Claude Choules, el último sobreviviente combatiente de la Primera Guerra Mundial murió en una casa para ancianos en Australia, dos meses después de celebrar sus 110 años de vida.
Su familia dijo que Choules murió mientras dormía en la occidental ciudad de Perth, el 5 de mayo de 2011.
Británico de nacimiento, Choules se unió a la Armada Real a la edad de 14 años, un año después que comenzara la Primera Guerra Mundial. Fue testigo de la rendición de la Armada Imperial alemana en 1918 y la salida precipitada de la flota naval alemana de aguas de Escocia al año siguiente.
Choules fue asignado a la Armada Real de Australia en 1926 y sirvió como oficial en jefe durante la Segunda Guerra Mundial. En el puerto de Fremantle Choules buscó minas enemigas y telegrafió para que fueran destruidos barcos mercantes en la eventualidad de una invasión de las fuerzas japonesas.
Luego de su retiro de la Armada Real Australia en 1956, Choules se instaló cerca de Perth con su esposa, Ethel, con quien se conoció durante su viaje a Australia. Ella murió en 2003. Él contó sus experiencias durante la guerra en una autobiografía titulada The Las of the Last o “Lo último del final” que publicó a sus 108 años de edad.