La Conferencia Internacional celebrada el martes en Bogotá, Colombia, para discutir el proceso político de Venezuela dejó sobre la mesa múltiples posibilidades para el país sudamericano que, según expertos, está logrando “regresar” como un tema prioritario para los líderes de la región.
“No hay duda de que el tema de Venezuela y las negociaciones han caído bastantes escalones en la lista internacional de prioridades. Hay poca energía internacional para poner en eso", dijo Benedicte Bull, profesora de la Universidad de Oslo, durante un evento organizado el martes por el Wilson Center, un centro de pensamiento con sede en Washington. "Lo bueno [de la Conferencia Internacional] es que energiza y regresa el enfoque a los problemas de Venezuela”, señaló.
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El canciller colombiano, Álvaro Leyva, aseguró al final del encuentro que las 20 delegaciones participantes encontraron posiciones comunes que demarcarían una hoja de ruta para Venezuela que establece como primer paso la celebración de elecciones libres; segundo, que los pasos acordados en el diálogo entre el gobierno y la oposición vayan en paralelo con el levantamiento de sanciones; y tercero, que la continuación del proceso de diálogo entre el gobierno y la oposición en México vaya acompañado con la aceleración de la implementación de un fondo social de 3.000 millones de dólares con dinero congelado de Venezuela en el exterior.
Las negociaciones en Ciudad de México entre la oposición y el gobierno de Nicolás Maduro se estancaron en noviembre.
Iván Briscoe, director del programa latinoamericano de International Crisis Group, una organización no gubernamental con sede en Bruselas, dijo que es “muy difícil imaginar” una eliminación total de las sanciones contra el gobierno venezolano sin acciones por parte del mismo.
Sin embargo, no se verían acciones por parte de Maduro hasta que Estados Unidos se comprometa a retirar las sanciones.
Tras la conferencia en Bogotá, el gobierno de Maduro insistió en exigir el levantamiento de sanciones, así como la devolución de activos pertenecientes al gobierno en el exterior; la liberación de recursos para la creación del fondo social acordado en México y la liberación del empresario colombiano Alex Saab, detenido en EEUU por acusado de lavado de dinero.
Un día antes, Maduro había incluido entre sus condiciones para retomar las negociaciones políticas la suspensión de la investigación de la Corte Penal Internacional por presuntos delitos de lesa humanidad.
“Ninguno de los dos [gobierno y oposición] va a resistir un proceso de negociación. Tienen que haber concesiones", señaló Briscoe.
La idea detrás de la conferencia en Bogotá es la creación de un foro con partidarios de ambos lados "en el que haya garantes para asegurarse de que ambas partes cumplan con las promesas", agregó.
Bull, la profesora de la Universidad de Oslo, dijo sobre las sanciones que “no tiene sentido simplemente eliminarlas sin ninguna concesión por parte del gobierno de Maduro”.
“Un formato completamente nuevo fragmentaría aún más los esfuerzos y también posiblemente la oposición. Eso es algo que debe evitarse absoluta y claramente”, apuntó Bull.
El nuevo rol de Colombia en las negociaciones en Venezuela
El rol de Colombia con respecto a la situación política en Venezuela en los últimos meses sería el “cambio mayor” en la región en los últimos años, cuando EEUU y otros actores internacionales han tomado cartas para trata de mejorar las condiciones de derechos humanos en el país petrolero, dijo Benjamin Gedan, director del programa de Latinoamérica del Wilson Center.
Iván Duque, antecesor de Petro, apoyó firmemente las investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos en Venezuela en la Corte Penal Internacional y adoptó una “línea dura hacia el régimen venezolano”, indicó Gedan.
Petro y su canciller en cambio están en contacto regular con Maduro, han viajado a Caracas y los dos países han reabierto su frontera y restablecido relaciones.
“Fue un gran cambio desde los días de Iván Duque”, dijo Briscoe, y señaló que Petro tomó posesión del país apenas ocho meses atrás.
Sin embargo, aunque el “compromiso regional renovado ha reducido el aislamiento diplomático” del gobierno de Maduro, aún no se ven cambios significativos en la liberación de presos políticos o garantías para elecciones libres y justas, señaló Gedan.
“Colombia ha puesto a los gobiernos latinoamericanos en el asiento del conductor, dándoles un papel directo en el complejo proceso de guiar a Venezuela de regreso a la democracia, aunque sea de manera gradual”, agregó Gedan.
