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Los cadáveres ucranianos en Bucha no son un “montaje”, como afirma el canciller ruso


Serguéi Lavrov denunció que Ucrania y Occidente habían difundido “otro ataque informativo” tras la salida de las tropas de la localidad, pero reportes e investigaciones periodísticas y denuncias internacionales muestran cuerpos sin vida durante la presencia rusa.

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia desde 2004, Serguéi Lavrov, volvió a referirse el lunes 4 de abril en rueda de prensa a la guerra en Ucrania. En sus declaraciones reiteró una versión sobre el hallazgo de cadáveres ucranianos que ya había dado el día anterior.

“Se lanzó otro ataque informativo en la ciudad de Bucha, en la región de Kiev, después de que el personal militar ruso saliera [el 30 de marzo] de acuerdo con los planes y acuerdos alcanzados. Unos días después se fabricó allí un montaje que los representantes ucranianos y sus patrocinadores occidentales difundieron por todos los canales y las redes sociales”.


El canciller ruso se refería a las imágenes de cadáveres atados de manos y en las calles o de casas y edificios destruidos en esa localidad ucraniana que llegaron a las pantallas de todo el mundo. Sin embargo, aparte de que imágenes periodísticas mostraron los cuerpos sin vida, investigaciones posteriores han revelado que ya eran visibles durante la presencia rusa.

Ruinas y testimonios sobre el terreno


Medios nacionales y extranjeros han cubierto desde febrero la invasión rusa de Ucrania. Aparte de los periodistas locales, en el país hay decenas de reporteros internacionales, incluida Heather Murdock de la Voz de América, quien ha recogido denuncias sobre los asesinatos en Bucha después de que Ucrania anunciase el fin de semana pasado que había retomado el control de la región.

Conmoción entre ucranianos tras la recuperación de la región de Kiev
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Según ha monitoreado la organización Reporteros Sin Fronteras, entre cincuenta y cien de esos periodistas extranjeros que cubren la guerra en Ucrania son españoles. Uno de ellos es Santi Palacios, que trabaja como fotoperiodista independiente y que en la última década ha ganado una treintena de premios por su trabajo.

Al igual que otros reporteros, Palacios pudo entrar en Bucha desde el 2 de abril, ya retiradas las tropas rusas. Allí ha documentado para Revista 5W, especializada en crónicas internacionales, Los cadáveres de la retirada rusa y Las preguntas de Bucha. Ambos fotorreportajes reúnen imágenes de cuerpos con un lazo blanco que les ata las manos, fosas comunes, edificios y vehículos destruidos, y de quienes intentan seguir con su vida.

Las “preguntas” que Palacios se plantea en la segunda pieza van desde “cada pequeña historia de esta masacre, con lo que se escondía detrás de cada cadáver”, hasta “los mecanismos de poder alrededor: cómo se gestó, cuál fue su desarrollo, cómo fue la retirada del Ejército ruso”. Sin embargo, también reflexiona sobre cómo la “hiperinformación” puede desinformar: “Se quieren conocer todos los detalles de forma inmediata, y estos mismos detalles sirven para poner todo en duda, olvidando el contexto general”.

Otro periodista español en Ucrania es Alberto Sicilia, quien ha reporteado como freelance desde Grecia, Siria, Irak o Gaza. En la última semana, ha estado no solo en Bucha, sino en otros municipios cercanos a Kiev como Borodianka, igual que la jefa de investigación del diario digital ucraniano en inglés The Kyiv Independent, Anna Myroniuk. Desde el lugar de los hechos, ambos reporteros han mostrado las consecuencias del control de las tropas rusas, con imágenes de las ruinas y testimonios de quienes lo vivieron.

Las imágenes satelitales previas confirman el hallazgo

También contrario a la versión del “montaje” que denuncia Lavrov, y a la que se sumó el Ministerio de Defensa, distintos medios y plataformas han confirmado que los cadáveres en Bucha ya estaban en las calles mientras la localidad vivía bajo control ruso. Para ello han usado herramientas digitales de código abierto.

El equipo de investigaciones visuales de The New York Times, por un lado, publicó el mismo 4 de abril que algunos cuerpos en las calles que se ven imágenes satelitales de la empresa Maxar Technologies del 19 de marzo, cuando en Bucha había tropas rusas, coinciden con un video del 1 de abril de un concejal local. Otras imágenes de la empresa muestran que algunos de esos cadáveres llevaban allí desde los días 9 a 11, fecha en que Rusia afirmó haber ocupado el municipio, pese a que existe registro de las tropas rusas entrando el 27 de febrero.

En esa línea publicó la plataforma internacional Bellingcat, especializada en verificación de hechos e inteligencia de fuentes abiertas. Tras repasar comunicados rusos en redes y medios afines que apuntaban al 3 de abril como fecha del “montaje”, su director, Eliot Higgins, se hizo eco de videos difundidos días antes que ya mostraban cadáveres en las calles de la localidad y que entre sí también desmontan la hipótesis de que se habrían movido.

Moscú incluso apeló a un video en el que el alcalde de Kiev anunciaba que la ciudad había sido liberada el 31 de marzo, pero el propio Anatoli Fedoruk ha denunciado después las muertes como asesinatos por parte de las tropas rusas.

Una de esas declaraciones las recogió la Agence-France Presse, cuyas fotos en muchos casos son las que circulan en distintos medios, y que ha combinado la presencia en la región con el fact-checking de su sección AFP Factual, igual que la BBC con Reality Check y BBC Monitoring.

Denuncias internacionales de crímenes de guerra

Más allá de las aclaraciones sobre la última semana, líderes políticos de otros países y oenegés internacionales acusan a Rusia de haber cometido crímenes de guerra en Ucrania.

Human Rights Watch publicó el 3 de abril que había recopilado “un caso de violación reiterada, dos de ejecución sumaria, uno de seis hombres, otro de un hombre, y otros casos de violencia ilegal y amenazas contra civiles entre el 27 de febrero y el 14 de marzo”. El reporte se centra en las provincias de Chernígov, Járkov y Kiev. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, volvió a tildar el día 5 de “criminal de guerra” a su homólogo ruso, Vladímir Putin, y al respecto aseguró que había que reunir la información necesaria.

Salvo que se cree un tribunal ad hoc para investigar y juzgar posibles crímenes de guerra en Ucrania, la tarea le correspondería a la Corte Penal Internacional (CPI). Su fiscal jefe, Karim Khan, ya anunció a principios de marzo que investigaría la situación en el país a partir de referencias de 39 Estados parte del Estatuto de Roma. Sin embargo, Rusia no reconoce la jurisdicción de la CPI, igual que China, India, Israel, Irak, Cuba o Estados Unidos.

Entretanto, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, aseguró que “es esencial que una investigación independiente conduzca a la rendición de cuentas efectiva” sobre las muertes en Bucha. La alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sugirió que las denuncias “plantean cuestiones graves e inquietantes sobre posibles crímenes de guerra, así como graves infracciones del derecho internacional humanitario y graves violaciones del derecho internacional de los derechos humanos”.

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