El hospital concede el alta a la legisladora de Arizona que fue tiroteada el pasado enero, Gabrielle Giffords, después de una larga convalecencia por un disparo en la cabeza.
Giffords regresó a su casa después de ser atendida durante cinco meses en un hospital de Texas, donde su proceso de recuperación dio un giro en un corto espacio de tiempo después de haber recibido una bala en la cabeza.
El comunicado del hospital indica que Giffords continuará su rehabilitación en Houston, donde vivirá en una casa de propiedad de su esposo, el astronauta Mark Kelly.
Si bien la congresista aún tiene problemas para hablar y caminar con normalidad, podrá permanecer en casa mientras prosigue con otra etapa de la recuperación, que incluye un programa diario de terapia intensiva.
Los médicos siguen sin precisar si la recuperación total de la congresista le permitirá retomar sus actividades legislativas.
"Todos los que conocen a Gabby saben que le encanta estar al aire libre", dijo su esposo en un comunicado. "Vivir y trabajar en un centro de rehabilitación durante cinco meses consecutivos ha sido especialmente difícil para ella", señala Kelly, quien considera que el regreso a casa podría suponer un paso fundamental para estimular su evolución.
La representante fue operada en mayo para sustituirle una pieza del cráneo que se le retiró después del ataque que sufrió junto a otras 18 personas el 8 de enero en Tucson, cuando un hombre de 22 años les atacó a tiros y mato a seis de los presentes en el acto.
El presunto autor material del ataque, Jared Lougner, fue declarado por un juez como mentalmente incapaz de participar en su defensa y lo remitió a una instalación federal donde será atendido con la intención de que pueda ser procesado.
Tres días atrás se dieron a conocer las primeras fotografías de la congresista desde el ataque de Tucson, Arizona.
La foto muestra a la representante Gabrielle Giffords con el pelo corto, pero con pocos indicios de las secuelas que dejó el disparo que la alcanzó en la cabeza.