En Venezuela, al igual que en varios países de la región, las vacunas Sputnik V y Sinopharm son las más populares. En principio, debido a las dificultades para acceder a los fármacos desarrollados por occidente. Pero ¿qué beneficio esperan recibir Rusia y China de su diplomacia en este tiempo de pandemia?
En la región, Venezuela es visto como el país más cercano a Rusia y China; sin embargo, la lucha mundial por conseguir la vacuna de COVID-19 ha hecho que varios países latinoamericanos busquen una mayor interacción con las dos potencias euroasiáticas, especialmente con China, que parece tener mayor capacidad de producción de su fármaco.
“Han colocado su oferta de vacunas en 11 países de Latinoamérica. Básicamente, la mitad de América del sur ha sido ayudado por la oferta de préstamos. O sea, que va a prestar más o menos 1.000 millones de dólares, si los países compran su vacuna con este dinero", asegura el doctor Robrert Evan Ellis, experto en relaciones de China con Latinoamérica.
El analista además considera la llamada diplomacia de las vacunas de China una maniobra para ampliar sus mercados y crear un ambiente favorable para la compra eventual de las empresas extranjeras, que debido a la crisis, podrían dejar de operar en Latinoamérica.
“¿Quién va a comprar lo que los europeos están vendiendo en América Latina? China. Igual como pasó en 2010 después de la crisis de 2008. Dentro de un año o dos años vamos a ver un aumento de la presencia china”, explica el profesor Ellis.
Pero con Rusia, el asunto es un poco diferente. Expertos consideran que Moscú ve en su vacuna la oportunidad para desacreditar la imagen de Estados Unidos como aliado y socio principal en el hemisferio. Una estrategia en la que el Gobierno venezolano encabezado por Nicolás Maduro está comprometido.
“La narrativa por parte del Gobierno se ha enfocado en contrastar el enfoque ruso, la vacuna rusa, con las desarrolladas por instituciones occidentales”, considera Parsifal D’ Sola, director de la Fundación Andrés Bello y analista en asunto de China y Rusia en la región.
Públicamente, la vacuna que más ha promovido el Gobierno de Nicolás Maduro ha sido la Sputnik V, aunque de Rusia sólo haya recibido 200.000 dosis. A pesar de que China le ha donado a Venezuela 500 mil vacunas, más del doble que Rusia, los pronunciamientos de Venezuela sobre la cooperación de China, no han tenido el mismo despliegue en los medios oficiales ni en Venezuela ni en China, según lo explica Parsifal De’ Sola.
“La razón de ser, creo que tiene que ver con que el Gobierno chino no quiere que se le responsabilice o se le relacione con la actual crisis que ya tiene varios años andando en Venezuela”, asegura D’ Sola.
La manera como China y Rusia adelantan su entrada en el hemisferio a través de sus vacunas es vista con preocupación por la Casa Blanca. Sin embargo, el propio presidente Joe Biden afirma estar preparado para enfrentar a su homólogo Xi Jinping.
Hasta el momento, la negociación más grande de un país Latinoamericano para la compra de las vacunas de Rusia y China se ha dado con México, que anunció la compra de 24 millones de dosis de la Sputnik V y 35 millones de dosis de Sinopharm.
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