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El Partido Republicano se asegura la mitad de los escaños del Senado de EE.UU.


En esta foto del 3 de mayo de 2020, la luz brilla desde el interior de la cúpula del Capitolio de los Estados Unidos al anochecer en el Capitolio en Washington.
En esta foto del 3 de mayo de 2020, la luz brilla desde el interior de la cúpula del Capitolio de los Estados Unidos al anochecer en el Capitolio en Washington.

La atención se centra ahora en la Cámara de Representantes, donde ambos partidos se juegan el control del legislativo en la segunda vuelta de las elecciones en Georgia.

El senador republicano estadounidense Dan Sullivan, de Alaska, fue reelegido el miércoles, asegurando a su partido al menos 50 escaños en el Senado por los próximos dos años, mientras que el control de la Cámara Baja permanece incierto hasta que se celebren dos elecciones de segunda vuelta en Georgia a principios de enero.

La Cámara Alta cuenta con cien escaños, que se van renovando por tercios cada dos años. En caso de empate, es el vicepresidente del país, que ostenta también el cargo de presidente del Senado, quien emite un voto decisivo.

Después de un conteo lento de votos en el estado más al noroeste de Estados Unido, los medios de comunicación concluyeron que Sullivan tenía una ventaja insuperable sobre Al Gross, un cirujano ortopédico que se postuló como candidato independiente con apoyo demócrata.

Se proyectó la victoria de Sullivan, un conservador, cuando llevaba 20 puntos porcentuales de ventaja sobre su contrincante.

Con los republicanos reteniendo al menos la mitad de los escaños en el Senado, la atención ahora se centra en las dos elecciones de segunda vuelta del 5 de enero en el estado sureño de Georgia.

Dos legisladores republicanos conservadores, los senadores David Perdue y Kelly Loeffler, ahora ocupan esos dos escaños, pero ambos fracasaron en ganar la mayoría en contiendas separadas la semana pasada, lo que los obligó a pasar a la segunda vuelta.

Perdue se enfrenta al demócrata Jon Ossoff, un periodista de investigación que perdió por un estrecho margen una elección en 2017 por un escaño en la Cámara de Representantes antes de tratar de expulsar a Perdue del escaño del Senado que ocupa desde 2015.

En su contienda inicial la semana pasada, Perdue lideró por estrecho margen a Ossoff, pero un tercer candidato ganó suficientes votos para evitar que tanto Perdue como Ossoff alcanzaran el 50%.

Loeffler, quien fue nombrada para su escaño en el Senado a principios de 2020, en sustitución del senador Johnny Isakson, se enfrenta a Raphael Warnock, un demócrata progresista que es pastor principal de la Iglesia Bautista Ebenezer en Atlanta.

Warnock lideró un campo de múltiples candidatos en la votación de la semana pasada, seguido por Loeffler, pero terminó muy por debajo de la mayoría que necesitaba para evitar una segunda vuelta.

Tal como están las cosas, los demócratas tendrán al menos 48 de los 100 escaños del Senado durante los próximos dos años, una ganancia neta de un escaño después de perder uno y ganar dos en las elecciones de la semana pasada.

Si los republicanos conservan uno de los escaños de Georgia o ambos, tendrán la mayoría en el Senado durante los próximos dos años. Pero si tanto Ossoff como Warnock ganaran, habría una división al 50% entre republicanos y demócratas.

En el caso de empate en el Senado, el voto decisivo lo emitiría quien se proyecta como futura vicepresidenta, Kamala Harris. De este modo, los demócratas podrían obtener una mayoría en todos los comités de la cámara que consideran legislación y aprueban los nombramientos del presidente para cargos gubernamentales clave y jueces en los tribunales federales.

Tal mayoría legislativa, si los demócratas votaran como un bloque, le daría al presidente electo Joe Biden la oportunidad de obtener la aprobación de su agenda legislativa.

Pero si los republicanos retienen el control del Senado, junto con el control demócrata continuo de la Cámara de Representantes que ya está asegurado, la posible administración de Biden y los legisladores rebeldes probablemente se verían obligados a entablar amplias negociaciones sobre temas tan polémicos como impuestos, inmigración, atención médica y más.

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