El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, defendió en la Asamblea General de la ONU, la soberanía de los Estados en materia de salud pública y exhortó a los gobiernos a mostrar voluntad política para hacer frente a las grandes tabacaleras que no la respetan.
Desde el pleno de la Asamblea General de la ONU, Vázquez recordó que la salud es un derecho humano y alertó sobre el grave aumento de enfermedades no transmisibles debidas al estilo de vida y los hábitos de consumo poco saludables, como el cáncer y los padecimientos cardiovasculares.
El mandatario uruguayo instó a tomar decisiones políticas para controlar el consumo de alcohol y el tabaco como parte de la lucha contra las drogas.
Vázquez hizo duras acusaciones contra la industria tabacalera a la que llamó "vector del tabaquismo", enfermedad -que dijo- no es transmitida por mosquitos, aves o ratas, sino que es provocada por "la industria tabacalera internacional que para redoblar sus ganancias no tiene ningún tipo de prurito de matar a sus propios clientes".
El mandatario señaló que su país es líder en la instrumentación del Convenio Marco del Control del Tabaco, algo que -explicó- le ha costado caro a Uruguay, por la demanda interpuesta por Phillip Morris.
“Quizás porque somos un pequeño país hemos sido elegidos para esta demanda. Quizá sea no solamente para castigar a Uruguay por parte de esta tabacalera sino para que otros países del mundo no sigan el camino que tomado Uruguay para luchar contra el tabaco y darle más calidad de vida a su gente”, dijo.
Vázquez agregó que no es ético que en algunas circunstancias, los tribunales de organismos multinacionales puedan poner los aspectos comerciales por encima de la defensa del derecho fundamental a la salud y a la vida.
En su discurso, el presidente uruguayo también habló de la actual crisis de refugiados e instó a no olvidar la imagen del niño sirio muerto en las costas turcas y a buscar una solución al drama del éxodo de millones de personas.
Consideró que la respuesta a ese desarraigo es responsabilidad de todos los países.
“Uruguay, como nación nutrida por la inmigración y como pueblo que recibió la solidaridad internacional cuando la necesitó, se suma a ese deber inexcusable”, afirmó Vázquez.