede ayudar a prevenir la violencia en primer lugar.

Y cuando los agentes de policía o los departamentos violen la confianza del público, debemos exigirles responsabilidades. (Aplausos).

Con el apoyo (aplausos) de las familias de las víctimas, de grupos de derechos civiles y de las fuerzas del orden, firmé una orden ejecutiva para todos los funcionarios federales por la que se prohíben las llaves de estrangulamiento, se restringen las órdenes de allanar sin llamar y otros elementos clave de la Ley George Floyd.

Comprometámonos a hacer realidad las palabras de la madre de Tyre, algo bueno debe salir de esto. (Aplausos). Algo bueno.

Todos nosotros, todos nosotros, (aplausos), amigos, es difícil, pero es sencillo: Todos nosotros en la cámara, en esta cámara, tenemos que estar a la altura de este momento. No podemos dar la espalda. Hagamos lo que sabemos en nuestros corazones que tenemos que hacer. Unámonos y terminemos el trabajo sobre la reforma policial. Hagamos algo. Hagamos algo.

Esa fue la misma súplica de los padres que perdieron a sus hijos en Uvalde: Me reuní con cada uno de ellos. “Hagan algo contra la violencia de armas de fuego”. (Aplausos). Gracias a Dios que lo hicimos, aprobando la ley de seguridad de armas de fuego más amplia en tres décadas. (Aplausos).

Eso incluye cosas que la mayoría de los propietarios responsables de armas de fuego apoyan, como la mejora de los controles de antecedentes para los jóvenes de 18 a 21 años y las leyes de “bandera roja” que mantienen las armas de fuego fuera del alcance de las personas que son un peligro para sí mismas y para los demás. (Aplausos).

Pero sabemos que nuestro trabajo no ha terminado. Esta noche nos acompaña Brandon Tsay, un héroe de 26 años.

Brandon pospuso sus sueños universitarios, (aplausos), para permanecer al lado de su madre, que se estaba muriendo de cáncer. (Aplausos). Y ahora Brandon trabaja en un estudio de danza fundado por sus abuelos.

Hace dos semanas, durante las celebraciones del Año Nuevo Lunar, oyó cerrarse la puerta principal del estudio y vio a un hombre apuntándole con una pistola semiautomática. Pensó que iba a morir, pero luego pensó en la gente que había dentro.

En ese instante tuvo el valor de actuar y arrebató la pistola semiautomática a un hombre que ya había matado a 11 personas en otra academia de baile. Once personas.

Salvó vidas. Es hora de que nosotros hagamos lo mismo.

¡Prohibamos las armas de asalto de una vez por todas! (Aplausos). ¡Prohibámoslas ahora! De una vez por todas. (Aplausos).

Lideré la lucha para prohibirlas en 1994. En los 10 años que la prohibición estuvo en vigor, los tiroteos masivos disminuyeron. Después de que los republicanos la dejaran expirar, los tiroteos masivos se triplicaron.

Acabemos el trabajo y volvamos a prohibir las armas de asalto.

Y unámonos también en cuanto a la inmigración. (Aplausos). Hagámoslo un asunto bipartidista como solía serlo.

Ahora tenemos una cantidad récord de personal que trabaja para asegurar la frontera, arrestando a 8000 contrabandistas y confiscando más de 23.000 libras de fentanilo tan solo en los últimos meses. (Aplausos).

Desde que lanzamos nuestro nuevo plan de la frontera el mes pasado, la migración ilegal de Cuba, Haití, Nicaragua, y Venezuela se ha reducido en un 97 %.

Pero los problemas de Estados Unidos en la frontera no se solucionarán hasta que el Congreso actúe. Si no aprueban mi plan integral de reforma migratoria, al menos aprueben mi plan de proporcionar los equipos y oficiales para asegurar la frontera. (Aplausos), y una vía hacia la ciudadanía para los “soñadores”, aquellos con estatus temporal, trabajadores agrícolas y trabajadores esenciales.

Aquí, en la Cámara del pueblo, es nuestro deber proteger todos los derechos y libertades de las personas. El Congreso debe restaurar el derecho y —

MIEMBRO DEL PÚBLICO: (¡Aseguren la frontera!)