Duque y una decena de exmandatarios, entre ellos de México, Argentina, Chile y Costa Rica aseguraron que la Conferencia Internacional sobre Venezuela en Bogotá “puede convertirse en una validación de los intereses de la dictadura venezolana”.
“Levantar las sanciones al régimen venezolano, como lo pide el gobierno colombiano, solo beneficiaría a los corruptos narcotraficantes”, dijeron en declaraciones conjuntas del llamado Grupo Libertad y Democracia.
Briscoe dijo que Petro “se ve ahora como un ejemplo para otros países de izquierda”, dijo Briscoe.
“Se ve a sí mismo como un líder regional, no solo con la promesa de una transformación histórica de Colombia, sino al traer una nueva era de igualitarismo democrático progresista a América Latina”, agregó.
Bull, por su parte, dijo que Petro tiene motivación de “cambiar la situación en Venezuela” para “mostrarle a sus propios electores o al electorado colombiano que no es un Chávez en sus etapas iniciales”.
¿Qué pudiera haber detrás de levantar sanciones?
Ante la coyuntura energética planteada por la invasión de Rusia a Ucrania, una revisión de las sanciones a Venezuela puede ser conveniente para EEUU, dijo la internacionalista venezolana Giovanna De Michele, quien señaló que pareciera que la conferencia en Bogotá estuvo orientada a presentar a Venezuela como víctima de las sanciones.
“Las empresas petroleras estadounidenses han hecho un lobby muy fuerte ante el presidente Joe Biden para que flexibilice las sanciones y les permita tener concesiones muy al estilo de la que se le ha dado a Chevron, poder venir a participar en la producción de crudo y garantizarle un suministro estable a EEUU”, dijo a VOA.
A juicio de la internacionalista, EEUU “necesita” que los pozos petroleros venezolanos se pongan a producir y actualmente Venezuela no tiene la capacidad para hacerlo.
“La manera más conveniente para EEUU sería a través de las empresas petroleras estadounidenses, pero, para ello, es imprescindible la flexibilización de las sanciones”, subrayó De Michele.
Bull, por su parte, apuntó que Venezuela se encuentra ante una “ventana de oportunidad en los próximos meses” para actuar sobre este renovado interés debido a la situación electoral en EEUU.
“No creo que sea tanto por el interés económico de reemplazar el petróleo ruso con el petróleo venezolano, sino que creo que tiene algunas dimensiones políticas globales más amplias”, dijo la profesora.
Ante el interés de EEUU de "restaurar" su imagen en América Latina ante la presencia de China y Rusia, que son "actores activos y vocales".
"EEUU se queda con la imagen del que viene a castigar con sanciones y amenazas", señaló.
El Departamento de Estado comentó a la Voz de América la pasada semana que la negociación de México, facilitada por el Reino de Noruega, es “el mejor camino para la restauración de la democracia que los venezolanos merecen”, a través de elecciones “libres y justas”.
También, subrayó que han reiterado su voluntad de revisar su política de sanciones en Venezuela solo en respuesta a “pasos constructivos” del gobierno de Maduro y si los partidos políticos logran “un proceso significativo” en las negociaciones de México.
El Departamento de Estado acotó además que no tendrá reparos en “tomar acción” si el gobierno de Maduro no negocia de buena fe o incumple los compromisos adquiridos.
De lograrse una flexibilización de las sanciones, De Michele considera que Venezuela no tendría interés en ir a una mesa de negociación con la oposición y destaca que las condiciones que impone el gobierno venezolano son el equivalente a decir que “no van a volver”.
Los procesos judiciales en EEUU y la investigación de la Corte Penal Internacional no dependen de la oposición ni de los gobiernos, apuntó.
La internacionalista sostiene que la iniciativa de Petro socava el aislamiento del gobierno de Maduro y, de alguna manera, el tema de Venezuela vuelve a ser relevante.
El gobierno de Maduro pone en entredicho la fortaleza de la institucionalidad que pudiera estar representada en la OEA y en la CIDH, "de ahí el afán de Petro de hacer retornar a Venezuela a estas instancias", subrayó.
Prácticamente en todos los países de la región se ha incrementado el número de migrantes venezolanos, dijo De Michele. "La economía venezolana empuja hacia abajo el PIB de toda América Latina", agregó.
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