La capital del país tuvo el miércoles por la noche un amargo ensayo de la gran tormenta que se espera para el viernes, cuando unos dos centímetros de nieve causaron un inusual caos en las carreteras.
El pronóstico era solo de una leve capa de nieve y las carreteras no fueron tratadas con la sal y los químicos que evitan la formación de hielo, pero para las siete de la noche la nieve era más de la esperada.
El llamado “hielo negro” que se formó, provocó cerca de un centenar de accidentes automovilísticos que paralizaron las carreteras, en algunos sectores hasta por cinco horas.
Mientras tanto, los pronósticos para la memorable tormenta del fin de semana se mantienen.
De acuerdo a los pronósticos meteorológicos, la nieve comenzará después del mediodía o tarde del viernes, acumulándose lentamente al principio. Por la noche, las condiciones empeorarán rápidamente al aumentar la intensidad de la nevada y la velocidad del viento, lo cual reducirá la visibilidad.
La nieve no parará de caer hasta la madrugada del domingo. Para entonces se espera que se hayan acumulado entre 30 y 65 centímetros de nieve. Las mayores cantidades de precipitación ocurrirán en el norte y oeste de la ciudad de Washington, cerca de las montañas Blue Ridge.
Si bien el área de Washington será la más afectada, la tormenta también impactará Carolina del Norte hacia el sur, y varias ciudades de la costa este, como Baltimore, Filadelfia, y en menor medida, Nueva York y Boston.
El miércoles, un sistema diferente provocó nevadas en Kentucky, Tennessee y Georgia, donde cayeron unos 12 centímetros de nieve.