MIEMBRO DEL PÚBLICO: (Inaudible frontera)

(Conversaciones entre el público).

EL PRESIDENTE: El Congreso debe restablecer el derecho que fue arrebatado el año pasado con Roe V. Wade, y proteger Roe v. Wade (Aplausos). Dar a toda mujer el derecho constitucional a elegir.

La vicepresidenta y yo estamos haciendo todo lo posible para proteger el acceso a la atención sanitaria reproductiva y salvaguardar la seguridad de las pacientes. Pero ya hay más de una docena de estados que están aplicando prohibiciones extremas del aborto.

No se equivoquen: si el Congreso aprueba una prohibición nacional del aborto, la vetaré. (Aplausos).

Aprobemos también, aprobemos también la Ley de Igualdad bipartidista para garantizar que los estadounidenses LGBTQ, especialmente los jóvenes transgénero, puedan vivir con seguridad y dignidad. (Aplausos).

Nuestra fuerza no es solamente el ejemplo de nuestro poder, sino el poder de nuestro ejemplo. Tengamos en cuenta que el mundo observa.

Hablé desde esta cámara hace un año, tan solo unos días después de que Vladimir Putin desencadenara su brutal guerra contra Ucrania. Un asalto asesino, que evoca las imágenes de muerte y destrucción que Europa sufrió en la Segunda Guerra Mundial.

La invasión de Putin ha sido una prueba para los tiempos. Una prueba para Estados Unidos. Una prueba para el mundo. ¿Defenderemos los principios más básicos? ¿Defenderemos la soberanía? ¿Defenderemos el derecho de las personas a vivir libres de tiranía? ¿Optaremos por defender la democracia? (Aplausos). Porque tal defensa nos importa pues mantiene la paz y evita que se abra la veda para los que puedan ser agresores que amenazaran nuestra seguridad y prosperidad. (Aplausos).

Un año después sabemos la respuesta. Sí, lo haremos. Y lo hicimos. Lo hicimos. (Aplausos).

Juntos hicimos lo que Estados Unidos siempre hace mejor. Lideramos. Unimos la OTAN. Construimos una coalición mundial. Nos plantamos contra la agresión de Putin. Permanecimos con el pueblo ucraniano.

Hoy una vez más la embajadora de Ucrania en Estados Unidos está aquí con nosotros. Ella representa no solamente a su país, sino el valor de su pueblo. Embajadora, Estados Unidos está unido en nuestro apoyo a su país. Embajadora… la embajadora está aquí, unida a nosotros, estaremos junto a ustedes en apoyo a su país.

¿Puede ponerse de pie para que la veamos? (Aplausos). Gracias. Estaremos junto a ustedes tanto tiempo como sea necesario. (Aplausos).

Nuestro país trabaja por más libertad, más dignidad y más paz, no solo en Europa sino en todas partes.

Antes de asumir el cargo la historia era que la República Popular China estaba aumentando su poder y Estados Unidos estaba cayendo en el mundo. Ya no.

Dejé claro y he dejado claro en mis conversaciones personales con el presidente Xi, que han sido muchas, que buscamos la competición y no el conflicto. Pero no me disculparé por que estemos invirtiendo para hacer a Estados Unidos más fuerte.

Invirtiendo en la innovación estadounidense, en industrias que definirán el futuro que China está intentando dominar.

Invirtiendo en nuestras alianzas y trabajando con nuestros aliados para proteger y hacer avanzar tecnologías para que no sean empleadas contra nosotros.

Modernizando nuestro ejército para salvaguardar la estabilidad y disuadir la agresión.

Hoy tenemos la posición más fuerte en décadas que ningún otro en el mundo para competir con China, que ningún otro en el mundo. (Aplausos).

Estoy comprometido, comprometido a trabajar con China en lo que pueda hacer avanzar los intereses de Estados Unidos y beneficiar al mundo. Pero no se equivoquen: como dejamos claro la semana pasada, si China amenaza nuestra soberanía actuaremos para proteger nuestro país. Y lo hicimos. (Aplausos).

