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"Simón" da detalles de sus encuentros y negocios con "El Chapo" Guzmán


Durante su declaración inicial, el fiscal federal Adam Feels, a la izquierda, señala al narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán, segundo a la derecha, junto con su abogado Eduardo Balarezo en la corte federal de Brooklyn.
Durante su declaración inicial, el fiscal federal Adam Feels, a la izquierda, señala al narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán, segundo a la derecha, junto con su abogado Eduardo Balarezo en la corte federal de Brooklyn.

La jornada 16 del juicio a "El Chapo" Guzmán continuó con el testimonio de Jorge Cifuentes Villa, alias "Simón", narcotraficante colombiano que ha dado detalles sobre su trabajo como proveedor de cocaína del Cartel de Sinaloa.

Hasta el momento, se ha conocido que se llevaron a cabo reuniones con representantes de la petrolera Pemex, pero el testigo afirmó que el negocio no se concretó.

Así mismo, confesó Cifuentes, se hicieron sobornos a un general del ejército de Ecuador para poder traficar: Telmo Castro. Estos hechos sirvieron para concretar envíos de cocaína a Estados Unidos.

Simón ayudó al 'El Chapo' a traficar la droga con cinco aviones lanker de fibra de carbono, los cuales eran indetectables por los radares. No obstante, después de ese primer viaje, se dieron cuenta de que eran inseguros, sin embargo Guzmán no le escuchó.

Uno de los aviones, piloteado por el 'loco salvaje' tuvo un accidente en el que se perdieron 400 kilos de coca, contó el testigo.

El primer envío de coca se compró en Colombia, en 2003. El avión despegó desde la finca de ‘Pachito’, en el Chocó colombiano. Al final, los 350 kilos de coca llegaron sin problema a México.

En 2008 y a principios de 2009 usaban también libros de contabilidad y transacciones; al revisar el tema, se registró el estado de cuenta Pastrana; refiriéndose a los ingresos de "El Chapo".

Los libros muestran que algunos dineros llegaban desde Nueva York y otros desde Chicago, y que la cocaína se registraba como XT, una forma más 'elegante' de llamarla.

El proceso de llevar la droga a México consistía en usar barcos tiburoneros, en Perú, donde encontraba con lanchas rápidas con droga que habían salido desde Ecuador.

La droga era trasladada al tiburonero. Después, se ponía la droga en un barco mexicano; al final, lanchas rápidas que se llevaban el cargamento de cocaína a tierra mexicana.

No obstante, el testigo también explicó que se hizo una gran incautación de 6 toneladas, en un barco atunero peruano. Y contó cómo se usaban las caletas para guardar la droga.

"¿De quién la querían proteger?", preguntó la fiscalía al testigo, a lo que respondió: "Para proteger la cocaína de Don Joaquín de ustedes (las autoridades)", lo que causó una sonrisa en el acusado y risas en la sala.

Aviones de Aeropostal

Otra de las funciones que el narcotraficante le confió a "Simón" fue cargar un avión de Aeropostal con la mercancía, para lo que lo contactó con Don Chui Jimenéz quien administraba la empresa, en este entonces, en Ciudad de México.

Para ese entonces, "El Chapo" ya había cargado dos aviones, uno con 3 y el otro con 5 toneladas. Un CD 8 de Aeropostal que salía del aeropuerto El Dorado y llegaba al Benito Juárez, de México. Esto lo hicieron, a través de una empresa de catering que proveía esos servicios en el aeropuerto colombiano.

Por otro lado, a raíz de presenciar una explosión, el testigo dio detalles de cómo Joaquín Guzmán le explicaba sobre el tráfico de metanfetaminas: al mostrarles el cristal meth, al que "El Chapo" llamaba 'ice', le pidió a Jorge conseguir efedrina, una droga dañina que estaban usando los jóvenes.

Jorge Cifuentes Villa también hizo referencia a un segundo cargamento de coca en el que perdió 8 toneladas. Como su carga era incompleta, engañó a Tomás, sobrino de "El Chapo", cuando verificó el cargamento.

En cuanto a personajes, el testigo nombró a Milton Martínez, alias "Ramiro", hermano de Jimena Martínez, la contadora, y quien se encargaba de las cargas en Ecuador. También nombró a Jaime Alberto Rol Cifuentes, su sobrino.

"Simón" además hizo referencia a personas encargadas de entregar el dinero de las cargas, quienes cobraban entre el 10 y el 16 por ciento de la ganancia. Simón Yalek "Goliat" o "El Simon" recogía el dinero en Nueva York.

