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"Ayuda para llegar a Cúcuta": venezolanos arman improvisado campamento para regresar a su país


En fotos: Así viven casi 200 migrantes venezolanos en campamentos improvisados en Colombia
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Después de caminar horas para volver a su país, los migrantes venezolanos han preferido quedarse en campamentos improvisados donde comen -gracias a donaciones- y duermen, cuando el frío se los permite. Allí hay niños, personas mayores y embarazadas. [Fotos: Karen Sánchez, VOA].

Muchos migrantes venezolanos salen de Bogotá caminando. Sin embargo, ante la presencia de niños y la falta de oportunidades, algunos decidieron resguardarse en campamentos para esperar la llegada de buses que los lleven hasta la frontera y regresar a su país.

Palos, plásticos, varillas, lazos y cartones sostienen los campamentos que casi 200 migrantes han construido en el municipio de Chía, una población aledaña a la ciudad de Bogotá.

La razón: la mayoría son caminantes que, al perder sus trabajos y viviendas, en medio de la coyuntura de la pandemia de la COVID-19, decidieron emprender el camino de regreso a su país, Venezuela.

Desde hace siete días, tres líderes de esta población comenzaron a organizarse en un área comercial, junto a una estación de gasolina, para poder dormir y descansar.

Angelo Herrera, líder de esta comunidad, le contó a la Voz de América que, en principio, eran 40 personas que decidieron parar de caminar. Al enterarse de que varios de sus compatriotas estaban en muy malas condiciones o, incluso, que algunos fallecieron durante el camino que los conduce a la frontera con Venezuela, muchos prefirieron esperar en un lugar seguro. Los niños pequeños, agrega Herrera, también fueron otra razón que los llevó a esperar en este lugar.

"Hay niños pequeños, mujeres embarazadas, personas de tercera edad, personas discapacitadas también. Estamos pidiendo ayuda para llegar a Cúcuta, que es el destino donde queremos volver", dice Herrera.

Según él, hay 175 personas en el grupo; entre estos, 31 niños, dos personas mayores, una discapacitada y tres mujeres embarazadas.

En este campamento, el día es movido. Mientras los niños juegan, los adultos se organizan para comer, bañarse y cuidar a los más pequeños. Todos a la espera de la llegada de un medio de transporte.

Para alimentarse, algunas fundaciones les han brindado platos de comida. Dicen que los visitan diariamente, pero la inclemencia del frío o de la lluvia ha congelado sus cuerpos. Solo unas cuantas cobijas, plásticos y chaquetas les cubren por la noche.

Para bañarse, deben hacer fila y esperar para que un cubo de agua los refresque. Las necesidades deben hacerlas en una zona verde aledaña al campamento.

Una pequeña fogata, que encienden con ayuda de plásticos, es el origen de un calor momentáneo y el lugar en el que cocinan los pocos alimentos que les donan.

Venezuela: el único anhelo

Angelo, quien trabajaba como albañil en Bogotá, le contó a la Voz de América que no les interesa ningún refugio: "Nosotros queremos autobuses para llegar a Cúcuta. Ese es el objetivo. Incluso, el Consejo Noruego nos ofreció refugio, unos hoteles allá en Bogotá y ninguno lo aceptamos (...) porque todas las personas que están aquí quieren regresar a sus casas, estar con su familia".

Dice que, en Venezuela, así la situación se complique, no tienen que pagar servicios públicos ni arriendo. Solo deberán buscar alimento.

Para Mary, que está embarazada de siete meses y duerme junto con otras 14 personas debajo de una carpa, el campamento ha sido una gran salvación para poder descansar y alimentarse, pero la idea de llegar a Venezuela es su gran anhelo.

"Nos han brindado la ayuda con la comida y el desayuno. Todo muy bien. En cuanto a la comodidad, en mi estado, cómoda no estoy durmiendo porque no puedo dormir en el piso y el frío es bastante fuerte", lamentó Mary.

La situación es similar para Daniela Betancur, que en Bogotá se dedicaba a trabajar "de lo que fuera". Llegó a este campamento, después de caminar siete horas, junto a su hijo de ocho años y su esposo.

"Mi decisión de regresarnos para Venezuela es por la situación que estamos viviendo por el COVID, que se está elevando mucho aquí en Colombia y por lo económico; estamos desempleados y ¿de qué vamos a vivir nosotros aquí?. Para vivir mal aquí, preferimos vivir mal en Venezuela, que no tenemos que pagar luz, no tenemos que pagar arriendo, pues yo tengo mi casa propia. Preferible irnos", explicó a la VOA.

Retorno organizado

El director General de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa Palacios, señaló el domingo que para el retorno voluntario de ciudadanos venezolanos, se viene implementando un protocolo con las diferentes alcaldías y gobernaciones del país, con el fin de evitar aglomeraciones.

Según esta entidad, hasta la fecha han retornado a Venezuela cerca de 12.000 ciudadanos venezolanos, muchos de los cuales han llegado a la frontera en unos 290 autobuses.

"Entendemos la situación que están pasando muchos ciudadanos venezolanos, pero no por eso podemos poner en riesgo a todo un país. Colombia siempre ha estado presta a ayudar al pueblo venezolano, pero esa ayuda se hace de forma responsable, no solo con los migrantes, sino con nuestras comunidades", afirmó Juan Francisco Espinosa, director general de Migración Colombia.

El Ministerio de Salud de Colombia confirmó el martes 5.949 contagios de la COVID-19 y 269 muertes en el país.

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    Karen Sánchez

    Corresponsal de la Voz de América, en Bogotá, Colombia. Fue periodista de diferentes periódicos y revistas de EL TIEMPO Casa Editorial. Comunicadora social y periodista de la Universidad de la Sabana, donde fue becaria. Hizo parte del equipo de comunicaciones del programa de Gobierno Digital del MinTIC de Colombia. Formada en Libertad de Expresión por la Sociedad Interamericana de Prensa y la Universidad Católica Andrés Bello.

     

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