Miren, seamos claros: ganar la competición con China nos debería unir a todos.

Enfrentamos serios desafíos en todo el mundo. Pero en los dos últimos años las democracias se han fortalecido, no debilitado. Las autocracias se han debilitado, no se han fortalecido.

Nombren un líder mundial que se cambiara por Xi Jinping. Nombren uno. Nombren uno.

Estados Unidos está aunando al mundo de nuevo para abordar estos desafíos, desde el clima y la salud mundial, pasando por la inseguridad alimentaria y al terrorismo y la agresión territorial.

Los aliados están asumiendo esto, gastando más y haciendo más. Miren los lazos que estamos creando entre socios en el Pacífico y los del Atlántico. Y aquellos que apuestan contra Estados Unidos se están dando cuenta de cuán equivocados están. Nunca es una buena apuesta ir contra Estados Unidos. Nunca. (Aplausos).

PÚBLICO: ¡USA! ¡USA! ¡USA!

EL PRESIDENTE: Bien —

PÚBLICO: ¡USA! ¡USA! ¡USA!

EL PRESIDENTE: Cuando llegué al cargo, casi todo el mundo daba aseguraba, asumía, que el bipartidismo era imposible. Pero yo nunca lo creí. Por eso, hace un año, ofrecí una Agenda de Unidad para la nación cuando estaba aquí.

Hemos hecho verdaderos progresos.

Hemos aprobado una ley que facilita a los médicos la prescripción de tratamientos eficaces para la adicción a los opiáceos. (Aplausos).

Hemos aprobado una ley de seguridad de las armas de fuego que realiza inversiones históricas en salud mental.

Lanzamos “ARPA-H” para impulsar avances en la lucha contra el cáncer, el Alzheimer, la diabetes y mucho más. (Aplausos).

Hemos aprobado la ley Heath Robinson PACT, que lleva el nombre del veterano de la guerra de Iraq cuya historia de exposición a fosas tóxicas ardientes compartí aquí el año pasado. (Aplausos).

Y entiendo algo más respecto a esas fosas ardientes.

Pero aún queda mucho por hacer. Y podemos hacerlo juntos.

Esta noche nos acompaña un padre llamado Doug, de Newton (Nueva Hampshire). Nos escribió a Jill y a mí una carta sobre su valiente hija Courtney. Risa contagiosa. La mejor amiga de su hermana. La mejor amiga de su hermana.

Compartió una historia muy familiar para millones de estadounidenses. Courtney descubrió las pastillas en la secundaria. Entró en una espiral de adicción y finalmente murió de una sobredosis de fentanilo. Tenía solo 20 años.

Al describir los últimos ocho años sin ella, Doug dijo: “No hay peor dolor”. Sin embargo, su familia ha convertido el dolor en propósito, trabajando para acabar con el estigma y cambiar las leyes. Nos dijo que quiere “iniciar el viaje hacia la recuperación de Estados Unidos”.

Doug, estamos contigo. El fentanilo está matando a más de 70.000 estadounidenses al año. Gran…

(Conversaciones entre el público).

MIEMBROS DEL PÚBLICO: (¡Orden!)

EL PRESIDENTE: Gran…— eso es.

MIEMBRO DEL PÚBLICO: (Inaudible ¡China!)

MIEMBRO DEL PÚBLICO: (¡Es culpa suya!)

EL PRESIDENTE: Pongamos en marcha una gran oleada para detener la producción, venta y tráfico de fentanilo, con más máquinas de detección de drogas, inspecciones de cargamentos y para detener las pastillas y el polvo en la frontera. (Aplausos).

Trabajando con empresas de mensajería como FedEx para inspeccionar más paquetes en busca de drogas. Fuertes sanciones para acabar con el tráfico de fentanilo. (Aplausos).

En segundo lugar, hagamos más en materia de salud mental, especialmente para nuestros hijos. Cuando millones de jóvenes luchan contra el acoso, la violencia y los traumas, les debemos un mayor acceso a la atención de salud mental en la escuela.

