El vocero del Departamento de Estado, Patrick Ventrell, dijo este lunes que sin “reformas democráticas esenciales necesarias para garantizar a la población la posibilidad de elegir libremente a sus líderes” no puede hablarse de cambios fundamentales en Cuba.
Ventrell se refirió así a la reelección del presidente Raúl Castro, realizada el pasado domingo por la Asamblea Nacional del Poder Popular en la isla, para gobernar otros cinco años, y a la designación de un nuevo vicepresidente primero que no es un dirigente comunista “histórico”, Miguel Díaz-Canel, de 52 años.
Refiriéndose a las declaraciones de Castro de que luego de los próximos cinco años dejará el poder, el portavoz estadounidense señaló que el “cambio de liderazgo” resulta insuficiente.
Estados Unidos sigue esperando, dijo, “el día en que los cubanos vivan en democracia, cuando tengan la oportunidad de elegir libremente a sus líderes en un proceso abierto y democrático, y gocen de las libertades de expresión y de asociación sin miedo a represalias".
Los diputados cubanos ejercieron el voto mediante boletas en las que sólo aparecía por cada cargo un solo candidato, el designado para el puesto por el gobernante Partido Comunista, por lo que analistas subrayan que lo que hicieron fue ratificar lo que la cúpula del poder en la isla ya había decidido de antemano.
Ventrell se refirió así a la reelección del presidente Raúl Castro, realizada el pasado domingo por la Asamblea Nacional del Poder Popular en la isla, para gobernar otros cinco años, y a la designación de un nuevo vicepresidente primero que no es un dirigente comunista “histórico”, Miguel Díaz-Canel, de 52 años.
Refiriéndose a las declaraciones de Castro de que luego de los próximos cinco años dejará el poder, el portavoz estadounidense señaló que el “cambio de liderazgo” resulta insuficiente.
Estados Unidos sigue esperando, dijo, “el día en que los cubanos vivan en democracia, cuando tengan la oportunidad de elegir libremente a sus líderes en un proceso abierto y democrático, y gocen de las libertades de expresión y de asociación sin miedo a represalias".
Los diputados cubanos ejercieron el voto mediante boletas en las que sólo aparecía por cada cargo un solo candidato, el designado para el puesto por el gobernante Partido Comunista, por lo que analistas subrayan que lo que hicieron fue ratificar lo que la cúpula del poder en la isla ya había decidido de antemano.