Corea del Sur, el quinto importador de petróleo del mundo, dice que se necesitan más discusiones antes de que pueda tomar una decisión sobre cortar las compras de petróleo a Irán. Estados Unidos tiene la esperanza de que su aliado se una a las sanciones destinadas a poner presión a Irán para que detenga su programa nuclear.
Al inicio de una reunión en Seúl, este 17 de enero de 2012, con autoridades estadounidenses, el vice ministro de Relaciones Exteriores surcoreano, Kim Jae-shin, dijo que Corea del Sur comparte la creciente preocupación de Washington por el programa nuclear de Irán.
“La reciente situación relacionada al tema nuclear iraní se ha empeorado desde que nos reunimos el mes pasado. Pero les aseguro, de nuevo, que el gobierno surcoreano está comprometido a apoyar enérgicamente y participar en los esfuerzos internacionales para resolver este asunto”, dijo Kim.
Sin embargo, Kim agregó que una acción más enérgica es controversial en Corea del Sur.
El asesor especial para no proliferación y control de armas del Departamento de Estado de EE.UU., Robert Einhorn, quien encabeza la delegación estadounidense en Seúl, dice que las sanciones a Teherán también enviarán un mensaje a Corea del Norte, que también está desarrollando programas nucleares, en desafío de los acuerdos internacionales.
“El gobierno surcoreano es un actor global en lo que se refiere a esto. Sabe que las situaciones en Irán y en Corea del Norte están relacionadas. Pienso que el progreso en una de esas situaciones ayudará a lograr progreso en la otra”, explicó el funcionario.
Corea del Sur depende de la importación de todo el petróleo que consume y 250.000 barriles diarios arriban desde Irán.
El equipo estadounidense planea visitar ahora Tokio para aplicar la misma presión a otro aliado económico y militar clave en la región.