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Oposición rusa se enfrenta a un futuro sin Alexei Navalny


ARCHIVO - El líder opositor ruso, Alexei Navalny pronuncia un discurso durante una protesta para exigir la liberación de manifestantes arrestados en Moscú. Septiembre 29 de 2019.
ARCHIVO - El líder opositor ruso, Alexei Navalny pronuncia un discurso durante una protesta para exigir la liberación de manifestantes arrestados en Moscú. Septiembre 29 de 2019.

El líder de la oposición fue trasladado a una colonia carcelaria por una sentencia de 2.5 años.

Han pasado dos meses desde que el líder de la oposición rusa Alexey Navalny regresó a casa luego de una larga recuperación en el extranjero después de un ataque de envenenamiento casi fatal. Navalny, y los gobiernos occidentales, culpan al gobierno ruso por el atentado contra su vida, una acusación que el Kremlin niega. Sin embargo, desde entonces, un tribunal ruso condenó a Navalny a poco más de dos años y medio de prisión por presuntas violaciones de la libertad condicional en el pasado.

La pregunta ahora es: ¿puede la oposición de Rusia prosperar, o incluso sobrevivir, sin su figura principal?

A menos de cien kilómetros de Moscú, se encuentra la prisión que Alexey Navalny llamará hogar durante al menos los próximos dos años y medio. Se dice que es una de las más opresivas y brutales de Rusia.

Y es solo una de las muchas formas en que el gobierno ruso sigue ejerciendo presión sobre la figura de la oposición y aquellos que buscan un cambio político.

Los candidatos de la oposición y los diputados municipales se reunieron recientemente en Moscú para discutir estrategias para competir en las elecciones de otoño del país. ¿Se preguntaron cómo vencer las probabilidades y ganar contiendas locales contra una maquinaria política respaldada por el Kremlin? Nunca obtuvieron su respuesta.

La policía disolvió las reuniones argumentando que el evento tenía vínculos con una ONG extranjera que el estado consideró "indeseable" en 2017.

Con la conferencia detenida, los que estaban allí lo describieron como un ejercicio del absurdo.

“Los acontecimientos en nuestro país en los últimos tiempos son tales que el escritor Franz Kafka sólo puede envidiar. No podría haber tenido suficiente imaginación para inventar esto", dijo a la Voz de América, Vladimir Kara-Murza, un político de la oposición.

El miedo se ha convertido en la táctica principal del Kremlin, ya que trata de mantener a los opositores del gobierno fuera de las urnas y, claramente, fuera de las calles.

Miles de personas fueron detenidas durante las protestas que siguieron a la detención de Navalny, y muchos se mantuvieron en condiciones sombrías y su familia en la oscuridad, como dijo a la VOA, Anastasia, la esposa de un manifestante detenido.

"No pude obtener ninguna información en absoluto. Llamas y no te dicen nada. Y ahora sólo a la medianoche me enteré de que estaba aquí en la prisión", dice la mujer.

Otros, posteriormente, se enfrentaron a una respuesta más al estilo soviético, como es el caso de Artem Nazarov, un antiguo instructor de teatro. “Estábamos esperando que se llevara a cabo nuestra (audiencia) de la corte. Así que estábamos esperando dentro de la camioneta, justo al lado de la corte, y allí leí que me despidieron de la institución donde trabajaba”.

Con el gobierno prometiendo nuevas medidas enérgicas, los aliados de Navalny convocaron una moratoria de las protestas callejeras hasta la primavera, anunciada por Leonid Volkov, el estratega jefe de Navalny en el Canal de YouTube en vivo del líder opositor.

"Si seguimos saliendo todas las semanas, miles más serán arrestados y cientos golpeados", dijo Volkov.

La oposición en cambio, está presionando por más protestas simbólicas, y aumentando la presión internacional.

Estados Unidos y Europa han exigido la liberación de Navalny.

También se han unido para imponer sanciones contra funcionarios rusos de alto rango, incluso con el conocimiento, dicen los observadores, de que las medidas pueden cambiar poco los cálculos del Kremlin, como explica Konstantin Sonin, un economista de la Universidad de Chicago, que habló con la VOA, vía Skype.

“No son efectivas y no estoy seguro de que haya algún tipo de sanciones que puedan influir en lo que sucede dentro del país. Lo único que sirven estas sanciones es como una señal para el Kremlin de que lo que sucedió no pasa desapercibido", dice Sonin.

Sin embargo, los ataques de Navalny a la corrupción gubernamental y su creciente perfil en el país y en el extranjero, claramente también atraen la atención del Kremlin.

Después de años de tratarlo como políticamente irrelevante, el Kremlin ahora prefiere a la figura de la oposición fuera del cuadro por completo, cualesquiera que sean los costos.

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