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Bucha, la ciudad que desnudó la crudeza de la invasión rusa, avanza hacia la normalidad


Niños de una escuela primaria reconstruida posan al iniciar clases del año escolar en Bucha, ciudad periférica de Kiev en Ucrania. [Imagen: Captura de pantalla de reportaje producido por VOA]
Niños de una escuela primaria reconstruida posan al iniciar clases del año escolar en Bucha, ciudad periférica de Kiev en Ucrania. [Imagen: Captura de pantalla de reportaje producido por VOA]

El mundo quedó perplejo cuando se difundieron imágenes desde Bucha que mostraban a civiles maniatados y ejecutados en la vía pública y cuyos cuerpos se mantuvieron congelados por el frío invernal. Esa ciudad en las periferias de Kiev, la capital, intenta poco a poco recuperar la normalidad.

Una escuela de primaria reconstruida gracias a la cooperación internacional y el trabajo de los habitantes de la ciudad de Bucha, ubicada en la periferia de la capital de Ucrania, Kiev, muestra el empuje y el deseo de avanzar hacia la normalidad de los habitantes de esa urbe en la que las matanzas de civiles activaron las alarmas sobre la supuesta comisión de crímenes de guerra por parte del ejército ruso.

Es la ciudad, desde la que el ejército ruso de Vladimir Puntin intentó sitiar la capital y desde ahí desarticular el gobierno de Volodymyr Zelenskyy en la primera fase de la guerra iniciada el 24 de febrero, que de entrada significó la práctica destrucción de la urbe mediante bombardeos.

Pero Bucha dejó perplejo al mundo sobre todo por la crudeza de las imágenes que se difundieron luego de la expulsión del ejército ruso a principios de abril, que mostraban a cientos de civiles asesinados, algunos descubiertos en fosas comunes y otros cuyos cuerpos se encontraron maniatados y con signos de haber sido ejecutados con disparos en la cabeza.

Los cuerpos se mantuvieron intactos por el frío congelante del invierno en la región, el presidente Zelenskyy denunció ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y pidió en su momento se creara un tribunal para “investigar esos crímenes de guerra” en Ucrania.

“Cortaron extremidades, les cortaron la garganta. Las mujeres fueron violadas y asesinadas frente a sus hijos” dijo el mandatario ucraniano en sus denuncias ante la ONU y advirtió que aquella era sólo una muestra "de las atrocidades" del ejército ruso en su país.

El gobierno de Rusia ha negado categóricamente desde el Kremlin que sus soldados cometieran crímenes contra civiles en Bucha, pero las imágenes mostradas por la prensa internacional en la cobertura del conflicto evidenciaron el horror que sufrió esa ciudad que durante varias semanas estuvo ocupada por el ejército rojo.

Tras aquellas imágenes que alertaron al mundo y generó más sanciones y presiones diplomáticas a Rusia, la ciudad ahora intenta mostrar nuevos brillos al mundo, muchos de los habitantes que huyeron al empezar la guerra han regresado para trabajar y poco a poco establecer la normalidad.

Viktoria Osadcha, directora de una de las escuelas reconstruidas con el apoyo de organizaciones no gubernamentales y sin fines de lucro, como la estadounidense Global Empowerment Mission (GEM) e Internacional Charity, comenta a la Voz de América que al regresar a su sitio de trabajo cuando los ocupantes fueron expulsados y ver la destrucción no creyó posible poder volver a las clases presenciales para iniciar el año lectivo en septiembre.

Sin embargo, en días recientes recorrió los pabellones del recinto escolar junto a padres de familia y los estudiantes, con la escuela renovada.

La esperanza se ha reinstalado y el anhelo de volver a la normalidad impera como una necesidad también de recuperar por completo la vida cotidiana, según los citadinos.

“Cuando vine aquí después de la ocupación, cuando fue liberada, vine a la escuela para ver como estaba todo. Ventanas rotas: no pensé que podríamos recibir a los niños antes del primero de septiembre. Pensé que solo tendríamos un formato de estudios remotos”, dijo Osadcha a VOA.

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El temor constante

Los habitantes de Bucha, y especialmente los padres de familia de niños de primaria reconocen que tienen temor, porque la guerra no ha terminado y dejar a los menores en la escuela supone “un riesgo” dada la magnitud del conflicto.

