El enviado de Naciones Unidas y la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, dijo que la guerra civil en ese país podría sumir a toda la región en el caos.
Brahimi dijo que además podría acentuar la desestabilizadora ola de refugiados que huye a los países vecinos.
Brahmi se reunió en Moscú con el canciller ruso, Sergei Lavrov, tras haber sostenido una reciente ronda de discusiones en Damasco con los rebeldes sirios y el presidente Bashar al Assad.
Según el diplomático, la salida para Siria no es otra que optar por el “infierno o un proceso político”, y señaló que el mundo se esfuerza incesantemente por esta última posibilidad.
Sin embargo, tras la reunión de Brahimi y Lavrov no afloró ninguna señal que permita entrever algún progreso significativo en las negociaciones para hallar solución al conflicto en ese país, que ya dura 21 meses.
Esta semana el enviado especial de la ONU se pronunció a favor del establecimiento de un gobierno interino en Siria hasta que puedan celebrarse nuevas elecciones.
El viernes, el canciller ruso urgió a Damasco a propiciar conversaciones con la oposición en un intento por poner fin a la crisis.
Brahimi dijo que además podría acentuar la desestabilizadora ola de refugiados que huye a los países vecinos.
Brahmi se reunió en Moscú con el canciller ruso, Sergei Lavrov, tras haber sostenido una reciente ronda de discusiones en Damasco con los rebeldes sirios y el presidente Bashar al Assad.
Según el diplomático, la salida para Siria no es otra que optar por el “infierno o un proceso político”, y señaló que el mundo se esfuerza incesantemente por esta última posibilidad.
Sin embargo, tras la reunión de Brahimi y Lavrov no afloró ninguna señal que permita entrever algún progreso significativo en las negociaciones para hallar solución al conflicto en ese país, que ya dura 21 meses.
Esta semana el enviado especial de la ONU se pronunció a favor del establecimiento de un gobierno interino en Siria hasta que puedan celebrarse nuevas elecciones.
El viernes, el canciller ruso urgió a Damasco a propiciar conversaciones con la oposición en un intento por poner fin a la crisis.