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Biden considera revertir algunos aranceles a China de la era Trump


ARCHIVO - Portacontenedores en el puerto de Savannah, Georgia, en septiembre de 2021.
ARCHIVO - Portacontenedores en el puerto de Savannah, Georgia, en septiembre de 2021.

La reducción de los aranceles llegaría hasta los 10.000 millones de dólares, algo considerado por los expertos como una ínfima parte, si se tiene en cuenta que tales aranceles alcanzan hasta 370.000 millones.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puede anunciar esta misma semana la eliminación de algunos de los aranceles que el expresidente Donald Trump impuso a China al comienzo de una guerra comercial en 2018.

La medida permitiría a la administración afirmar que está actuando para reducir los efectos de la inflación en los consumidores estadounidenses, aunque el impacto puede ser bastante pequeño.

Reportes del Wall Street Journal y Bloomberg durante el pasado fin de semana sugerían que el gobierno todavía está debatiendo el tema internamente. La expectativa es que los aranceles sobre algunos bienes no relacionados con la seguridad nacional se levanten de inmediato, y que la administración reinicie un proceso que permita a las empresas solicitar "exclusiones" para ciertos bienes.

El lunes, el portal digital Politico informó que la administración está considerando levantar aranceles por valor de aproximadamente 10.000 millones de dólares de inmediato. Si es así, eso representaría una fracción muy pequeña de los 370.000 millones en aranceles impuestos a los productos chinos durante la Administración Trump.

Un largo proceso

La Administración Biden ha estado bajo la presión por parte de la comunidad empresarial para abordar las tarifas, que en la práctica funcionan como un impuesto a los consumidores estadounidenses, desde que el demócrata asumió la presidencia a principios de 2021.

En una serie de declaraciones públicas, que datan de septiembre del año pasado, la administración ha indicado su voluntad de al menos considerar el revisar los aranceles, pero hasta ahora los defensores han esperado en vano por una propuesta concreta.

En su testimonio ante el Congreso el mes pasado, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, aseguró que “esta administración heredó un conjunto de aranceles impuestos por la Administración Trump que creo que realmente no fueron diseñados para servir a nuestros intereses estratégicos”.

"Estamos echando un vistazo a eso y buscando reconfigurar esas tarifas de una manera que sea más estratégica", agregó Yellen.

Según un comunicado del Departamento del Tesoro, Yellen y el viceprimer ministro chino, Liu He, discutieron el tema de los aranceles durante una videoconferencia el martes.

Se espera que el secretario de Estado, Antony Blinken, se reúna con el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, el sábado durante un viaje a Asia, y las sanciones también pueden estar en la agenda allí. Biden y el presidente chino, Xi Jinping, hablarán a finales de este mes.

Impacto potencial

En un análisis publicado en marzo, el Instituto Peterson de Economía Internacional estudió el impacto que tendría la eliminación total de los aranceles impuestos por la Administración Trump durante la guerra comercial. Concluyó que el país experimentaría una caída única en la inflación de aproximadamente 1,3%.

“Si bien un recorte de 1,3 puntos porcentuales puede parecer pequeño cuando la inflación supera el 7%, el alivio no es trivial”, encontró el informe. El ahorro anual para el hogar estadounidense promedio, dijo, sería de 797 dólares por año.

Sin embargo, los expertos dijeron que no hay razón para esperar que la eliminación de los aranceles sobre solo 10.000 millones de dólares en productos chinos controle significativamente la inflación.

“¿Tendrá un gran impacto? Creo que la respuesta es no, no en el corto plazo”, dijo a la Voz de América William Reinsch, presidente de la escuela de negocios internacionales en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. “Si se les ocurren exenciones de impuestos en el rango de 10.000 millones, que es el rumor, eso no es mucho”.

“No importa lo que haga, ambas partes estarán descontentas”, dijo Reinsch. “Las empresas dirán que es muy poco y los trabajadores dirán que es demasiado. Sin embargo, si son solo 10.000 millones de dólares, creo que las empresas probablemente tengan el mejor argumento”.

Lincicome agregó: “Parece que lo que realmente se está pasando aquí es que este es un intento de quitarse de encima a los críticos de la administración, mientras que en realidad no se hace mucho con las tarifas en sí. Porque, de nuevo, 10.000 millones de 300.000 millones de dólares realmente no van a mover la aguja".

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