La renovación del recinto escolar donde se ha incluido espacios de refugio, servicio de internet inalámbrico para mantener la conexión y otras facilidades, minimiza la incertidumbre.

Ya hemos preparado una bolsa de emergencia para el niño, por si acaso. Aún así, esperamos que todo esté bien”
Alina Pylypenko, residente de Bucha

La joven madre Alina Pylypenko confiesa a la Voz de América que dejar a su hijo de primer grado no le ha sido fácil desde el comienzo del año escolar y que la preocupación será parte del día a día.

“De hecho, estaré preocupada, pero nos han dicho que el sótano estará equipado con wifi, ya hemos preparado una bolsa de emergencia para el niño, por si acaso. Aún así, esperamos que todo esté bien”, afirma Pylypenko.

Activar las escuelas en tan corto plazo, algo que los habitantes que soportaron la ocupación de la ciudad y los que volvieron al verla liberada, no lo imaginaron “en el corto plazo”.

Pero la administración de la ciudad y el gobierno central aceleraron las obras de limpieza de escombros desde que fue liberada, y se puso prioridad en habilitar las escuelas como primer paso.

También como un llamado a que los desplazados internos no perdieron la conexión con sus comunidades y volvieran a su lugar pasado lo peor. Y de hecho les atrae volver a las aulas reconstruidas, como han manifestado los padres abordados para este reportaje.

Las huellas emocionales de la guerra

Sin embargo, las huellas de la guerra están ahí, dice la maestra de idioma ucraniano Lidia Malai, quien afirma que el proceso de la guerra ha trastocado toda la visión incluso de cómo enseñar en la escuela.

El luto está en miles de familias que han perdido a sus miembros, en el trauma de todos que vieron y sufrieron lo impensable, y en los niños que también han sido testigos y víctimas de la guerra”.

Lo que vi, lo que viví y lo que estoy presenciando afectará mi trabajo educativo con niños”
Lidia Malai, maestra

“Ya no soy la maestra que era antes del 24 de febrero. Lo que vi, lo que viví y lo que estoy presenciando y experimentando ahora, definitivamente afectará mi trabajo, mi trabajo educativo con niños, por supuesto. Y los niños, los niños también vieron todo”, comentó. Malai a VOA en tono reflexivo.

La vuela a la escuela ha sido un paso significativo para las autoridades ucranianas que en los últimos días han inyectado optimismo a su pueblo con la recuperación rápida de territorios otrora ocupados por el ejército ruso.

Ondear la bandera de Ucrania, estamparla en el rostro o guardarla como un tesoro es un renovado signo de identidad nacional de la nación que su líder Zelenskyy ha reconocido que se “ha pagado un alto precio por defender la libertad”, ante las muestras de civismo de los suyos al entonar el himno del país en las plazas públicas como una proeza.

Para el estadounidense Michael Capponi, fundador de GEM, la inversión en la infraestructura en este caso gracias al apoyo benéfico de organizaciones internacionales es un detonante positivo hacia la recuperación.

Y de seguir esa dinámica, dijo Capponi a VOA se estaría en el camino de recuperación de la economía del país en varios niveles.

“Todo esto es como el ecosistema, como si comenzara a moverse en una dirección positiva nuevamente. Por eso siempre digo, hay una multitud de razones por las que una inversión mínima de 100.000 dólares para una escuela, imagina lo bien que hace, resuelve tantas cosas diferentes y no sólo el problema educativo”, explicó Capponi.

Por ahora muchos más habitantes de Bucha se animan a regresar a su ciudad, confían en que la cercanía con Kiev podría mantenerles a salvo ahora que los ejércitos se miden como iguales en el campo de batalla en un conflicto que los expertos internacionales no le ven una salida fácil.

El Kremlin ha anunciado que enviará al campo de batalla a unos 200.000 reservistas rusos convocados para reforzar las tropas donde han tenido que retroceder mientras crea dinámicas dudosas como referendos para buscar anexionar territorios a Rusia los que la comunidad internacional no acepta.

[Con aportes para esta nota del periodista Tomás Guevara desde Washington DC]

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