Tensión entre Irán y Arabia Saudita

El gobierno saudí dijo que el complot era una “violación infame de las normas internacionales y convenciones”.

El complot elaborado por facciones del gobierno de Irán, en particular la guardia revolucionaria, para asesinar el embajador saudí en Estados Unidos, Adel Al-Jubeir, ha elevado las tensiones entre Arabia Saudita e Irán.

El gobierno saudí dijo que el complot era una “violación infame de las normas internacionales y convenciones”. Arabia Saudita e Irán han sido rivales geopolíticos desde hace tiempo, pero las protestas árabes de 2011 aumentaron esa rivalidad.

El reino saudí es considerado como el líder tradicional de los estados árabes del Golfo y los musulmanes sunitas en todo el mundo. Es el guardián de los lugares más sagrados del Islam. Irán es una república islámica chiíta poblada de persas.

En marzo, los saudíes enviaron tanques y tropas al reino de Bahrein, gobernado por sunitas, para aplastar una protesta encabezada por la mayoría chiíta del país. La represión agrió las relaciones entre Teherán y las monarquías del Golfo Pérsico, cuyos militantes chiítas son regularmente acusados de tener vínculos con sus correligionarios en Irán.

Durante décadas, los dos bandos competían por la influencia regional a través de políticos cercanos y milicias financiadas de forma secreta.

Irán domina en Siria, y con los grupos militantes árabes Hezbollah en el Líbano y Hamás en los territorios palestinos.

Los saudíes se han aliado con las monarquías del Golfo, Egipto, y la otra principal facción palestina, Fatah.

Irán lleva a cabo un programa nuclear que insiste es para usos no militares, pero Arabia Saudita y Estados Unidos creen que está destinado a producir armas atómicas.

Los dirigentes saudíes han sugerido que si Irán llegara a desarrollar una bomba nuclear, es posible que se sientan obligados a hacer lo mismo. Riad negoció recientemente un acuerdo de $60.000 millones de dólares en armas con Estados Unidos.