El principal partido conservador de Corea del Sur está enviando señales de adoptar una postura más firme con China e incluir un mayor énfasis en los derechos humanos en su política exterior si gana las elecciones presidenciales en marzo.
Aunque este giro probablemente sería apreciado por Estados Unidos, que ha tratado de movilizar a sus aliados y socios en Asia para contener a China, muchos analistas se preguntan si los conservadores surcoreanos realmente insistirán en ese sentido.
Corea del Sur trata de mantener un equilibrio entre los dos países más poderosos del mundo. Depende de Estados Unidos, su aliado tradicional, para su protección, pero China, su vecino, es su mayor socio comercial.
De muchas formas, Seúl ya escogió estar más estrechamente ligado a Washington. El presidente saliente Moon Jae-in, ha expandido la participación de Corea del Sur en varios foros multilaterales liderados por EE. UU., entre ellos algunos que excluyen o han criticado a Beijing.
Sin embargo, Moon se ha mostrado renuente a criticar directamente a China en temas como la represión al movimiento democrático en Hong Kong o el abuso de los musulmanes uigures en Xinjiang.
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Yoon Seok-youl, el candidato presidencial del conservador Partido del Poder del Pueblo (PPP), ha insinuado una actitud más directa.
En los últimos meses, Yoon ha indicado que sería mucho más claro en alinear a Corea del Sur con Estados Unidos, rechazando, al parecer, la llamada “ambigüedad estratégica” que ha usado Seúl para equilibrar sus relaciones con Washington y Beijing.
“Hay que liderar los asuntos de la nación con claridad estratégica”, dijo Yoon recientemente a un periódico surcoreano.
En palabras en un foro de política el lunes en Seúl, Yoon planteó una diplomacia basada en “valores universales”, como la democracia liberal, los derechos humanos y el estado de derecho.
Yoon ha mostrado una disposición a desatar la ira de China. Se ha referido al COVID-19, detectado inicialmente en la ciudad china de Wuhan, como el “virus de Wuhan”. También ha dicho que la inmigración china a Corea del Sur debió cortarse en los primeros días de la pandemia.
Otros en el partido conservador de Yoon insisten incluso con más fuerza en alinearse contra China.
En una entrevista con la Voz de América, el líder del PPP, Lee Jun-seok, criticó al actual gobierno sudcoreano por “vacilar para decir si se aliaría con la democracia o con los enemigos de la democracia”.
“Tenemos que respaldar los ideales democráticos, eso es una cuestión de valores esenciales”, dijo Lee.
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Los surcoreanos parecen estar más recelosos sobre la creciente fortaleza y la postura más combativa de China.
En 2015, sólo el 37% de los surcoreanos tenía una percepción negativa de China, según el Centro de Investigaciones Pew. En 2020, esa cifra ascendió al 75%.
El repunte parece haber ocurrido en 2017, cuando Corea del Sur instaló un sistema estadounidense antimisiles conocido por THAAD para contrarrestar a Corea del Norte, el cual objetó China alegando que el radar podía rastrear hasta su territorio.
En respuesta, Beijing lanzó una campaña de represalias económicas que se calcula costó miles de millones de dólares a Corea del Sur.
Dependencia de China
Pocos esperan que Seúl trate a China como un adversario, en gran parte debido a la influencia de Beijing en la economía surcoreana.
En lo que va del año, las exportaciones a China de Corea del Sur alcanzan un 26% y las importaciones un 23%.
“Tenemos que ser inteligentes”, dice Kim Ji-na, un miembro del Instituto Coreano para Análisis de Defensa en Seúl. “Convertir a China en un enemigo podría dañar económicamente los intereses nacionales de Corea del Sur”.
[Con información de William Gallo, VOA]
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