Por último, debemos exigir responsabilidades a las empresas de redes sociales por el experimento que están llevando a cabo con nuestros hijos con fines lucrativos. (Aplausos).

Y es hora de aprobar legislación bipartidista para impedir que las grandes tecnológicas recopilen datos personales de niños y adolescentes en Internet, prohibir la publicidad dirigida a los niños e imponer límites más estrictos a los datos personales que estas empresas recopilan sobre todos nosotros.

En tercer lugar, hagamos más para mantener la única obligación verdaderamente sagrada de nuestra nación: equipar a quienes enviamos al peligro y cuidar de ellos y de sus familias cuando vuelven a casa.

Formación e inserción laboral para los veteranos y sus cónyuges cuando regresan a la vida civil. Ayudar a los veteranos a pagar el alquiler, porque nadie debería quedarse sin hogar en este país, especialmente quienes lo han servido. (Aplausos).

Denis McDoungin [sic] — Denis McDonough está aquí, del Departamento de Veteranos (VA). Tuvimos nuestra primera verdadera conversación cuando le pedí que tomara el empleo. Estoy contento de que lo aceptara. Perdemos hasta 25 veteranos al día a causa del suicidio. Ahora perdemos 17 al día con el silencioso azote del suicidio. Diecisiete veteranos se suicidan cada día, más del total de la gente muerta en las guerras.

Amigos, el VA, VA, está haciendo todo lo que puede, incluida la ampliación de los exámenes de salud mental y un programa de eficacia probada que recluta a veteranos para ayudar a otros veteranos a entender por lo que están pasando y obtener la ayuda que necesitan. Tenemos que hacer más.

Y en cuarto lugar, el año pasado Jill y yo reactivamos la iniciativa Moonshot contra el Cáncer que pude lanzar y que el presidente Obama me pidió que dirigiera durante nuestra Administración.

Nuestro objetivo es reducir la tasa de mortalidad por cáncer en al menos un 50 por ciento en los próximos 25 años. Hacer que más cánceres dejen de ser sentencias de muerte para convertirse en enfermedades tratables. Y proporcionar más apoyo a pacientes y familiares.

Es algo personal para muchos de nosotros, muchos entre los asistentes.

Nos acompañan Maurice y Kandice, un irlandés y una hija de inmigrantes de Panamá. Se conocieron y se enamoraron en la Ciudad de Nueva York y se casaron en la misma capilla que Jill y yo en Nueva York. Almas gemelas.

Nos escribió una carta sobre su pequeña hija Ava. Y la he visto justo antes de venir. Sólo tenía un año cuando le diagnosticaron una rara enfermedad de riñón, cáncer. Tras 26 transfusiones de sangre, 11 rondas de radiación, 8 rondas de quimioterapia, un riñón extirpado, le estimaron una tasa de supervivencia del 5 %.

Escribió cómo en los momentos más oscuros pensaba: “si ella se va, yo no puedo quedarme”. Muchos de ustedes han pasado por algo así también. Jill y yo lo entendemos, como muchos de ustedes.

Leyeron cómo Jill describió la experiencia del cáncer de nuestra familia y cómo tratábamos de robar momentos de alegría donde se pudiera con Beau.

Para ellos, ese rayo de alegría fue una media sonrisa de su niña. Significaba todo. Nunca perdieron la esperanza. Ava nunca perdió la esperanza. El mes que viene cumple cuatro años. (Aplausos).

Acaban de enterarse de que Ava ha vencido a las probabilidades y está a punto de librarse del cáncer, y esta noche lo está viendo desde la Casa Blanca, si no se ha dormido ya. (Aplausos).

Por las vidas que podemos salvar y por las vidas que hemos perdido, que este sea un momento verdaderamente estadounidense que una al país y al mundo y demuestre que todavía podemos hacer grandes cosas.

Hace veinte años, bajo el liderazgo del presidente Bush e innumerables defensores y paladines, emprendimos un esfuerzo bipartidista a través de PEPFAR para transformar la lucha mundial contra el VIH/SIDA. Ha sido un gran éxito. (Aplausos). Pensó en grande. Pensó enormemente. ¡Se movilizó! (Aplausos).