Al final, también contó Cifuentes que logró descubrir que "El Mayo" Zambada mató a Humberto Ojeda, conocido como "robachivas". Cuando Jorge le preguntó el motivo, Zambada le respondió: “Y, si vuelve a nacer, lo vuelvo a matar”. Al parecer, la motivación fue la envidia que "El Mayo" sintió al ver que Humberto construía una mansión.

Por último, dice que mientras ha estado en al cárcel en EE.UU. tuvo comunicación una sola vez con su hermano, Alex, a través de un número de celular que era de sus abogados y se encontraba en la cárcel La Picota, en Bogotá; el 18 de enero de 2015, Jorge le pidió cooperar con el gobierno de EE.UU. para recibir beneficios.

También confesó haber ordenado matar a tres personas. Confesó que no ordenó la muerte de uno de sus trabajadores, Juan de Dios Rodríguez, pudo haberla evitado.

A manos propias, en 1994, cuando tenía 18 años, Gonzalo Rodríguez Gacha le dio al orden de matar a Fernando Lopera. Cargado con una ganada, una navaja, una pistola y veneno, tuvo dos intentos fallidos al colocar veneno en una arepa que no fue consumida y lanzar una granada debajo de una cama de prisión elaborada con cemento.

Dentro de las curiosidades del juicio, "Simón" habló de un helicóptero que le regaló a Joaquín Guzmán, el cual costó un millón de dólares. Dice el testigo que este presente se hacía para quedar en una posición favorable. Cuando le dijo que le iba a regalar el helicóptero “se puso muy contento; le brillaron los ojitos”, contó el testigo.

Por otro lado, su apodo, "Simón", se habría acordado con el "El Chapo" para proteger su identidad. Por su parte, él lo llamaba Don Joaquín, "El padrino", el señor y "El chapo", teniendo en cuenta que él era el jefe.

Alguna vez, ambos fumaron marihuana, según "Simón"; Guzmán Loera no sentía nada. También, confesó haber probado la cocaína: “es típico en México; te ofrecen un pase de cocaína y lo consumes”. A pesar de eso, no sintió gusto y cada semana fumaba solo marihuana.

Revelación de llamadas

En la jornada, se entregaron evidencias de llamadas telefónicas que fueron interceptadas y en las que "El Chapo" no estaba manteniendo comunicación con otros narcotraficantes, pero en las que sí era nombrado.

La primera de ellas fue entre Jaime Alberto Rol y Lucía Cifuentes, en la que se refieren a las 8 toneladas revisadas por Tomás. Una carga que se completo finalmente; allí, nombra al "Tío" haciendo referencia a "El Chapo".

La segunda llamada es entre Jorge Cifuentes y Carlina, también sobre las 8 toneladas perdidas. Hablan del general Telmo castro a quien Jaime Alberto había llevado a la bodega de almacenamiento; una vez habló, dio detalles del tema y esta fue la causa de la incautación.

Por ello, dice el testigo, se blindaron de responsabilidad porque ya sabían por quién habían encontrado todo y no debían buscar responsables.

Después de esos dos fracasos de 6 y 8 toneladas, el testigo confesó que quería dejar el negocio y dedicarse a una fundación con indígenas y terminar una investigación sobre cambio climático. Los motivos, aparte de salvar el medio ambiente, era otorgar contratos 'por derecha' a empresas que le pertenecían y no por licitaciones. Dice que tuvo 7 millones de hectáreas que costaban más de $1500 millones de dólares. Al final, el negocio no le funcionó y perdió dinero.

La última llamada fue entre Jorge y Dolly sobre la búsqueda Jaime Alberto Rol por la pérdida de 225 kilos de coca que pertenecían a "El Chapo". Al final, Jorge Alberto dice que se robó la droga porque le debían plata.

El jueves en la mañana continúa el interrogatorio de fiscalía, y se espera que después sea el turno de la defensa.

Por otro lado, cabe recordar que en la jornada del martes, el juez recibió pruebas de la entrevista que hizo la revista Rolling Stone a "El Chapo", en 2015.

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    Karen Sánchez

    Corresponsal de la Voz de América, en Bogotá, Colombia. Fue periodista de diferentes periódicos y revistas de EL TIEMPO Casa Editorial. Comunicadora social y periodista de la Universidad de la Sabana, donde fue becaria. Hizo parte del equipo de comunicaciones del programa de Gobierno Digital del MinTIC de Colombia. Formada en Libertad de Expresión por la Sociedad Interamericana de Prensa y la Universidad Católica Andrés Bello.

     

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