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¿Qué está sucediendo en Afganistán?


Una columna de humo se observa después de combates entre el Talibán y las fuerzas del gobierno afgano en Kandahar, en el sur de Afganistán, el 12 de agosto de 2001.
Una columna de humo se observa después de combates entre el Talibán y las fuerzas del gobierno afgano en Kandahar, en el sur de Afganistán, el 12 de agosto de 2001.

Los observadores se preguntan si las fuerzas del gobierno afgano podrán contener el avance del Talibán tras la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán a fines de este mes.

Hasta el 13 de agosto de 2021, los combatientes del Talibán han capturado 13 capitales de provincia en Afganistán, en una ofensiva que comenzó tras el inicio de la retirada del país de las tropas de Estados Unidos y la OTAN hace alrededor de dos meses.

La rapidez de las ganancias territoriales de los talibanes ha impactado a las potencias occidentales, que lograron contener a los insurgentes durante dos décadas después de derrocarlos del poder en diciembre de 2001.

Aunque el gobierno elegido de Afganistán controla todavía las principales ciudades del país, incluida la capital Kabul, el Talibán es dueño de dos terceras partes del país y hay temores de que después de la salida total de las fuerzas extranjeras a fines de agosto, el ejército afgano no pueda contener el empuje del Talibán.

¿Qué es el Talibán?

El Talibán es un movimiento fundamentalista islámico sunita fundado por veteranos de la guerra de Afganistán contra la invasión de la Unión Soviética en la década de 1980.

Sus integrantes siguen una doctrina islámica basada en interpretaciones estrictas de lo que debe ser la vida de un musulmán, con el fin de combatir el “libertinaje” que consideran habitual en las sociedades occidentales.

El movimiento tomó el poder en 1996 y gobernó con mano de hierro. Su decisión de dar abrigo a Osama Bin Laden, el cerebro de los ataques terroristas en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001, provocó que Estados Unidos y una coalición de naciones occidentales integrantes de la OTAN invadiera Afganistán en octubre de ese año.

Después de eso, el Talibán pasó de nuevo a la insurgencia contra las tropas extranjeras del país y las del nuevo gobierno afgano surgido en elecciones.

¿Qué ha pasado?

En febrero de 2020, bajo la presidencia de Donald Trump, el Pentágono anunció que Estados Unidos y el Talibán habían firmado acuerdos para una transición pacífica en Afganistán y el retiro de las fuerzas extranjeras si los insurgentes cumplían lo pactado.

Sin embargo, el gobierno afgano del presidente Ashraf Ghani no estuvo de acuerdo con el pacto, alegando que no se buscó su consentimiento para el mismo.

A partir de ese momento, el Talibán reanudó sus ataques contra las fuerzas afganas y el gobierno de Ghani procedió a responder con su propia ofensiva.

¿Cómo procedió la retirada de fuerzas extranjeras?

Hasta principios de mayo, quedaban entre 2.500 y 3.500 soldados estadounidenses y alrededor de 7.000 de la OTAN en Afganistán, en su mayor medida en funciones de entrenamiento a las fuerzas del gobierno afgano y misiones de apoyo.

La retirada de tropas planeada por Trump recibió todo el apoyo de la nueva administración del presidente Joe Biden, quien fijó el 1 de mayo como la fecha oficial en la que las tropas restantes comenzarían a retirarse y el 31 de agosto como fecha final.

Biden afirmó que las tropas afganas superan en número a los talibanes y están preparadas para luchar y sus comandantes militares respaldaron esa evaluación.

¿Qué sucedió después?

Desde que Biden hizo el anuncio de la retirada de tropas en abril, los funcionarios militares fueron muy cuidadosos en no restar importancia al reto que enfrentaba el gobierno afgano.

A finales de julio, el jefe del Comando Central de Estados Unidos, general Kenneth "Frank" McKenzie, dijo a los reporteros en Kabul que el gobierno afgano estaba ante “una prueba muy dura”, pero que no había “una conclusión predestinada en la lucha”.

Un reporte del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) advirtió la situación era “sombría” y que el gobierno afgano estaría luchando por sobrevivir y podría caer ante el Talibán después de que Estados Unidos completara su retirada militar.

La ofensiva del Talibán ha puesto de nuevo sobre la mesa todas las evaluaciones.

¿Qué dice Estados Unidos?

Funcionarios estadounidenses dijeron el lunes que la situación en el terreno en Afganistán es “muy perturbadora” y que no está pasando inadvertida para las altas esferas del Pentágono.

El secretario de Prensa del Pentágono, John Kirby, dijo que “está claro” que Afganistán “no marcha en la dirección correcta” y que el secretario de Defensa, Lloyd Austin “está tan preocupado como la comunidad internacional”.

“El secretario sigue creyendo que las fuerzas afganas tienen la capacidad de hacer una gran diferencia en el campo de batalla”, añadió Kirby.

"Ese es su país. Esas son sus fuerzas militares. Esas son sus capitales provinciales, su gente para defender”, añadió. “Y todo se reducirá al liderazgo que ellos estén dispuestos a mostrar en este momento en particular”.

¿Qué dice el gobierno afgano?

El presidente afgano, Ashraf Ghani, prometió mejores resultados y dijo que los militares afganos serían capaces de mantenerse enfocando sus esfuerzos a defender las áreas urbanas.

Ghani está tratando de organizar una contraofensiva apoyándose en las fuerzas especiales, las milicias de caudillos y poder aéreo estadounidense antes de la retirada de Estados Unidos y la OTAN.

Esta semana, tras la caída de tres capitales provinciales ante los talibanes, Ghani visitó la provincia de Balkh, ya rodeada por territorio en poder de los talibanes, en busca de ayuda de los caudillos locales para rechazar el avance. También reemplazó al jefe del Estado Mayor del Ejército.

¿Qué está sucediendo en el terreno?

Los múltiples frentes han exigido el máximo a las fuerzas de operaciones especiales del gobierno afgano, mientras muchas de las tropas regulares han huido de los combates, y la violencia ha llevado a miles de civiles a buscar refugio en la capital.

El peso de los combates ha recaído en gran medida en pequeños grupos de fuerzas elite y en la fuerza aérea afgana.

Las fuerzas estadounidenses han lanzado algunos ataques aéreos, pero en general han evitado participar de los combates en tierra.

Tampoco hay garantías de que las autoridades afganas puedan contar con los bombardeos de EE. UU. por mucho tiempo más, ya que la autorización para los mismos expira cuando la retirada se complete a fines de este mes.

[Con información de AP, AFP y Reuters. Waldo Serrano en Miami, EE. UU., redactó este artículo.]

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