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Estados Unidos admite que hay problemas en Afganistán


Fuerzas de seguridad afganas custodian un cruce en la provincia de Herat, Afganistán, el 9 de julio de 2021.
Fuerzas de seguridad afganas custodian un cruce en la provincia de Herat, Afganistán, el 9 de julio de 2021.

El Pentágono dice que la situación en el terreno en Afganistán es “muy perturbadora”.

La combinación de las capacidades militares a distancia de Estados Unidos y de las fuerzas de seguridad afganas no parecen ser suficientes contra el Talibán en Afganistán, que luce cada día mejor equipado y más numeroso que las tropas del gobierno para controlar el país.

Funcionarios estadounidenses dijeron el lunes que la situación en el terreno en Afganistán es “muy perturbadora”, considerando que el Talibán tomó cinco capitales provinciales en un período de 72 horas, algo que no ha pasado inadvertido en las altas esferas del Pentágono.

El secretario de Prensa del Pentágono, John Kirby, dijo que “está claro” que Afganistán “no marcha en la dirección correcta” y que el secretario de Defensa, Lloyd Austin “está tan preocupado como la comunidad internacional”.

“El secretario sigue creyendo que las fuerzas afganas tienen la capacidad de hacer una gran diferencia en el campo de batalla”, añadió Kirby.

ARCHIVO - El portavoz del Pentágono, John Kirby, habla durante una conferencia de prensa en el Pentágono, el 12 de julio de 2021, en Arlington, Virginia.
ARCHIVO - El portavoz del Pentágono, John Kirby, habla durante una conferencia de prensa en el Pentágono, el 12 de julio de 2021, en Arlington, Virginia.

Sin embargo, esa confianza no ha logrado hasta ahora frenar una ofensiva del Talibán, que ha logrado imponerse a las fuerzas de seguridad y reforzarse en el camino.

“Sus avances les han permitido capturar equipos y liberar prisioneros, lo que está teniendo un efecto en la expansión de su poder militar”, dijo a la Voz de América un funcionario estadounidense en condición de anonimato debido a la delicadeza de la información.

Estados Unidos ha tratado repetidamente de potenciar la seguridad afgana, inicialmente con el uso de ataques aéreos contra equipos y vehículos robados, y poco a poco haciendo replegar a los propios combatientes talibanes.

Durante la semana pasada, los bombardeos se concentraron en las fuerzas del Talibán que avanzaban hacia ciudades clave como Kandahar, Herat y Lashkar Gah, dijeron los funcionarios.

La coordinación ha sido difícil, debido a la distancia de las fuerzas de EE. UU., que parten de la Base Aérea de Al Udeid en Qatar o del grupo naval del portaaviones Ronald Reagan, en el Golfo Pérsico.

El Talibán está encontrando también otra vías de amortiguar el impacto aéreo estadounidense, lo que convence a algunas tropas afganas a retirarse o no pelear.

A una pregunta de la VOA sobre lo que pudiera hacer EE. UU. en estas situaciones, Kirby respondió que “no mucho”.

Funcionarios de contraterrorismo internacionales e incluso de Estados Unidos que han estado observando lo que ocurre en Afganistán advirtieron que un colapso de las fuerzas afganas tras la retirada de casi todas las tropas de combate de EE. UU. no debería ser una sorpresa.

Las fuerzas de seguridad afganas tienen unos 300.000 soldados, una fuerza aérea y armas estadounidenses, pero en los días anteriores a la retirada ninguna fue usada para contrarrestar adecuadamente los preparativos del Talibán.

“Al Talibán se le permitió emplazar sus fuerzas de antemano”, dijo a la VOA un funcionario internacional en condición de anonimato, destacando la libertad de movimiento que gozaron los insurgentes después de firmar el Acuerdo de Doha con Washington el año pasado.

John Sopko, un inspector general estadounidense para la reconstrucción de Afganistán, fue incluso más crítico.

Los principales líderes militares de EE. UU. “sabían cuán malos eran los militares afganos”, dijo Sopko en respuesta a una pregunta de la VOA.

El lunes, sin embargo, el Pentágono defendió sus esfuerzos y responsabilizó mayormente al gobierno afgano y a sus comandantes militares de los éxitos del Talibán.

“Nosotros los apoyamos desde el aire cada vez que sea posible, pero no hay un sustituto al liderazgo en el terreno. No hay un sustituto al liderazgo en Kabul”, dijo Kirby.

"Ese es su país. Esas son sus fuerzas militares. Esas son sus capitales provinciales, su gente para defender”, añadió. “Y todo se reducirá al liderazgo que ellos estén dispuestos a mostrar en este momento en particular”.

Tampoco hay garantías de que las autoridades afganas puedan contar con los bombardeos de EE. UU. por mucho tiempo más, con la autorización para los mismos que expira cuando la retirada se complete a fines del mes que viene.

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