Creo que podemos hacer lo mismo con el cáncer. Acabemos con el cáncer tal y como lo conocemos y curemos algunos cánceres de una vez por todas.

Hay una razón por la que podemos hacer todas estas cosas: nuestra propia democracia. Es lo más fundamental de todo. Con democracia, todo es posible. Sin ella, nada lo es.

En los últimos años, nuestra democracia se ha visto amenazada, atacada y puesta en peligro. Puesta a prueba aquí, en esta misma sala, el 6 de enero.

Y luego, hace sólo unos meses, desquiciado por la “Gran Mentira”, un asaltante desató la violencia política en el domicilio de la entonces presidenta de esta Cámara de Representantes. Usando el mismo lenguaje que los insurrectos que acechaban estos pasillos coreaban el 6 de enero.

Esta noche, en esta Cámara, se encuentra el hombre que lleva las cicatrices de ese brutal ataque, pero que es tan duro, fuerte y resistente como se pueda. Mi amigo Paul Pelosi. Paul, ponte de pie. (Aplausos).

Pero un acto tan atroz nunca debería haber ocurrido. Todos debemos hablar. No hay lugar para la violencia política en Estados Unidos.

Debemos proteger el derecho al voto, no suprimir ese derecho fundamental. Debemos respetar los resultados de nuestras elecciones, no subvertir la voluntad del pueblo. Debemos defender el Estado de derecho y restaurar la confianza en nuestras instituciones democráticas. Y no debemos dar refugio al odio y al extremismo en ninguna de sus formas. (Aplausos).

La democracia no debe ser una cuestión partidista. Es una cuestión estadounidense.

Cada generación de estadounidenses se ha enfrentado a un momento en el que se le ha pedido que proteja nuestra democracia, que la defienda, que se ponga de su parte. Y este es nuestro momento.

Mis conciudadanos estadounidenses, nos reunimos esta noche en un punto de inflexión. Uno de esos momentos que solamente algunas generaciones enfrentan, cuando las decisiones que tomemos ahora decidirán el curso de este país y del mundo durante muchas décadas por venir.

No somos espectadores de la historia. No somos impotentes ante las fuerzas que nos confrontan. Está en nuestra potencia, la de “Nosotros, el Pueblo”.

Enfrentamos la prueba de nuestro tiempo y el momento de elegir ha llegado. Debemos ser la nación que siempre hemos sido en lo mejor. Optimistas. Esperanzados. Mirando hacia adelante. Un país que acoge la luz sobre la tiniebla, la esperanza sobre el miedo, la unidad sobre la división. La estabilidad sobre el caos.

Debemos ver a los otros no como enemigos, sino como conciudadanos estadounidenses. Somos buenas personas. (Aplausos). El único país creado basándose en una idea. El único. Otros países están definidos por la geografía, la etnicidad, pero nosotros somos el único creado a partir de una idea. Eso en referencia a todos nosotros, a cada uno de nosotros, creados iguales a imagen de Dios. Un país que permanece como ejemplo para el mundo. Un país en una nueva era de posibilidades.

Así que he venido aquí a cumplir mi deber constitucional de informar sobre el estado de la Unión. Y este es mi informe. Porque el alma de nuestra nación es fuerte, porque la columna vertebral de este país es fuerte, porque el pueblo de este país es fuerte, el Estado de la Unión es fuerte. (Aplausos).

No soy nuevo aquí, y al estar aquí esta noche, habiendo prestado servicio alrededor del mismo tiempo que cualquiera de ustedes ha prestado servicio aquí (risas). Pero nunca me he sentido más optimista respecto al futuro de Estados Unidos.

Solo tenemos que recordar quienes somos. Somos los Estados Unidos de América y no hay nada, nada más allá de nuestra capacidad si estamos juntos. (Aplausos).

Que Dios les bendiga a todos. Que Dios proteja a nuestras tropas. Gracias. (Aplausos).

Esta traducción fue publicada por la Casa Blanca en su sitio de internet.

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